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Tres Hermanas a La Encantada

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Jordi y Jorge Patricio

Ayer regresamos Jordi, Jorge Patricio y yo de un viaje exploratorio que nos llevó desde Tres Hermanas hasta La Encantada, a orillas del Río Indio. Nuestra intención original, muy ambiciosa, era llegar hasta la Boca de Río Indio. Sabíamos que iba a estar difícil llegar hasta el mar desde Tres Hermanas, caminando, en un par de días. Aún así llegamos bastante cerca de cumplir nuestra meta. El terreno estaba algo más difícil de lo que esperábamos, y el calor de caminar por tierras bajas y pantanosas fue agobiante.

Parte de la idea del recorrido era completar una ruta que nos pudiese llevar de mar a mar, desde Chumico hasta Boca de Río Indio, sin tener que usar bote. Básicamente, el Río Indio es el principal medio de transporte del área donde estábamos caminando y en el mapa es difícil encontrar una ruta que conecte desde Boca de Uracillo hasta Boca de Río Indio. Mientras uno más se acerca al mar, más difícil se hace avanzar por tierra hacia el norte – las quebradas que se unen al Río Indio se van poniendo más profundas y la tierra se vuelve fangosa, el río merodea por todos lados, y los senderos no lo llevan a uno hacia el mar. Aunado a esto, la temperatura y la humedad le roban las fuerzas al cuerpo. Caminar por las ciénegas no es para los débiles.

La ruta la saqué de los mapas de Las Marías, Cuipo Y Palmas Bellas. Hice una pista para el GPS trazando los senderos que parecían más prometedores para el recorrido: más secos, más directos y algo de simple divinación. Después de la mitad del primer día, cuando recorrimos la ruta fácil y conocida, todo se desarmó rápidamente y quedamos siguiendo rutas alternativas. Desde Tres Hermanas hasta Boca de Uracillo fue sencillo navegar. Cuando intentamos seguir la ruta desde Boca de Uracillo a El Jobo, todos los tiros salieron por la culata. La gente no recorre esa ruta regularmente, y la ruta trazada en el mapa estaba en desuso. Después de batallar loma arriba (había que cruzar el «cerro» más alto del vecindario) nos vimos al final del sendero frente a una muralla de vegetación, tarde en la tarde, y con mucho terreno por recorrer.

En ese momento mi cuñado, Jordi, recordó un detalle importante que nos había dado un morador de Boca de Uracillo en respuesta a mi pregunta: ¿Aquí hay cerveza? Nos dijo que había una cantina en El Limón. Como El Limón no estaba en nuestra ruta, yo descarté ese detalle. Jordi lo guardo para futuras referencias. Esa futura referencia había llegado. El Limón estaba a la vista desde donde estábamos, trepados en el cerro más alto, pero nuestro destino de inteción estaba muy lejos aún. El plan B entró en acción rápidamente y encontramos unos moradores que hicieron posible ponerlo en acción sin complicaciones. Al poco tiempo estábamos en El Limón tomándonos una pinta fría enfríada por una nevera a gas en el medio de la nada. La verdad es que nada le gana al conocimiento del terreno – las cartas topográficas solamente dan una representación aproximada del terreno, pero los lugareños tienen la información que realmente vale la pena tener: por donde caminar, y donde darle agua al caballo.

Al día siguiente, después de una agradable noche en el Jardín Aquí es mi Tierra, hicimos un pow wow para decidir nuestro nuevo plan de acción. Todo el trabajo que diligentemente había hecho, la ruta en el GPS, quedó inhabilitado. Decidimos que nuestro nuevo rumbo sería La Encantada, a orillas del Río Indio. Habían un par de tramos en blanco en los que teníamos que imaginar como podríamos conectarlos. Esta es una de las razones por las que he demorado tanto tiempo en unir Boca de Uracillo con Boca de Río Indio. La mayoría de los senderos son en dirección esta a oeste en el mapa. Hay senderos norte a sur, pero pocos aparecen unidos y, claramente, no hay una ruta definida para caminar hacia la costa. Todo el mundo usa el Río Indio como el sendero hacia el mar, la gente se mueve en bote cuando quieren ir a la costa. Nosotros queremos hacer este tramo caminando para poder unir desde Tres Hermanas hasta Boca de Río Indio. Esto nos daría la opción de caminar de mar a mar, unos 11o kilómetros aproximadamente.

