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Javelina Jundred 2016

Este último fin de semana de octubre corrí Javelina Jundred 100 millas en 25:58:54, mi mejor tiempo hasta ahora en las cien millas. Con esta carrera conseguí mi séptima hebilla de ultra corredor. Después de haber corrido Javelina en el 2010, mejoré el tiempo de esta carrera en 2:50 (casi tres horas) y volví a correr vestido de Hombre Araña, como lo hice aquella vez. Diría que la experiencia me permitió mejorar mi tiempo porque no creo que esté corriendo con la misma fuerza y velocidad que tenía a mis 49 años (de eso estoy seguro).

Javelina Jundred se corre en McDowell Mountain Regional Park en el desierto de Arizona, afuera de Phoenix. Este año nos tocó la temperatura más alta que se haya registrado para ese día del año en toda la historia del parque. Estaba caliente. Pero a mí no me afecto tanto la temperatura, a pesar de mi disfraz, porque siempre me mantuve húmedo y usé un pañuelo con hielo alrededor del cuello. No tomé más agua de la cuenta, casi nada, de hecho. Me echaba el agua encima para mantener la temperatura cómoda. Corrí toda la carrera con dos botellas, una con Gatorade y otra con agua. La de Gatorade me la tomaba y la de agua la usaba para controlar mi temperatura.

La noche anterior a la carrera la pasé en el parque, al lado de la meta, donde una ciudad de toldas había sido levantada por los corredores que habían elegido acampar al lado de la partida. Este año habían movido la partida a este lugar para tener más espacio para las toldas ya que se estaba quedando chica el area donde habían hecho el evento los años anteriores. La acampada en la partida/meta es parte del atractivo de esta carrera, tanto para los corredores, como para los espectadores, ya que la carrera son cinco vueltas a un circuito (cada vuelta en dirección contraria) y en cada vuelta hay que recorrer unos 500 metros por un camino que pasa entre las toldas. Este recorrido siempre me llenó de energía porque todo el mundo me animaba y me llenaba de energía (tal vez porque iba vestido de Spiderman, pero creo que los espectadores hacían esto con todos los corredores).

A las 4am me levanté y me vestí bajo mi manta, que era lo único que me cubría. Había dormido al aire libre a un borde del campamento porque no tenía reserva para acampar y se habían agotado los puestos para hacerlo cuando llegué al parque. Empaqué mi mochila y la coloqué en el lugar para las bolsas de carrera donde quedaría como mi reserva de abastos. Fui a buscar cafe porque decidí no perder tiempo preparándolo yo mismo. Ya la partida estaba repleta con los 574 corredores que iban a partir ese día a las 5am. Justo antes de la partida me encontré con Lagarto y pudimos arrancar juntos, pero fue poco lo que corrí con él porque pronto me dejó atrás. Partimos casi al final de la multitud y pronto cada uno se fue acomodando en la larga fila que siempre se forma en estas carreras por senderos estrechos.

En esta carrera la vista era expansiva pero los senderos estaban delimitados por toda clase de plantas espinosas, en su mayoría cactus. Todas las clases de cactus estaban presentes en el paisaje, desde los gigantescos saguaros hasta las pequeñas chollas saltarinas, muchos con espinas que se veía que podían causar mucho dolor. Más de un corredor iba a terminar con un pié lleno de espinas. Además de los cactus, estaban todas las clases de suculentas que viven en estos desiertos, plantas carnosas que acumulan la poca humedad que hay en estos desiertos donde la vida aparece de noche, cuando baja la temperatura.

