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Boquerón, una vez más

BoquerónUn camino que recorro todos los años, al menos una vez, es el del Río Boquerón. Ya estoy planeando el de este año. Para mi, este es uno de los caminos de selva más atractivos que ofrece el Parque Nacional Chagres. La primera vez que lo caminé me tomo cuatro días hacerlo, y partí desde Nuevo Vigía en el Lago Alajuela. Cuando me bajé de la piragua encontré que había un camino que llegaba hasta el mismo lugar y que se podía recorrer en carro. Inmediatamente hice una nota para buscarlo en el mapa cuando terminara ese primer viaje. Eso fue en 1990 y con nosotros venía Michèle Labrut, autora del libro «Getting to Know Panama», quien había sido la gestora del viaje. Ella quería escribir una historia sobre piratas y el Camino Real.

Ese viaje fue una verdadera odisea, al igual que el próximo que le siguió. En esa ocasión el río se nos creció y tardamos horas tratando de avanzar por las orillas del río, abriendo nuestro camino a punta de machete. En ese viaje salimos un día tarde. Lo que acabó por retrasarnos fue que al salir del bosque nos encontramos con qué habían desmontado toda el área por donde teníamos que salir, siguiendo uno de los brazos del Río Nombre de Dios. Nos demoramos mucho tratando de avanzar por la maraña de arbustos que se había formado por encima de los árboles que habían tumbado. Esto se repitió por varios viajes: cada vez que llegaba al mismo lugar encontraba que los campesinos habían talado un poco más del bosque. Finalmente opté por siempre hacer el viaje desde Nombre de Dios hacia Panamá y evitar este anti-climax.

Desde entonces he ido acortando el tiempo que demora recorrer este camino. Ya lo puedo hacer fácilmente, sin mapa, en un día. En un par de ocasiones hemos salido a las 6:00 am desde La Línea y llegado a Boquerón Arriba antes de las 6:00 pm. Pero esa no es la idea: el camino es tan agradable que se merece hacerlo en tres días, con calma y buena letra. El Boquerón está lleno de pozas y chorros en donde bañarse. En tres días se puede caminar suave, con un baño en poza cada hora. Los desayunos se pueden tomar pacientemente, gozando del momento, sin tener el apuro de la partida encima.

El camino también se ha acortado algo desde la primera vez que lo caminé, especialmente desde el lado del Río Nombre de Dios. Antes teníamos que llegar hasta La Línea, en el camino a Nombre de Dios. Ahora, ese tramo de camino se puede recorrer en carro hasta llegar al mismo Río Nombre de Dios. Es un tramo como de 5 kms. que uno se ahorra. Este tramo recorría potreros y era un lodazal creado por todo el ganado que sacaban de las partes planas aledañas al río. En realidad esta porción del camino no le sumaba nada al viaje.

Esta ruta sigue dos ríos: el río Nombre de Dios y el Río Boquerón. Aunque ambos ríos desembocan en el Caribe, el Boquerón fluye hacia el sur hasta desembocar en el Chagres (ahora en el Lago Alajuela). Justo antes de llegar hasta el lago se llega al camino de Boquerón Arriba, que sale por Sardinilla a la Vía Transístmica. También, este camino, por partes, sigue la ruta de un viejo ferrocarril que sacaba manganeso de unas minas y lo transportaba hasta Nombre de Dios. Todavía quedan vestigios de las vías del tren, una vieja locomotora tirada en el Río Nombre de Dios, y varios vagones en varios lugares del recorrido. Yo creo que ya hemos recogido casi todas las botellas que habían a lo largo del camino.

Mi parte favorita del viaje es la parte alta del Río Boquerón, cuando aún es un hilito de agua. Dormir al lado del chorro más grande del Boquerón también es un punto alto del camino. En ocasiones nos ha tocado hacer guerra con los cusumbí (kinkajou, o potos flavus). Todavía se ven muchos animales y aves en el camino, pero no siempre se dejan ver. Las huellas de los jaguares son frecuentes, hay muchos en el Parque Nacional Chagres. Los tucanes son vista frecuente. Es más fácil oirlos que verlos, pero siempre están por ahí. Las pavas, cuando están con sus crías, se ponen agresivas tratando de llamar la atención mientras los polluelos se esconden.

