Categorías
Correr

Massanutten 2016

Hace una semana conseguí mi sexta hebilla de 100 millas al completar Massanutten Mountain Trail 100 en un tiempo de 34:37 (34 horas y 37 minutos). Jose Orillac me acompañó terminando su carrera en 28:30. En esta ocasión me tomó veinte minutos más que en el 2014 para completar la carrera, pero esa diferencia se puede considerar virtualmente nula para una carrera tan grande. Curiosamente, esta vez me sentí mucho más confiado que la vez anterior durante la carrera y nunca llegué a estar tan cansado (ni a tener alucinaciones por falta de sueño).

Lagarto hizo una carrera espectacular quedando en el 25% superior de los corredores (me ganó por seis horas). Con esta carrera ya El Croc lleva cuatro hebillas de 100 millas. Ya está listo para correr el Ultra Trail de Mont Blanc en septiembre. Espero que la comida de las estaciones de esa carrera le caiga bien para que también la pueda completar en buena forma. Yo ahora voy para Irlanda a correr 200 kilómetros en Kerry Way 200 para asegurarme de mantener mi paridad con Jose (que viene pisándome los talones).

Creo que ya me pudo considerar un ultra corredor experimentado. Ya me siento cómodo con la distancia de 100 millas y tengo una buena idea de qué esperar de estas carreras y de cómo manejarme para poder completarlas exitosamente. Esa confianza me llevó a cometer un par de errores pequeños que se pudieron tornar más grandes. No revisé el pantalón que me llevé para la carrera y casi se descose por completo entre las piernas porque ya llevaba demasiadas corridas con esa prenda precisamente porque es muy cómoda (corrí Fat Dog y Tahoe Rim Trail con el mismo pantalón). Debí haberlo cosido para reforzarle las costuras que se soltaron por el roce de cientos de kilómetros recorridos. Además, no revisé las medias que había puesto en la bolsa para la mitad de la carrera y, nuevamente, eran unas medias muy usadas con varios huecos. Por suerte los agujeros estaban en lugares donde no causaban molestias.

Esta vez los pies llegaron casi intactos al final de la carrera con la excepción de las uñas que inevitablemente siempre pierdo cuando corro distancias tan largas. A pesar que llovió durante la carrera el recorrido no estaba tan mojado como hace dos años y no se me maceraron los pies como pasó en el 2014. Creo que también me ayudó el usar Hydropel en los pies antes de la carrera. Me acosté con los pies cubiertos de Hydropel para que se absorbiera durante la noche y me ayudara durante la carrera evitando que el agua fuese absorbida por la piel de mis pies.

Esta vez corrí toda la carrera con unas Hoka Speed Goat y las usé toda la carrera. Esta es la primera vez que uso un solo par de zapatillas durante toda la carrera. Los pies nunca me dolieron mucho y las zapatillas me protegieron muy bien de muchas rocas con las que tropecé durante la carrera. Hubo una excepción cuando le pegué a una roca que no se movió ni un poquito y destruyó la uña del dedo gordo de mi pie derecho. Tal vez ni con las botas de mi moto me hubiese salvado de ese golpe. Al principio de la carrera pensé que había cometido un error con las Speed Goat porque los tobillos se me estaban doblando mucho con la cantidad de piedras en el camino, pero pude arreglar ese problema apretando las zapatillas al llegar a la segunda estación del recorrido. Después que me apreté las zapatillas ya se mantuvieron en posición cuando el tobillo se torcía y mi propiocepción aumentó sin que me lastimará los tobillos en ningún momento.

En el 2014 corrí Massanutten con un pie lastimado por una caída de moto. En esta ocasión, después de muchas horas corriendo, el tejido blando que me había lastimado comenzó a darme una leve molestia, pero nunca llegó a un nivel insoportable y pude correr todas las bajadas de esta carrera. Aun así, el tiempo fue virtualmente idéntico entre ambas carreras. Creo que hace dos años estaba subiendo más rápido que esta vez y bajando más lento. También mi hizo falta la compañía de Gary Knipling y Paul Crickard (a quienes llevé muy presente durante mi recorrido). Esta vez corrí casi totalmente solo toda la noche y creo que por eso no pude correr tan rápido ese tramo. En el 2014 Paul me llevó apurado por muchas horas durante la noche cuando estaba muy cansado. Esta vez nunca experimenté el agotamiento de aquella carrera y la confianza de haberla completado anteriormente me dio energía para correr con más velocidad los últimos tramos de la carrera. Fui quince minutos más rápido en la última sección de la carrera.