Ya se veía que el día iba a estar caliente porque en la madrugada la temperatura apenas bajó a 16C y no había una nube en el cielo. La primera vuelta de esta carrera es de 35.7km y el resto de las vueltas son de 31.2km. En total había que hacer cinco vueltas, la primera en el sentido del reloj y luego en dirección alterna cada vuelta. Yo decidí correr con dos botellas solamente aunque recomendaban tres botellas para corredores lentos como yo. También decidí que tomaría Gatorade toda la carrera en una botella, la que llevaba en la mano y agua en la otra (esta ha sido mi combinación desde hace rato). La botella de agua la uso para enjuagarme la boca y mojarme también. Esto iba a ser muy importante con el vestido de Hombre Araña que cargaba puesto porque era la clave para enfriarme evaporativamente.

Primera vuelta

Al final de la primera vuelta se pasa por un cañón que alarga el primer tramo. Ya eran cerca de las 9am cuando llegamos a esta parte y me quedé sin líquidos. Se me secó la ropa y el calor comenzó a tostarme. Esto no era bueno pero ya debía faltar poco par terminar. En ese momento quedé con un grupo de cuatro mujeres y estábamos pasándonos a intervalos. En una de las bajadas rodé y que tirado, cuan largo era. Ahora estaba, seco, sucio y golpeado. No se pintaba muy bueno el día. Terminé la primera vuelta en 4:17, en la posición 183 de 574. Tal vez estaba corriendo más rápido de lo que debiera pero no me pareció que estaba corriendo forzado.

Me llenó de energía el regresar a la meta porque toda la gente que estaba acampando se encontraba arreglada a los lados de un camino que recorría todo el campamento hasta el punto donde se daba el giro para iniciar la próxima vuelta. A todos parecía gustarle ver a Spiderman corriendo, en particular a los niños. «Go Spidey!»

En esta vuelta me puse un pañuelo que está hecho especialmente para el calor porque permite que se le ponga hielo adentro. De ahora hasta que bajara el sol iba a tener hielo alrededor del cuello para enfriar la sangre que pasaba por las carótidas y el agua fría que chorreaba por la espalda iba a ayudar a mantener mi temperatura bajo control. Pasé por la estación de apoyo lo más rápido que pude comiendo papa hervida con sal, unos pepinillos, y sandía mientras los voluntarios rellenaban mis botellas y le ponían hielo al pañuelo.

Segunda Vuelta

Al partir a la segunda vuelta quedé nuevamente con las mujeres que estaban corriendo juntas. Pensé que eran un grupo pero resultó que solamente era coincidental. Una de ellas nos fue dejando atrás, Heather al final terminó en posición #81 en 23:36:22 — eso explica por qué no la volví a ver. Quedé corriendo con Maggie Beach y de la conversación surgió la coincidencia de haber corrido juntos en Western States en el 2011. Maggie Beach terminó Badwater 2011 en la tercera posición femenina. Corrimos juntos hasta Coyote Camp y allí se quedó a descansar. Creo que el calor la acabo porque no salió a la tercera vuelta. Por suerte corrimos juntos porque en esta segunda vuelta me ayudó con agua cuando se me acabó entre Jackass Junction y Coyote Camp, el tramo más largo entre estaciones en esta carrera.

Bajando de Coyote Camp me crucé por primera vez con el Croc. Venía casi dos hora delante mío, iniciando su tercera vuelta. Parecía que el sol lo estaba golpeando porque no hizo más que quejarse del calor pero venía muy bien cuando yo lo vi.

Terminé la segunda vuelta en 4:39:58. Un buen tiempo porque estaba manteniendo el paso bastante constante a pesar que se había puesto caliente el día. La tercera vuelta sería crítica para terminar esta carrera. Ya llevaba nueve horas corriendo y habíamos partido a las 5am. El calor todavía estaba subiendo pero mi vestido me estaba protegiendo muy bien. Todos me preguntaban como podía aguantar el calor con ese traje. La realidad es que venía muy fresco por las propiedades evaporativas del material. Todos los demás tenían que tomarse el agua y sudarla para refrescarse mientras que solamente me la echaba encima y de una vez se distribuía por toda la tela del vestido y comenzaba a evaporarse. Eso me ayudaba a conservar las sales que de otra forma hubiese perdido sudando toda esa agua.