Este camino lo he hecho a través del año y siempre me ha ido bien. Los mejores meses para hacer este camino son los del verano, pero no hay mejor ocasión que cuando se puede. Hasta en agosto, cuando pensaba que nos iba a llover a cántaros, nos ha tocado buen clima. Vamos a ver que nos ampara el destino para este próximo viaje.

Referencias:

http://wiki.alairelibre.net/wiki/CaminoReal

https://alairelibre.net/paseo/images.html

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Caminatas General

Panamá – El Valle, 1976

HaciaElValle1976 Hace 30 años este año nos fuimos caminando desde Panamá hasta El Valle. Eso fue en 1976, de derecha a izquierda, Denise, Lili (mi mamá), Rogelio, Michelle, yo, y Tito (mi papá). Sólo faltó mi hermana Lilibeth, que tenía 6 años en ese entonces. Nos tomó siete días llegar a El Valle, incluyendo un día de descanso en La Pensión de Sajalices. Casi no caminamos por asfalto. Creo que solo entrando a Cermeño y bajando las curvas de Campana nos toco caminar por pavimento.

Esa fue una gran aventura. Una de las primeras. Algo que cambió mi vida para siempre. Creo que tuvo el mismo efecto sobre mis hermanos. Recuerdo con mucha claridad una gran cantidad de detalles de ese viaje. No puedo decir que tengo muchos otros recuerdos de esa edad que sean tan claros como ese viaje. Tenía quince años en 1976. Mucho ha cambiado en Panamá en los treinta años que han transcurrido desde entonces. Lo mismo se puede decir de mi.

Partimos desde Veracruz, justo después del pueblo. Caminamos costeando hasta llegar al Río Caimito, donde nos tocó esperar que apareciera alguien que nos pudiera cruzar a Puerto Caimito. Seguimos por detrás de Chorrera, por el camino que va al Hospital Nicolas Solano. Cruzamos por Monte Oscuro hacia Cermeño. De Cermeño subimos por un camino hacia Campana. Todavía, cada vez que subo las curvas de Campana, y veo el barrigón que está en la subida, me acuerdo que por ese punto salimos del trillo a la Interamericana.

En Sajalices mi madre exigió un descanso. Pasamos esa noche en la Pensión Sajalices, nos bañamos en la piscina de la pensión, y cenamos en el restaurante. Al día siguiente iniciamos el ascenso hacia Sorá, justo por un camino que sale casi al frente de la pensión. En esos días, el camino a Sorá todavía era de tierra. Y la subida parecía que jamás iba a terminar. Esa noche dormimos en el Río Chame, abajo del puente. Luego pasamos por Sorá, bajamos al Río María, pasamos cerca del Picacho, y seguimos hasta El Valle.

Ya no me atrae la idea de repetir ese viaje. Casi todo tendría que hacerse por asfalto. Desde entonces he estado pensando en seguir uniendo viajes para completar la ruta hasta David, Chiriquí. Si no completo rápido ese tramo, me van a asfaltar muchos de los caminos que pasan por la cordillera. Y ya no voy a querer terminar lo que comenzó hace tanto tiempo. Pero esa es otra historia.

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http://www.almanaqueazul.org/

Chancleta ¡Este sitio está fantástico! El Almanaque Azul es un almanaque de las playas de Panamá y está muy bien logrado. Otro gran sitio montado sobre WordPress, el programa que maneja este sitio. Tiene un buscador muy sencillo a mano derecha, un mapa pequeño de Panamá que resalta las costas al pasarle el ratón por encima. El sitio tiene mucha actividad y cantidades de comentarios sobre las playas que lista. Los escritos de las playas están bien redactados y son útiles, cosa que no siempre es fácil de lograr.

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Construir un kayak

Perfil del Coho

Uno de los proyectos que tengo mucho tiempo de estar considerando es la construcción de un kayak de madera de Pygmy Boats. Ya tengo decidido que quisiera hacer el Coho o el Osprey Triple. Quizás haga primero el Coho para aprender con algo un poco más sencillo y pequeño que el kayak triple. En cualquier caso, los beneficios del método de construcción de «cocer y pegar» son múltiples: 1/3 del precio de fibra de vidrio y 30% más liviano. Ni hablar que al final uno queda con un kayak mucho más elegante que uno de fibra de vidrio. Por supuesto que el contrapunto es todo el trabajo que conlleva hacer un kayak de estos.

