Chemi y Rompy en la meta

Massanutten 100 Millas 2023

Este mayo 20 corrí con Chemi Mandarakas mi Massanutten #5 en un tiempo de 31 horas, 31 minuto. Ha sido mi mejor MMT 100 por más de dos horas. Lo sobresaliente del caso es que esta corrida ha sido una semana después de correr Hellbender 100 Millas. Originalmente no planeaba hacer una corrida seguida de la otra, pero se dio la oportunidad de hacer Hellbender después que me había registrado en Massanutten y la tomé. Chemi se anotó a correr ambas y se armó el plan por serendipia.

Cuando terminé Hellbender quedé algo cansado muscularmente, más que en El Reto del Indio. Mis pies fueron los que peor quedaron por el agua que nos cayó toda la noche durante la corrida. Por suerte todo se recuperó a un punto aceptable antes de que empezara Massanutten. En todo caso, lo que venía era una experiencia nueva para ambos porque ninguno de nosotros había hecho dos ultras seguidas. Ya yo había corrido dos ultras con dos semanas de separación y me fue bien en la segunda, pero 7 días entre medio era algo nuevo.

Por suerte Chemi estaba dispuesto a que corriéramos juntos la carrera. Quedamos en que, si nos separábamos, nos encontrábamos en Habron Gap para comenzar juntos esa trepada que sería ya el inicio de la noche, justo pasada la mitad de la carrera. Yo fui el primero en separarme. Cuando entramos al sendero después de Moreland Gap me pasé a Chemi y a una mujer que estaba corriendo a un ritmo ligeramente inferior al que me convenía. Así me fui pasando otros corredores y llegué a Edinburg Gap unos minutos antes. De esa estación partimos juntos.

La vista del Río Shenandoah justo antes de Woodstock Tower

En el camino a Woodstock Tower, la próxima estación, me tocó ir al monte por la #2. En el breve lapso que estuve parado me pasaron más de una docena de personas. Cuando llegué a la estación, Chemi me había sacado más de 15 minutos. Partimos juntos una vez más, pero ahora estábamos bastante atrás en la fila de gente corriendo esta carrera. Ya llevábamos 32 kilómetros recorridos y los dos nos sentíamos bastante bien. Ambos estábamos sorprendidos de que no hubiesen secuelas de Hellbender en nuestro cuerpo. Chemi se había estado quejando de una banda apretada en la pierna derecha pero a esta altura no había molestia alguna.

Yo me había puesto cinta adhesiva kinesio en los piés para evitar que se me ampollaran nuevamente. Por ahora la cinta, que nunca había usado antes, estaba funcionando muy bien. Había comprado duct tape para este propósito pero leyendo Fixing Your Feet de John Vonhof (el libro) encontré que ahora recomendaban kinesiology tape (antes se usaba duct tape porque no había esta nueva cinta adhesiva). Iba a salir a buscar esa cinta adhesiva y le comenté esto a Chemi y me dijo que tenía en su maleta. Bingo! La cinta esta es de tela, es más flexible que el duct tape, y la goma es distinta. Esto lo hice la tarde antes de MMT.

Llegué a Powell’s Fort un poco antes que Chemi porque me había pasado unas personas en la bajada a esta estación. Chemi también tuvo que parar por la #2. Por la #1 Chemi paraba a cada rato, por suerte. Esas pequeñas paradas me permitían avanzar algo y luego Chemi me volvía a alcanzar. Comparando Hellbender versus Massanutten, Massanutten estaba ganando en la calidad de sus senderos, y sus estaciones estaban mejor aprovisionadas, con más voluntarios. Massanutten tiene 27 años y Hellbender 4 años, ambas apoyadas por clubes sin fines de lucro, pero Virginia Happy Trails, los que apoyan MMT, es un grupo muy grande con más de 900 miembros.

Las primeras estaciones, hasta Elizabeth Furnace, tenían unos tiempos de corte algo apretados. Era necesario promediar 5 kilómetros por hora para pasar los cortes. Estábamos corriendo a paso de 26 horas y habíamos logrado acumular un buen colchón contra los cortes. Cuando llegamos a Elizabeth Furnace, el primer tercio de la carrera (53.6 kms), teníamos 9:56 corriendo y el corte era a las 11:40 horas de carrera. Estábamos muy bien por ese lado. Todo estaba marchando bien en esta carrera y seguíamos sorprendidos de esto. Ningún músculo, ni tendones, estaba molestando. Yo había arrancado la carrera con dos ibuprofeno, por si acaso. Chemi llevaba un frasco completo de ibuprofeno en su mochila y parecía que llevara una maraca que sonaba al ritmo de sus pasos.