A esta altura de la carrera tenía esperanza de poder mantener algo del paso que había estado llevando. Aunque podía soñar con menos de 24 horas, no se me ocurría cambiar mucho lo que estaba haciendo y estaba determinado a seguir corriendo cómodamente. Una vez más me apegué a mi rutina de comer papa hervida rodada en sal, pepinillos y sandía. Siempre me tomaba algo de ginger ale para ayudar al estómago, y también Coca Cola. Había pizza en la estación principal y me comí un pedazo. Cuando salí a la tercera vuelta no tenía idea del calor que venía en camino.

Según mi cálculo, Lagarto me llevaba como dos horas a esta altura de la carrera, tal vez un poco menos. Yo estaba corriendo bien, no me dolía nada, no tenía fricciones incómodas por ningún lado, pero estaba comenzando a sentir que me estaba pelando la cintura por la espalda. Había planeado usar un calzoncillo de compresión debajo de mi vestido de Hombre Araña pero no lo pude encontrar en la oscuridad de la noche. Creo que se me quedó en la maleta que había dejado en el auto así que me puse el pantalón de correr que había traído por si decidía quitarme el disfraz. Es de marca Nike y no tengo idea por qué esa gente usan tanta costura para ponerle la etiqueta pero el resultado de eso es que cuando corro con el cinturón para la segunda botella, el peso de la misma botella hace que se me pele la piel justo donde la etiqueta me roza con la espalda. Normalmente, cuando corro con estos pantalones, me pongo la camiseta por dentro del pantalón para evitar que esto pase y no pelarme. Esa no era una opción ahora porque no me puedo meter el disfraz por dentro del pantalón.

Mientras corría bajo el sol pensaba en lo deliciosa que iba a estar el vaso de cerveza que me iba a tomar en Coyote Camp, un puesto de ayuda que maneja el Hash de Phoenix. En la primera vuelta me había tomado un bloody mary que estuvo buenísimo. En la segunda vuelta cambié a cerveza y ahora estaba motivado por llegar para tomarme otra. Cuando comencé a trepar para Coyote Camp ya las pulsaciones se me estaban elevando por el calor. Ya se veía difícil que pudiese mantener esta vuelta dentro de las cinco horas como había hecho con las dos primeras.

Cuando llegué a Coyote Camp me encontré con un tumulto que estaba en la misma situación que yo, con sed, pero ni uno solo tenía una cerveza. Yo si aproveché la oferta de cerveza que tenía y me tomé un vasito mientras comía de lo que había en la mesa de abastos. Por desgracia se habían acabado las papas con sal así es que me comí toda la sandía que pude y tome algo de jugo de pepino también. Ya con mis botellas rellenas seguí hacia Jackass Junction, la próxima estación. Iba a tener que ser juicioso con mis líquidos porque este tramo es el más largo entre estaciones y ahora estaba más caliente.

Una de las cosas que me han gustado de Javelina es que cada vuelta es en el sentido contrario. Esto permite que uno pueda ver a la gran mayoría de los competidores en un momento u otro. Bueno, en esta vuelta me toco ver a los que iban ganando la carrera: yo iba en mi tercera vuelta y esta gente me estaba pasando para terminar la carrera. La gente que venía en contra, la mayoría, iban para su cuarta vuelta, pero los primeros corredores iban a terminar antes que yo terminara esta vuelta y me estaban pasando como si yo estuviese parado. ¡Wow, esta gente corre rápido!

A estas alturas de la carrera ya estaba corriendo solo. Veía mucha gente, pero nadie estaba corriendo cerca de mí, en el mismo sentido que yo. La tarde estaba cayendo cuando me acercaba a Jackass y podía escuchar música. Algo había cambiado en esa estación desde la última vez que pasé por allí. Cuando voy llegando me encuentro con dos hombres vestidos de cheerleaders bailando y animándome a llegar a la estación. En la estación habían luces de colores y el ambiente estaba muy festivo y las chicas detrás de las mesas se habían vestido sexy. ¡Aquí la gente la estaba pasando bien!