Este proyecto lo quisiera llevar a cabo pronto para luego poder completar otro par de planes que dependen de un buen kayak para turismo: estos son remar desde Bocas del Toro a Colón, y desde Colón hasta Puerto Obaldía. Una vez que salga de esos viajes consideraré algo similar para la costa pacífica. Por supuesto que primero haría unos viajes menos ambiciosos que servirían de preparación para el de Bocas del Toro – Colón.

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PanaWiki

PanaWiki, un sitio basado en MediaWiki, ya ha sido visitado 2,293 veces desde que lo instalé (solamente la página principal). No son muchas visitas, no importa como lo mire. Aún así, creo que es un sitio que irá creciendo más y más cada vez. Prácticamente no le he hecho ningún tipo de publicidad más allá de las referencias esporádicas en conversaciones, mensajes de correo, y en blogs. Por lo menos ya aparece de primero si busco PanaWiki en Google. Acabo de encontrar, escribiendo este artículo, que alguien ha decidido usar el mismo nombre para otro sitio, y que incluso ya registró todos los dominios con panawiki.

Bueno, de vuelta con lo que estaba escribiendo, este wiki ya tiene un volumen de texto decente que asciende a 54 páginas y múltiples imágenes. He estado esperando ansioso para ver cuando comienzo a ver ediciones por visitantes y hasta ahora han llegado muy pocas contribuciones. De hecho, creo que solo tres contribuciones existen. Pienso que hay una barrera tecnológica que se debe vencer para atreverse a contribuir a un wiki. Encima de eso, el tema de PanaWiki es algo limitado por ahora. Con mucho gusto lo ampliaría, liberándolo de mis propias limitaciones si existiera el interés.

La idea tiene mérito y existen muchos otros wikis que están sirviendo de referencia diariamente a millones de consultas. PanaWiki es simplemente una herramienta para ordenar mi propia data y de paso tratar de servir a quienes le interese el contenido. Hablando de contenido, será interesante ver si el otro «PanaWiki» toma cuerpo con mayor velocidad que el PanaWiki original.

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Cayucos Nuevamente

¡Qué bueno es estar en un cayuco nuevamente! La carrera de cayucos es un evento tan divertido, y todo el programa de preparación para la misma es tan remunerante. Este año por primera vez estoy practicando en Gamboa. Siempre había practicado en Diablo. Gamboa queda muy lejos para practicar todos los días, pero el entorno es insuperable. La verdad es que ahora que he estado haciendo la manejada creo que no está tan mal. Siguen siendo 40 minutos de ida y 40 minutos de vuelta, pero por lo menos es agradable el camino.

Quizás, lo que no me gusta de manejar hasta Gamboa es que es una manejada muy larga para llegar y enterarme que alquien falló ese día. Y, hasta ahora, está pasando con mucha frecuencia. Pero todavía es temprano y espero que tenga solución, que los compañeros comprendan lo importante que es la comunicación temprana. Cuando remaba en Diablo no me importaba mucho si alguien fallaba, apenas estaba perdiendo unos minutos de manejar.

Estoy remando uno de los cayucos del legendario Jay Gibson. Creo que eso vale la pena y justifica todo el tiempo que me tome llegar a Gamboa. Hay algo que aprender de Jay y yo voy a parar las orejas y aguzar los ojos. Ese zorro viejo tiene muchos títulos detrás de su remo. Y lo mejor de todo es que le gusta enseñar lo que sabe. Ya he estado practicando algunas de las técnicas de Gibson y creo que de verdad funcionan, como la de mantener las piernas juntas en el medio del cayuco. Ya veré que otras cosas nuevas aprendo en Gamboa.

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Bicicletas Caminatas General Kayaking

Reporte de El Reto del Indio 2006

Este fin de semana que pasó completamos El Reto del Indio 2006. Iñaki Lassa, Daniel Brostella, Javier Bru, Jorge Patricio Riba, Alberto Pons, Rogelio Bennett, y yo completamos la ruta completa desde Chumico hasta Boca de Río Indio. Mi sobrino Tino Nellos entró de bateador emergente cuando quedamos sin tres participantes en las últimas horas del viernes en la noche y completó la caminata y la remada. Repentinamente quedamos 7 de 10 justo antes de comenzar nuestra marcha al norte para cruzar el Istmo de Panamá en un fin de semana. Juan Carlos Espinoza, Marisa Díaz y Alberto Valdés se retiraron de El Reto del Indio en la última hora por razones de salud.