Pasé a balazo por las últimas dos estaciones de esta carrera. Cuando llegué a Visitor Center, la antepenúltima estación, pregunté por Lagarto. Yo llegué a esa estación a las 6:30am. ¡Me dijeron que Jose había pasado por allí a la media noche! Me llevaba seis horas y media de ventaja. Pensé que esa ventaja la iba a incrementar con lo que le faltaba de la carrera, pero al final logré recortarle media hora a esa ventaja. Al igual que yo, Jose también bajó la marcha en la segunda mitad de la carrera. Yo había llegado a ese puesto en 26 horas y treinta minutos y Jose había recorrido esa misma distancia en 20 horas. ¡Qué monstruo!

La otra cosa que hice diferente en esta carrera es que me puse una camiseta manga larga para la noche y me llevé mi chaqueta impermeable en la cintura. En el 2014 solamente usé la chaqueta sobre la camiseta manga corta y pasé frío en ocasiones. Ahora pude regular mi temperatura mucho mejor con la camiseta. De hecho, con la camiseta estaba tan caliente que por largos ratos me quité la gorra y el Buff de lana que llevaba al cuello. Los guantes calientes que llevaba casi no los usé.

Durante la noche tomé unas pastillas de sal con cafeína y creo que me ayudaron a estar despierto. No sé si ya me he adaptado mejor a las largas horas sin dormir porque nunca me sentí tan asueñado como cuando corrí Massanutten 2014, ni sufrí alucinaciones (bueno, no es que me cauce sufrimiento el alucinar). Lo que sí me molestó un poco en la noche fue el estómago. Me sentía que necesitaba más sal porque me estaba dando un poco de nausea, muy leve, al tomar pequeños sorbos de Gatorade (que era lo que daban de beber en la carrera, además de agua, para rellenar las botellas). Cuando traté de tomar más pastillas de sal en la madrugada no me las pude tragar y tuve unos arqueos violentos. Por suerte no tenía nada de líquido en el estómago y nunca pude vomitar. Hablando con Ernesto Durán del problema de las pastillas me dijo que él las muerde. ¡Qué idean tan genial! Por algo le decimos “El Champ” (además de que, realmente, es un campeón).

Cuando salí a la calle en el tramo final de la carrera llevaba 33:49 corriendo. Pensé que si apretaba el paso podía romper el tiempo de mi carrera anterior. Como todo era bajada de aquí a la meta me fue fácil subir mi cadencia y mantener un buen ritmo. Comencé a dejar atrás a todos los que tenía cerca, y a los que ya me había pasado. De repente, al mirar atrás, vi una pareja que se estaba acercando (aunque aún estaban lejos de mi). Cuento corto, la pareja me estaba alcanzando y yo me reusaba a dejar que alguien me pasará a esta altura de la carrera, aunque no fuese a ser gran diferencia. Cuando salgo al llano final y tengo el arco de la meta a la vista, la pareja estaba bastante cerca de mí. Aprieto el paso para que no me alcancen y veo hacia atrás, el corredor en ese momento inicia un ataque de velocidad. ¡Tuve que hacer lo mismo para no ceder mi puesto! Hicimos un cierre de alta velocidad después de 166 kilómetros corriendo. Al final entramos juntos a la meta y nos dieron el mismo tiempo. Tremendo pique de velocidad con el que cerramos nuestro recorrido. Por suerte no sufrí mayores consecuencias y hasta pienso que debí haberlo dejado pasar. Pero lo poco de espíritu competitivo que me queda no me lo permitió.

