Panamericana

La vía Interamericana, como la conocemos aquí en Panamá, ha estado en mi lista de cosas que hacer desde hace mucho años. He pensado en caminarla, pedalearla, manejarla, y ahora creo que terminaré haciendo el recorrido en moto. Por cuestión utilitaria, huirle al tráfico, volví a comprar una motorcicleta (una Yamaha XTZ-125) y he quedado usando motos como medio de transporte casi exclusivo. Antes de comprar la Yamaha llevaba años viendo las Kawasaki KLR 650 porque eran el vehículo doble propósito que me atraía. Después de un año con la Yamaha encontré una KLR a buen precio y la compré. El resto ha sido un proceso preparatorio para ¡Panamericana!

La Kawasaki había venido rodando desde Florida y la compré ya aguerrida, conocedora del camino, con maletas y todo. Mi moto vino preparada para viajes largos y con un rendimiento comprobado. A mí es quien le toca adquirir la experiencia necesaria para poder emprender el camino largo. He estado trabajando en eso desde hace un par de años. He dividido mi preparatoria en tres partes: destreza al volante, habilidad mecánica, y equipo de viaje.

La destreza al volante, o tras el timón (el manillar), la he ido adquiriendo con viajes cada vez más largos y con carga completa. Ya he acumulado 12,000 km rodando sobre mi KLR, incluyendo viajes de varios días y múltiples superficies bajo toda clase de condiciones, incluyendo mucha lluvia. Tuve un pequeño accidente al principio que por suerte no fue de mayor consecuencia. El accidente fue por incauto más que por error en el manejo y desde entonces he estado conduciendo con mucha más precaución. He tenido varios casos que fácilmente pudieron ser accidentes mayores pero logré reaccionar a tiempo y apropiadamente.

Me he metido en caminos difíciles con la KLR y he salido muy, muy cansado de luchar con el peso del vehículo. Poco a poco he mejorado mi habilidad de conducir por caminos difíciles, pero todavía me queda mucho por aprender. Ahora, la Vía Panamericana está mayormente asfaltada y no requiere de mayores conocimientos de manejo. Los caminos difíciles siempre serán rutas opcionales, desvíos laterales que pueden hacer mucho más interesante el recorrido.

Camino de Las Guías hacia El Valle de Antón

La habilidad mecánica la he ido obteniendo haciendo todos los trabajos de mantenimiento de la moto y haciendo la mayoría de estos con las herramientas que siempre cargo en los viajes. He estado haciéndome familiar con todos los elementos mecánicos de mi KLR. Comencé adquiriendo los manuales de mantenimiento mecánico del taller. He estado haciendo un mantenimiento minucioso para conocer todos los procedimientos que pueda necesitar durante un recorrido de larga duración. Ya he hecho todo lo siguiente:

  • cambio de aceite
  • cambio de líquido de frenos
  • cambio de líquido de radiador
  • cambio, limpieza y ajuste de bujía
  • cambio de cámaras de aire (tubos)
  • cambio de neumáticos
  • cambio de aceite de amortiguadores
  • cambio de pastillas de frenos
  • cambio de batería
  • ajuste de tensión de cadena
  • engrase de cadena
  • Ajuste de la dirección
  • Medición de la holgura de las válvulas
  • Cambio del tensor de la cadena del tiempo (doohickey)

He hecho otros trabajos más complicados pero ya con lo anterior he cubierto el 90% de lo requerido rutinariamente para asegurar el buen funcionamiento de mi moto. Adquirí las herramientas necesarias que no tenía, como palancas de llanta, y llaves para las tuercas de las llantas. He suplementado el juego de herramientas básico de la moto con algunas llaves convenientes para facilitar el trabajo. También he reemplazado algunos tornillos que habían recibido un tratamiento inadecuado anteriormente. Los tornillos japoneses requieren de puntas adecuadas para cada uno o pueden ser desgastados fácilmente, complicando su extracción en el futuro. Para algunos casos difíciles compre un atornillador de impacto que me ayudo a aflojar los casos más álgidos.

Saliendo de David de regreso a Panamá

El equipo de viaje ya está casi completo. Tengo mis maletas originales que vinieron con la moto y unas nuevas impermeables con las que reemplacé el cajón trasero que vino instalado. Prefiero maletas suaves al cajón rígido porque le cabe más y no tengo que tener ese baúl siempre. También me parece que hace sencillo el desembarque cuando llego a cualquier destino. La práctica me dirá si estaba en lo correcto. Ya he revisado varias listas de viaje y he escogido el equipo que creo que es apropiado para mi estilo de viaje. La mayoría del equipo ya lo tenía por todos los viajes que he hecho caminando, corriendo y en bicicleta. Hay ciertas prendas que son necesarias y que he adquirido, pedido, y expropiado para completar la parafernalia del motero.

Recientemente he tenido que hacer una manejadas largas bajo la lluvia que tal vez hubiese preferido evitar pero no se pudo. He descubierto la importancia de guantes impermeables. También encontré la inconveniencia de usar pantalones impermeable hecho para caminar con equipo de moto. No son suficientemente grandes para pasar sobre las botas. He estado debatiendo si quedarme con lo que tengo o hacer la inversión en algo más práctico.

Básicamente estoy listo para cruzar la frontera en cualquier momento. Cada vez estoy más deseoso de que me sellen el pasaporte con la moto. Ya he hecho varios viajes largos en auto y ahora quiero probarlo en moto. Estoy como un arquero que tiene la flecha lista en el arco y ahora solamente está haciendo fuerza esperando el momento en que soltar el tiro.

Actualización

En octubre del 2016 vendí la KLR 2006 Verde de las fotos anteriores a un español que se la llevó montando con su novia hasta Tijuana y allá la vendió. Al mismo tiempo compre una KLR 2011 Gris que vino rodando desde Canada. Ya llevo el año con este vehículo y por ahora todo ha marchado de maravillas. Esta KLR vino con maletas Tusk de aluminio y barras de protección para los laterales. Le faltaba el plato de protección inferior, el doohickey, y el asiento mejorado. El asiento y el plato de protección los tomé de la KLR verde y compré un resorte de mayor tensión porque el de fábrica ya estaba abusado y con poca carga quedaba topando con el fondo.

Boquete

Las maletas rígidas de la KLR (Las Tusk Aluminum Panniers) son buenas y fáciles de poner pero me gustaban más las suaves por que me daba paz mental saber que con las maletas suaves había menos posibilidad de dañar autos ajenos cuando manejo entre ellos. Después de el viaje a Boquete encontré, al regresar a la casa, que una de las dos maletas había tenido un fallo catastrófico y solamente por pura suerte no perdí nada de lo que llevaba dentro de la maleta. ¡Lástima, me gustaban mucho esas alforjas! Pero ya no vuelvo a usar maletas suaves de esa marca (con las costuras electro soldadas) porque no quiero arriesgarme a perder el contenido de las maletas en un viaje y quedar varado. Las maletas Ortlieb me dieron tres años de buen uso. Ahora me toca escoger otra marca de maletas suaves y ver que tal salen.

 

 

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