Llegué a Elizabeth Furnace con unas ganas de una hamburguesa y esta vez no había. Tenían pasteles de toda clase, pero nada en la barbacoa. Chemi se cambió de zapatillas aquí y se puso unas Altra que había comprado recientemente. Yo no tenía zapatillas extra y solo tenía unas medias para cambiarme después de Gap Creek. Hasta Gap Creek es difícil mantener los pies secos. Hasta ahora no nos habíamos mojado porque el terreno estaba todo seco, no había llovido mucho recientemente. Ya se estaba calentado el ambiente y había una lluvia proyectada para la tarde que nos iba a caer muy bien.

A esta altura de la carrera ya nos habíamos espaciado todos en el sendero. No había interactuado mucho con los corredores porque conversaba con Chemi, principalmente. A los que nos alcanzáramos, los pasábamos. Veníamos de menos a más recogiendo gente. Ibamos sin prisa pero sin pausa. En las estaciones nos habíamos tomado el tiempo justo. El sendero de la carrera me impresionaba cada vez más por lo agradable que lo estaba encontrando. Se me había olvidado lo espectacular que es esta carrera que no corría desde el 2019. Casi que podía asumir ya que iba a conseguir mi quinta hebilla de Massanutten. Pero no hay que cantar «victoria» antes de tiempo.

Llegué a Veach Gap un poco después de Chemi. Me dijeron que se había ido 10 minutos antes. Evidentemente prendió el turbo en algún momento cuando paré a orinar. En Indian Grave me senté con calma a limpiar mis pies que ya habían acumulado algo de tierra y piedras en las zapatillas. No usé mis gaiters por no hacer a tiempo el trabajo de pegar los adhesivos a mis zapatillas (y los había traído). El dedo gordo del pie izquierdo me daba la impresión de tener piedritas abajo, pero no encontré ninguna. Creo que es la plantilla nueva que están usando las Hoka Speedgoat 5.

La sección que venía era una de calle y luego una trepada larga y corrida por el espinazo de la montaña. Me iba a tocar solo esa sección. Es una de mis favoritas. Caí en cuenta en este momento que algunas proyecciones me podían fallar porque este año la carrera había arrancado una hora más tarde que las anteriores y ciertos tiempos que había usado iban a estar equivocados por una hora. Esto me preocupó porque cabía la posibilidad de quedarme sin luz antes de llegar a Habron Gap donde tenía todo para la larga noche que venía.

Llegué a Habron Gap a las 7pm, justo el tiempo que había proyectado equivocadamente. Iba una hora más rápido a este punto de la carrera versus mi cuatro carreras anteriores. Chemi me estaba esperando ya listo para seguir. Me coloqué un duct tape en la pierna izquierda porque me estaba sollando. La ropa interior que tenía no era suficientemente larga para protegerme del tiro del pantalón que estaba usando y que estaba mojado por la lluvia de la tarde. Por suerte ya había dejado de llover.

Recogí los implementos para la noche y el frío y partimos para Camp Roosevelt. Venía un tramo largo que incluía la trepada más grande de la carrera. Luego de Hellbender las trepadas de esta carrera eran poca cosa (aunque no lo eran en realidad). Llegando a la próxima estación estaba ansiando un café. Encontramos Camp Roosevelt menos provisionado de lo esperado (no tenían café y la sopa estaba escasa).

En la trepada a Gap Creek nos pasó Keith Knipling sin camisa. Yo tenía un par de capas encima y este iba como oso polar contento con la temperatura. Nos sorprendió que hubiese estado atrás de nosotros porque Keith es la persona que más veces ha completado esta carrera y varias de esas veces han sido bajo las 24 horas. Chemi había escuchado a Keith decir que tenía un hijo recién nacido y no había podido entrenar suficiente, otro mortal con los problemas comunes de la plebe.