De repente me llega un hombre vestido de bombero, como salido directamente de la banda «The Village People», y me pregunta si era de Panamá. Yo le digo que sí, ¿cómo sabía él eso? Me responde que mi amigo de Panamá había pasado por allí hace poco y que «no se veía muy bien» ¡y me ofrece una cerveza! Bueno, era hora de sentarme y tomarme una cerveza con calma, ya me la merecía. Había una hielera inmensa llena con toda clase de cervezas que se veían potentes — yo escogí la más fácil de tomar, la más ligera que encontré y me senté a descansar un rato. Fue muy divertido el tiempo que pasé en la silla mientras una cantidad de corredores me pasaban apurados por seguir su carrera y no caer ante la tentación de esta estación. Yo no pude resistir…

Cuando me terminé mi cerveza proseguí en mi procesión. Ya había bajado el sol y tenía esperanzas de poder mejorar mi paso y ahora todo lo que venía era en bajada. Ya había pasado la primera mitad de la carrera, había sobrevivido la parte más caliente del día, y ahora me tocaría aguantar el sueño. Ya no me estaba echando el agua encima porque no quería tener el disfraz mojado, o húmedo, durante la noche que podía ponerse fría. Curiosamente, ahora es cuando más caliente se sentía mi vestido, y la noche no parecía que se iba a enfriar mucho. No me había llevado mi lámpara en esta vuelta así que me tocaría correr hasta la estación principal con una linterna de mano pequeña que cargaba en el cinto.

Cuando llegué a la próxima estación comencé a tomar sopa. A esta altura de la carrera la sopa es lo que mejor me cae y me ayuda a recuperar las sales que he perdido durante la sudada del día. En esta estación ya había gente que estaba abandonando la carrera. Parece que el día fue letal para muchos corredores. De Rattlesnake, esta estación, a la meta viene el tramo que mejor se puede correr en esta carrera. Traté de apretar para terminar esta vuelta debajo de seis horas y logré: hice el tercer tramo en 5:55:42 y pasé en la posición #183. Entre las cervezas y la silla en esta vuelta me pasaron 26 personas.

8:53pm

Cuando regresé al campamento base me tocó pasar por enfermería para que me pusieran esparadrapo en la espalda porque ya se me había pelado donde me rozaba el pantalón. La gente es muy amable en la estación médica siempre, y lentos. Pero, ya no estaba dispuesto a otra vuelta más con esa lesión molestando. Después me fui a comer algo y, por primera vez en una de estas carreras, la comida no me bajaba: no me pude terminar el primer mordisco de pizza. Cuando me lo traté de tragar me dió una revoltura y vomité. Fue poco lo que vomité porque no tenía nada en el estómago. Bueno, ya vería como seguiría el resto de esta carrera sin comida. Saliendo de la estación la gente todavía seguía animándome por ir vestido de Hombre Araña. Ahora era cuando los superpoderes iban a ser necesarios.

3:05am

Antes de salir había tomado mi linterna de cabeza y había cambiado la pila de la linterna de mano por si la volvía a necesitar. Estaba corriendo todavía, pero mucho más lento ahora. La subida desde Jeadquarters a Rattlesnake es progresiva y se presta para correr bien. Iba pensando que no había visto al Croc en esta vuelta. ¿Será que se me escondió para que yo no lo viera? El es capaz de hacer eso para joder y hacer que no supiera que ventaja me llevaba.

Al regresar a Rattlesnake pude comer más sandía y bajar unos sorbos de sopa de fideos. Creo que estaba pasado de sal, pero aún no daba con la razón por la que no me pude comer la pizza. Por suerte todavía podía beber el Gatorade y bajar unas calorías por esa vía. Ahora que era de noche el agua me estaba alcanzando sin problema entre las estaciones.