Cuando salimos del Limón, rumbo a La Encantada, teníamos una ruta en mente, la que parecía probable en el mapa. Después de un par de horas de estar caminando y haber pasado La Puerca Gorda llegamos cerca de donde debíamos hacer nuestro primer giro en la ruta para tomar un sendero que nos llevara a La Encantada. Mientras veíamos el mapa nos topamos con un señor a quien le preguntamos por el camino hacia La Encantada. Este señor nos dió una ruta que no aparecía en el mapa. Le preguntamos con respecto a la ruta que queríamos seguir y él nos dijo que esa ruta era más larga y enlodada por que iba a la orilla de la Quebrada La Encantada. Nos dijo que la ruta que nos recomendaba estaba muy clara y era más directa. Efectivamente, la ruta de la que hablaba no estaba en el mapa pero seguía un filo que iba entre las cabeceras de las quebradas entre La Encantada y Los Olivos. Era un excelente sendero del cual no había rastro alguno en el mapa del Tommy Guardia. Además, el sendero iba por lo alto y estaba relativamente seco y sombreado. Nada como tener algo de información local.

Almorzamos en un lugar que se llama Cabecera de La Pólvora, con una excelente vista de una planicie con pasto de primera y una gran cantidad de ganado. Podíamos ver claramente la Quebrada La Encantada y la ruta que seguía hacia el Río Indio. También era claro que esta segunda parte del viaje de este día iba a ser muy, muy mojada ya que teníamos que atravesar una ciénega pequeña y todo el terreno estaba algo anegado. Nos tomó una eternidad llegar hasta La Encantada… Cada paso que dimos a través de la llanura era una lucha por mantener nuestras zapatillas puestas. Por suerte llevaba polainas sobre mis zapatillas que ayudaban a mantener el lodo fuera del calzado y evitaban que se pudiera quedar trabada la zapatilla por que tenían una correa que amarra la polaina pasando bajo la suela de la zapatilla. La verdad es que a pesar de lo incómodo de caminar a través de tanto lodo (o puré de mierda de vaca), el paisaje estaba espectacular, frondoso y exhuberante.

Teníamos las esperanza de encontrar cerveza en La Encantada por que era un pueblo relativamente grande a orillas del Río Indio, relativamente cerca de la boca del río. Efectivamente, cuando llegamos al pueblo pudimos ver que había tendido eléctrico y el pueblo tenía de todo: escuela, centro de salud, cancha de futbol, iglesia, corregiduría, y una cantina al lado del río. Ya eran las 5:00pm del viernes, seguro que la rumba estaba por comenzar. Cuando nos acercábamos al río pudimos ver que el lugar estaba muy tranquilo y no había un alma en lo que parecía el jardín del pueblo. Al llegar había una señora parada junto a una pila de cajas de cerveza, pero no había más nadie a su alrededor (extraño para un jardín, viernes en la tarde). Cuando le preguntamos por la cerveza nos informó que toda se había acabado más temprano. ¡Que enorme decepción! Mientras conversábamos llegó el botero y bajó el motor de su piragua, terminando su faena del día. Rápidamente, antes que se nos fuera, negociamos transporte a Boca de Río Indio. A los pocos minutos estábamos camino al mar y unas pintas frías.

Por Irving Bennett

Siempre listo.

3 respuestas a «Tres Hermanas a La Encantada»

Muy solido! Felicidades. Definitivamente que nada como la información de los locales.
Agradecería me hablaras un poco de las polaínas. No sabía de su existencia.

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