Gap Creek estaba seco, le había estado diciendo a Chemi que íbamos a correr por un río cuando llegáramos a esta sección y no había casi agua. Esta trepada me estaba costando, me parece que ya me estaba quedando sin energías. Cuando la pendiente se puso empinada, me fui sintiendo mejor. Al llegar a la estación de Gap Creek vi que habían hecho un puente nuevo y ya no había que mojarse para cruzar la quebrada que estaba justo antes de la estación. ¡Qué bueno! En Gap Creek nos tomas nuestro tiempo y nos pusimos frente al fuego a tomar café y sopa.

Ahora venía la sección de Kern’s Mountain y la noche larga, la parte álgida de esta carrera. Una trepada larga nos llevaba al espinazo de esta montaña y luego teníamos que correr 8 kilómetros de piedras antes de bajar a Visitor Center. Teníamos 5 horas y media contra el corte y 112 kilómetros corridos en 20 horas, 11 minutos. Podíamos darnos el lujo de tomarnos nuestro dulce tiempo en la montaña y llegar a la próxima estación con calma. La noche se nos hizo corta y de repente ya estábamos en Visitor Center.

En Visitor Center decidimos dejar todo lo de frío y echarnos un sueñito de 20 minutos. Cuando despertamos ya se veía el alba llegando y también decidí dejar mi luz. Chemi siguió con la suya pero su lámpara es mucho más liviana que la mía. Quiero comprarme una Petzl como la de Chemi. De Visitor Center a la meta ya nos quedaban dos trepadas y solamente 36 kilómetros. Comenzamos a trepar con calma y pronto estábamos arriba de la montaña en una piedra con una vista espectacular.

Ya estaba la meta casi al alcance nuestro. Habíamos sobrevivido la noche que se nos hizo corta. Ahora el día estaba fabuloso, fresco, y con cielo azul muy agradable. Pronto llegamos a Bird Knob, una estación muy pequeña arriba de la montaña. Nos tomamos una Coca-Cola y seguimos. Habían unos cuantos corredores descansando aquí. Uno de ellos se levantó con su pacer y procedieron en cuanto llegamos. Yo me lo alcancé en poco tiempo. Ya Chemi tenía adoloridos los pies, las zapatillas Altra no le estaban resultando cómodas.

Cuando llegamos a Picnic Center Chemi decidió cambiarse de regreso a unas Hoka que tenía en su bolsa de recambio. Yo me tomé una cerveza que estaba fuera de este mundo. Habíamos corrido 141 kilómetros en 27:44 y solamente nos quedaban 20 para llegar a la meta con un corte de 36 horas. Hasta gateando podíamos terminar esta carrera. Ahora sí estábamos casi saboreando el triunfo de cruzar la meta de Massanutten 100, pero nos quedaba la última gran trepada por delante. Partimos a por ella.

Todo el tiempo veníamos pensando en cuanto haríamos al final, que si 34 horas, 32 horas, o nos tomaríamos las 36 al final. Ahora parecía que 32 horas era lo más probable. Mi gps me indicaba menos distancia de lo que los organizadores de la carrera tenían en sus tablas de distancia. Ya estaba comenzando a sospechar que me habían vendido 161 kilómetros de carrera y solo me iban a entregar 158, otro robo.

La trepada fue cayendo poco a poco. Nos fuimos alcanzando y pasando a varios en el camino. Muchos de los que nos pasábamos ya venían en su caminata de zombie. Nosotros nos sentíamos bien y teníamos un buen nivel de energía. A esta altura en Hellbender ya yo venía en los vapores. Esta vez tenía la reserva completa y no había tenido que raspar el concolón todavía. ¡Increible! Uno puede mucho más de lo que se imagina. Ambos estábamos asombrados de lo bien que nos sentíamos. Ya los pies de Chemi dejaron de doler cuando cambió a Hoka.

Llegamos a Gap Creek II, la última estación. Nos quitamos todo de encima y solo quedamos con una botella de mano. Chemi ni botella tenía para los últimos 6 kms a la meta. Cuando vimos el reloj le dije a Chemi: «si corremos lo que falta llegamos abajo de las 32 horas». ¡Vamos! Hicimos esos últimos 6 en 42 minutos y cruzamos la meta en 31:31:48. Logramos nuestra meta y corrimos dos cien millas «back to back». ¿Quién lo iba a decir?

Con esta carrera conseguí mi hebilla #17 y Chemi su #8.


Comentarios

Una respuesta a «Massanutten 100 Millas 2023»

  1. WAO! de lujo Rmpy!!! la verdad que es admirable la fortaleza de mente y cuerpo. Que maquinas!!! Nos debemos las pintas

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