Lagarto había escuchado que ya venía llegando y fue al carro a buscar unas cervezas. ¡Uf, qué delicia ese primer sorbo de cerveza para celebrar un buen trabajo! Curiosamente, en una de las estaciones ya me había tomado un vaso de cerveza. Corrí varias horas con un veterano de esta carrera y nuestra conversación había tocado en el tema de la cerveza y lo sabroso que sería tomarse una. Llegamos juntos a una estación y apareció una botella de cerveza. Mi amigo me trajo un vaso de cerveza porque sabía lo mucho que yo lo apreciaría.

Categorías
Correr

Tahoe Rim Trail 100

Bueno, en exactamente una semana salimos para Tahoe Rim Trail 100m y arrancamos a correr el sábado 18 de julio, 2015. Tenemos 35 horas para terminar nuestra carrera. Vamos Luis Carlos Stoute, José Orillac, Ernesto Durán, Isabel Bennett, Roger Bennett y yo a ver que podemos hacer en esa carrera. Isa va por 80km (su debut en esa distancia) y el resto vamos por los 161km que se corren en dos vueltas del circuito de 80km. En esta ocasión no me he preocupado mucho por lo que me espera y ahora, a última hora, tengo dudas sobre lo que voy a poder hacer.

Esta sería la sexta ocasión que me paro en la linea de partida de una carrera de esa distancia. Ya me siento tranquilo con completar la carrera, y eso es bueno. Lo malo es que me siento tranquilo con completar la carrera. Estaba muy juicioso entrenando bastante y luego se me acabó la motivación y no logré preocuparme suficiente para volver a iniciar mi régimen de entrenamiento. Hace un mes terminé The North Face Endurance Race 80km en 14 horas bajo un calor agobiante y corriendo a un paso lento. En mi mente atrofiada la matemática sencilla dice que ese tiempo (por dos) me lleva a terminar en 28 horas. En la práctica estoy claro que esos números no se suman de esa forma cuando se trata de una carrera tan larga. Menos cuando he entrenado tan poco en estas últimas semanas.

Ahora, las hebillas de esta carrera están divididas en tres: una con moneda de oro a los que terminan en menos de 24 horas (Ernesto Durán), otra con moneda de plata para los entran en menos de 30 horas (José Orillac y Roger), y una de bronce para los que terminan en el tiempo permitido. Yo quiero una de plata y estoy claro de lo que eso conlleva. Hasta tengo los números estudiados: caminando a 6km/hora termino en 26.667 horas y tengo mi hebilla de plata. Lástima que la experiencia no me ha llevado a creer que eso sean tan sencillo. Eso es, básicamente, lo que hice en mi última carrera: caminé mucho (todo lo que fuera ligeramente hacia arriba). 6km/hora se hacen a 10 minutos por kilómetro. El problema son todas las paradas que hay que hacer para comer, ir al baño y otras cosas que siempre suceden en estas distancias. Pero tengo 3 horas para desperdiciar en todo lo anterior y llegar en menos de 30 horas. ¿Será que puedo?

Ultra-Signup me está calculando casi 34 horas. Al menos me tiene incluido entre los que terminan por que en Fat Dog 120m me tenía con un tiempo mayor que el permitido para la carrera. He avanzado en la estima de las computadoras que hacen esos cálculos. A Luis Carlos le tienen calculado un poco más de 30 horas y yo generalmente puedo terminar junto con Luis Carlos en esas distancias. En Massanutten hice 34:17 y la computadora está tomando ese tiempo en cuenta. Ahora, esa última carrera tiene una superficie muy difícil para correr (llena de piedras) y el recorrido estuvo muy, muy mojado. TRT va a tener una superficie muy fácil para correr: suave y bastante cómoda. El calor puede ser un factor que impacte negativamente en el rendimiento de todos los corredores, pero esa parte no me preocupa mucho por que acabo de correr en el mismo infierno y pude terminar.

