Ehunmilak 171k

No logré terminar Ehunmilak 125k. La causa indiscutible fueron las dos horas de inactividad, principalmente en las estaciones grandes. Ehunmilak es una prueba dura y no se puede subestimar. Perdí un poco de foco cuando bajaron la distancia a 125k y corrí despreocupado por los cortes. Ahora me lamento porque me quedé sin subir el Aizkorri, el punto más alto de la prueba. Al final estoy contento con la carrera y muy impresionado por la calidad del evento. Es notable la importancia que le dan a Ehunmilak 171k en Beasain y la provincia de Guipuzkoa. Voy a regresar buscando terminar esta prueba.

A la hora de partir me situé entre los de la cola. Iba a correr a mi paso y nadie me iba a apurar. Aún así, me impresionó lo rápido que partió la gente. Quedé de último en el primer kilómetro de carrera. El nivel de los corredores se notaba que era elevado. Esta gente corre de verdad y son cabras de montaña. Después de un rato me pasé a Ellie, una corredora de Noruega que se retiró antes de llegar a la primera estación. En un momento paré a gozar de la vista y me volvió a alcanzar Ellie acompañada de los barredores. Estos se quedaron conmigo mientras yo gozaba de la vista. Salí corriendo, me alcancé a Ellie y se volvieron a quedar con ella los barredores.

Al poco rato me alcancé a Jesús, un corredor de 74 años. Por un buen rato nos pasamos el uno al otro. Cada vez que paraba por una foto, o a ir al baño, me pasaba. Jesús logró los cortes hasta la segunda estación. Esto ya me preocupaba. Me había metido en una prueba dura de verdad. Al rato me alcancé a otro par de corredores que, literalmente, venían de paseo y, aún así, andaban más rápido que yo. Los dos cargaban mochila de caminar, y uno usaba un bordón para caminar.

En la segunda estación volví a encontrarme a Berra. Mientras me tomaba un caldo de fideos, Berra me buscó una Estrella Galicia en el refugio que estaba al lado de la estación. ¡Qué delicia! De ahí salimos a trepar un monte muy atractivo con vista espectacular. De ahí el camino seguía por todo el espinazo de la montaña hasta llegar a Tolosa, una estación que iba a estar en kilómetro 80 de la ruta original y ahora quedaba en el 32. Nuevamente me encontré con Andrea que me iba a acompañar hasta aquí. Salimos caminando juntos porque su auto estaba lejos, pero en la ruta de la carrera.

Al final de una trepada larga llegué a una estación donde estaban Manuel y Rafa descansando. Rellené mis botellas de agua y seguí mi camino. Rafa y Manuel salieron cuando vieron que me iba. Llegamos juntos a Amezketa, una estación completa que estaba antes de la gran trepada al Txindoki, la parte más dura de la prueba. Rafa salió conmigo y me pidió que lo acompañara en la trepada. Rafa tiene 68 años y ya había completado Ehunmilak en el 2019. Era rápido en las bajadas pero ya no trepada con gran fuerza. Nos fuimos juntos porque la miseria adora la compañía. Al rato nos pasó Manuel que se había quedado un rato más comiendo y descansando.

La trepada del Txindoki tiene 6k y sube desde 300 metros hasta 1,450 metros. Ya esta trepada la iniciamos de noche. Nos tomó dos horas y media hacer la trepada a 1,200 metros donde había una estación intermedia. De ahí seguimos trepando hasta llegar a un puesto con agua donde ya comenzaba la bajada a la próxima estación. Ya estábamos apretados con los cortes. El Txindoki nos costó mucho tiempo. La bajada era técnica y no se podía avanzar muy rápido. Cuando llegamos a un buen sendero comencé a correr y dejé atrás a Rafa. Este llegó como un minuto después que yo a la estación de Lizarrusti.