De noche pude ver varios desert gerbils en el camino. La noche estaba oscura y el cielo se nublo. A pesar que no había luna no pude ver muchas estrellas por la opacidad que cubría el firmamento. Por suerte tenía una buena linterna para alumbrar el camino. Varias veces me tropecé con rocas que no estaba viendo bien. Cuando regresé a Jackass vi que la fiesta seguía a todo dar. Me ofrecieron más cerveza pero esta vez pasé de largo. Les prometí que en la próxima vuelta celebrábamos el camino a la meta final pero ahora tenía que terminar esta vuelta lo antes posible.

No se que pasó entre Jackass y Coyote Camp, pero se me acabó la gasolina y me estaba durmiendo. Por suerte en esta vuelta me pasaron unos corredores y decidí aprovecharlos para unirme a su tren y mantener el paso. La compañía me ayudó definitivamente pero al rato se me fueron quedando atrás. Yo trepaba más rápido que ellos y este tramo estaba lleno de subidas y bajadas. Ya estaba desesperado por llegar a Coyote Camp y nada que lo veía.

Finalmente apareció de la nada la estación. Ahora esta estación que había sido tan animada durante el día había palidecido en comparación con la fiesta que se armó en Jackass. Una de las razones es que esta estación es remota, mientras que la otra está accesible en auto y tiene más amenidades. Creo que los voluntarios también se estaban cansando y no habían llegado reemplazos. Comí lo que pude, rellené mis botellas y seguí mi camino. Ahora venía una bajada larga a Jeadquartes.

A estas alturas, con el sueño que aún me estaba correteando, y las piedras que había pateado, la bajada se me estaba haciendo complicada y no le estaba sacando el provecho que hubiese querido. Al menos estaba en movimiento y eso era bueno. El perfil de este tramo es una bajada relativamente rápida y luego el resto es de una pendiente muy leve y con buena pisada. Comencé a motivarme pensando en que pronto estaría dando la vuelta y comenzaría mi último tramo. Ahora se estaba llenado el aire de un polvillo muy fino que hacía incómodo respirar y me resecaba el lente de contacto en mi ojo derecho. Tenía la brisa en la espalda y el viento me traía el propio polvo que yo levantaba. Aún así, estaba alcanzado a otros corredores y los estaba pasando.

Cuando regresé a Jeadquarters fui por otro pedazo de pizza para ver si esta vez si podía comerlo. Mismo cuento que la vez pasada: no me lo pude tragar y termine botando lo poco que tenía en el estómago. OK, ya solamente quedaba la última vuelta y estaba seguro que iba a poder terminarla como estaba. Más caldo de pollo, ginger ale, Coca-Cola y partí por esa hebilla que me esperaba al final de esta vuelta. En la salida esta vez estaba dormida la mayoría de los que habían estado animándome pero ya no necesitaba más motivación que la llevaba dentro. Esta última vuelta me había tomado 6:11:46 y llegué a dar la vuelta en la posición #164.

Cuando salí vi que había un tren largo de otros corredores que también estaban en su última vuelta. Muchos ya estaban caminando, o corriendo muy lento. Yo decidí que iba a dejar todo lo que me quedaba en esta vuelta y apreté el paso, determinado a correr toda la última vuelta. Comencé a pasar gente. Me acordé de Ernie que le pinta una diana a los corredores que tiene al frente. Así mismo fui haciendo con todo el que veía y uno tras otro los alcanzaba, los pasaba, y los dejaba atrás.

Cuando llegué a la subida hacia Coyote Camp seguí corriendo. Como ya no había sol que me robara fuerza encontré un ritmo que me permitía correr la subida tal como lo había practicado en el Parque Metropolitano de Panamá cada vez que subía al mirador por el camino del Mono Tití cada viernes con el «Monkey Pack», nuestro grupo de apoyo a corredores adictos. Con cada paso que daba faltaba menos para terminar esta vaína. Ya podía sentir la elación de estar alcanzando otra meta más. Coyote Camp apareció pronto, estaba corriendo bien, en especial por ser la última vuelta. A estas alturas la mayoría de la gente va en una marcha forzada.