Este año nos tocó una luna fenomenal que brilló hermosa cada vez que el sol se ocultó. El último día parecía que remábamos sobre el cielo cuando la luna se reflejaba sobre el agua que en momentos estaba totalmente tranquila, sin una sola ondulación en su superficie. Partimos el sábado a las 6:30am de la mañana desde la playa de Chumico. A las 9:30pm del domingo estábamos tocando la arena bajo el puente que cruza la boca del Río Indio. Pedaleamos 5 horas, caminamos 7 horas el sábado, caminamos 4 horas y media el domingo, y remamos 10 horas. Cuando nos paramos del kayak, después de estar sentados por tantas horas, las piernas estaban tan entumecidas que nos tomó unos momentos volver a recuperar su control. Cómo el año anterior, El Reto del Indio puso a prueba la tenacidad de todos los que se le enfrentaron.

Este año el grupo estaba más parejo físicamente que el año pasado. Todos los retadores tenían un nivel físico muy parejo y llegamos bastante juntos en todas las etapas. Cuando ya estábamos en las últimas horas de El Reto del Indio, algunos me comentaron que habían recibido la impresión de que El Reto del Indio sería más fácil de lo que era basándose en lo que habían leido en mis redacciones. Yo me mantengo firme en que lo único que El Reto del Indio tiene de extremo es la duración del esfuerzo físico durante dos días seguidos. El nivel de esfuerzo en si mismo es moderado, pero definitivamente que tiene un efecto cumulativo a medida que van pasando las horas. Pero yo sé que tenemos más de 3 millones de años de estar evolucionando como el ser con la mayor capacidad de resistencia en el reino animal. Ningún otro animal en esta tierra puede escaparnos cuando nos proponemos atraparlo (mientras no vuele y no nade).

Muchos animales podrán ser más rápidos que nosotros. Pero a la larga los alcanzamos a todos y al final caen exhaustos al no poder escapar al cazador determinado. Esa historia de nuestra evolución nos ha preparado para seguir y seguir, tal como el conejo en los comerciales de baterías. Después que se haya hecho el trabajo de acondicionar los músculos y tengamos un poco de fondo en nuestras piernas, El Reto del Indio se puede manejar por los que estén determinados a terminarlo. ¡Esto no quiere decir que es fácil! Pero el próximo año pondré más enfásis en la importancia de la preparación para no tener a nadie sorprendido durante El Reto del Indio.

Me encantó ver las caras de sorpresa cuando la gente veía los parajes que íbamos cruzando en nuestras diferentes etapas. La verdad es que este país es una pequeña joya, una «ruta por descubrir». Disfruté cada momento de camaradería a lo largo del camino y compartimos muchas risas con las ocurrencias de cada uno. Justo después de terminar la pedaleada, cuando todavía faltaban horas de caminata por delante, dice Daniel: «hasta en un alhambre de puas voy a dormir bien esta noche». Después de horas de estar remando, decía Javier que no había músculo en su cuerpo que no hubiese sido trabajado: «mañana me voy a despertar con una sonrisa en la cara, pero no me voy a poder mover de la cama».

Todavía me gustó más escuchar como todos decían que para el próximo año ya sabían claramente como prepararse para El Reto del Indio. Espero que de aquí hasta allá puedan mantener el entusiasmo. Jorge Patricio le contaba a su mamá lo mucho que esperó a través de todo el año para que llegará el próximo Reto del Indio. Ya está esperando El Reto del Indio 2007. El próximo año lo haremos el 13 y 14 de enero. Mi hermano Rogelio quiere llegar de día a Boca de Río Indio en el último día. Yo me siento igual que el: así podríamos llegar temprano a casa después del Reto. Este año me acosté a las 2:30am después de manejar de vuelta, desempacar los autos, y darme un buen baño con agua caliente. Pero al día siguiente me desperté muy animado y en la tarde fui a correr el Hash. Pero el criminal de Sjef nos puso a correr 11.5 kilómetros, cuando todo lo que yo deseaba era una corridita corta.