En Lizarrusti llené mis botellas, tomé un puñado de chocolates, y salí muy apurado para lograr llegar al corte de Etzegarate. La trepada resultó larga y pendiente. Ya se veía que iba a estar muy duro lograr cubrir los 14k en las cuatro horas que me quedaban antes del corte. Cuando paré a echar LMNT a mi botella de agua me alcanzó Rafa que venía con Miguel, un barredor. Ya éramos los últimos dos que quedábamos en carrera. Después de la trepada venían 10k de sendero por cresta a 900 metros de altura. Aquí nos tocó una neblina muy cerrada y no pudimos avanzar a paso rápido porque de a penas se veía el piso. Al final llegamos 20 minutos tarde al corte de Etzegarate.

Cometí varios errores por despreocuparme cuando bajaron la distancia, pero el principal fue llevar mi mochila Salomon S/Lab vieja. La cremallera trasera se rompió justo antes de la carrera cuando la terminaba de empacar. Al final la cerré con unos imperdibles y así me fui. Esa mochila me volvió a lacerar la espalda, igual como me pasó la última vez que la usé en El Reto del Indio 2023 y Ultra Tour Monte Rosa 2023. Fuera de esa molestia, la mochila funcionó para lo que se requería. Toca una mochila nueva.

Las Hoka Mafate Speed 4 funcionaron de maravilla. Las usé con polainas y no tuve que tocarlas más que una vez porque no me había apretado bien el pie derecho. Terminé sin una ampolla y con las uñas intactas. Cuando corrí con la zapatilla suelta se me estaba doblando mucho el pie, pero una vez que la apreté se resolvió todo y no hubo más molestia. En una corrida previa a Ehunmilak corrí sin medias y cuando nos mojamos las plantillas se corrieron hacia adelante en las bajadas. Las SpeedGoat y las Mafate nuevas vienes ambas con unas plantillas muy delgadas que sufren de ese problema que solo sucede al correr sin medias, y cuando se mojan.
Antes de partir saqué toda la ropa extra que tenía en la mochila y me llevé solo lo mínimo necesario. Lo único que saqué de la bolsa grande de la mochila fue la frontal Black Diamond Icon 700. Funcionó perfecto durante la prueba y nunca tuve queja de la calidad de su iluminación. Llevaba la Petzl Iko Core de respaldo porque tenía que llevar dos frontales por requisitos de la carrera. Mi ropa funcionó bien: mi camisa de lana me mantuvo fresco durante el día y cómo a través de la noche. Corrí completamente empapado todo el día. Los corredores se quejaron del calor, pero no tienen idea de lo que eso significa. Ni siquiera nos tocó sol durante la carrera porque el día se quedó nublado.
Esta carrera puede ser de las más atractivas que he corrido. Ultra Tour Monte Rosa es comparable, pero esta prueba tiene mejores estaciones y unos voluntarios excepcionales. Se nota que estos vascos tienen la montaña en su sangre. Había mucha gente por el sendero haciendo recorrido y apoyando a los corredores con «aupá». A mí algunos me hablaban inglés: «Go Irving!». Aunque esta carrera es en España, está dentro del País Vasco y euskera es lo que se habla. Me toca regresar a terminar esta prueba. En esta ocasión me inscribí en el último día que era posible. Me faltó tiempo para entrenar las trepadas. Hay que regresar con las piernas en plena forma para hacer frente a los 10,500 metros de desnivel que toca trepar.
DOR. | NOMBRE | SEXO | LOCALIDAD | STA. AGUEDA | ZELATUN | TOLOSA | JAZKUE G. | AMEZKETA | TXINDOKI | LIZARRUSTI | ETXEGARATE | SAN ADRIAN | OAZURTZA | MUTILOA | LLEGADA | DIF. | ESTADO |
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13 | BENNETT, IRVING | M | PANAMÁ | (298) 2:30:12 | (295) 4:10:41 | (290) 6:28:29 | (280) 9:24:24 | (280) 10:58:27 | (255) 13:31:20 | (251) 16:41:10 | () | () | () | () | () | Retirado |