Me tomé un café en Coyote Camp, más caldo, y partí hacia la próxima estación. Como a la hora de estar corriendo, aún de noche, comencé a sentir otro bajón venir. Estaba vez iba a apretar el botón de Nitrox: toda la carrera había llevado un gel en mi botella de mano y ahora era cuando realmente lo necesitaba. Tenía más en el cinto, pero ya era hora de comerme todo lo que había cargado todo el día encima. Apenas los carbohidratos entraron en mi torrente sanguíneo sentí que me volvieron los ánimos y el humo del diesel desapareció, una vez más estaba quemando en los cuatro cilindros. La madrugada, justo antes que salga el sol, es la peor hora de la noche en estas carreras de larga distancia. Pero ya, inexorable, el astro que mantiene esta roca flotando en el espacio en su órbita estaba por romper el horizonte.

Cuando llegué a Jackass ya la fiesta había terminado. La música seguía tocando pero el ambiente festivo se acabó y nadie me ofreció cerveza (que no me iba a tomar a esta hora). Más café, más caldo, y por fuera. Ya estaba corriendo loma abajo y seguía pasando gente. Pronto fue tornándose rojo el cielo y el sol fue marcando el perfil de las montañas que tenía al frente. Jeadquarters quedaba al Este de mi posición y el sol se levantaría frente a mis ojos mientras corría entusiasmado por ir acercándome a la meta. En Rattlesnake repetí la rutina que ya me estaba dando resultado: más café, caldo y rellenar botellas.

Ultima vuelta

Ahora sí, ya solamente me separaban 6kms del final de esta carrera. Apreté el paso aún más. Según mi matemática iba a poder terminar justo debajo de las 26 horas, o cerca de ellas. Era mejor si había un 25 y pico en lugar de 26 y sencillo. Más rápido, más rápido. Claro, yo pensaba que iba a balazo, pero en realidad iba como una tortuga corriendo, pero estaba corriendo y seguía pasando corredores. A lo lejos vi otro grupo y calculé que me los iba alcanzar sin hacer otra cosa que seguir corriendo. Ellos también estaban corriendo pera se tomaban descansos caminando. Yo no dejaba de correr y al rato los alcancé, los pasé y los dejé atrás. De una vez fui buscando más gente delante mío. Y miraba el reloj, y calculaba, y tenía ganas de apretar el paso pero no quería gastarme antes de cruzar la meta.

Acabando…

Pronto pude ver el perfil de los cerros que estaban cerca de la meta. Ya faltaba un par de kilómetros solamente. Ahora si era hora de dejarlo todo en el camino y llegar a la meta con los vapores del tanque. Cuando logré ver Jeadquarters me quedaban unos cinco minutos antes de la hora. Si cruzaba antes de las 7am tendría un tiempo con un 25 por delante. Ya iba corriendo a todo lo que daba a esta altura de la carrera y sentía que me estaba alcanzando la hipoxia, pero no importaba ya porque antes cruzaría la meta, aunque fuese en déficit. ¡Iba feliz!

Crucé la meta en 25:58:54, mi mejor tiempo hasta ahora. Había pasado a 44 corredores en esta vuelta que me tomó 4:53:55, mejor tiempo que las dos anteriores. Me dieron mi séptima hebilla en cuanto crucé, me tomaron mi foto, y me preguntaron si necesitaba algo: «¡Sí, una cerveza por favor!». Y me la trajeron…

Después de terminar mi refresco y conversar un poco con la gente que estaba por ahí me acosté a dormir mientras esperaba a mi conductor para ir a desayunar. Y así estaba cuando me encontró:

Por Irving Bennett

Siempre listo.

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