Mi espalda y mi cadera derecha son dos cosas que en esta ocasión me están poniendo a dudar por que están débiles. Mi osamenta está comenzando a mostrar los años que tiene mi carrocería. ¡Ojalá fuera cuestión de ponerle una capa de pintura fresca y listo! Es un poco más complicado que eso en la práctica. Mis músculos y mi corazón aguantan sin mayor problema. Los pies puede que terminen con ampollas y eso lo puedo prevenir con un poco de duct tape aplicado en lugares estratégicos. En Costa Rica terminé con unas ampollas horrorosas en la planta de los pies por que me mojé los pies más de lo que había previsto. Esta vez voy con duct tape en la planta de los pies y esparadrapo en los dedos de los pies, además de las Injinji (medias con dedos).

La alimentación, la vestimenta, las zapatillas y lo demás ya está todo probado, usado y comprobado. Esta carrera tiene una logística muy sencilla por que es un circuito que parece un trébol y en el medio hay una estación que visitamos tres veces por cada 80km, seis veces en total. Con una sola bolsa me puedo sentir por bien servido. Ya veré si uso más bolsas solamente por ser diligente y precavido.

Categorías
Correr

Fat Dog 120m Alucinante

10574282_10153333649451686_6363361106647499525_n Este fin de semana completé Fat Dog 120 millas en 45 horas, 25 minutos y 34 segundos. Todos los Panameños que fuimos a correr completamos nuestra carrera — el 100%, algo fantástico. Es difícil traer de vuelta la experiencia de un evento tan largo porque el relato se puede volver algo monótono y a la vez hay tanta experiencia que quiero compartir. Para mi la experiencia de seguir corriendo a través de la segunda noche, comenzando desde las 34 horas de correr en adelante, fue algo muy nuevo que nunca había experimentado, en especial las alucinaciones o ilusiones ópticas que experimentaba continuamente. Curiosamente el agotamiento físico fue mínimo y logré cerrar la carrera corriendo a excelente ritmo.

De los 120+ que se pararon en la partida solamente llegaron 84 a la meta, el resto fue cayendo poco a poco en el camino. Nuestro lote le ganó a las estadísticas y todos cruzaron la meta: #35 – Jose Orillac – 38:55:33, #47 – Tao Costarangos – 40:37:52, #69 – Irving Bennett – 45:25:34 y #71 – Luis Stoute – 45:41:49. Carlos Rettally completó sus 70 millas en 20:50:44 y quedó de décimo en su carrera. Nuestros resultados son testimonio de la buena preparación que hicimos a través de estos últimos seis meses. Estoy muy orgulloso del desempeño de Jose y Tao porque ambos dieron todo lo que podían dar y terminaron a pesar de que al final venían con fuertes dolores pero no se doblegaron. Ahora les toca una buena recuperación para que sus cuerpos regresen a la normalidad después de terminar su primera carrera arriba de 160 kilómetros y el primer 192km para todos nosotros. Tao saltó de 50km directo a 192km sin antes haber corrido distancias intermedias: ¡barbarazo!

Yo me fijé correr Fat Dog en 46 horas cómo plan de carrera en parte porque ese ritmo me ponía en la estación de Skyline, kilómetro 158, en 35:44, un poco más que mi última carrera. Pensé que ese ritmo sería descansado y me dejaría en buena posición para usar lo que me quedara de energía para los últimos 34 kilómetros. La carrera arranca con una subida de 15 kilómetros y 1,500 metros de elevación ganada, la primera loma tenía la mayor pendiente de todas. Yo fui dejando que los corredores me pasaran hasta quedar en un grupo que parecía determinado en mantener un ritmo pausado para nuestra primera tarea de ascenso. Por suerte el día había iniciado frío pero sin lluvias cómo el día anterior. Aún no nos dan los resultados preliminares pero creo que me tomó más de tres horas esa primera subida y llegué a la estación de Cathedral en más tiempo del que me había programado mi tabla de pasos de Ultra Splits. Yo contaba con que esto fuera así porque la mayoría de los corredores inician a un ritmo rápido y luego van desmejorando su rendimiento. Yo quería hacer lo contrario y comenzar suave para poder cerrar con fuerza.

Los próximos 15 kilómetros fueron una bajada constante hasta el Río Ashnola. En esa estación me dijeron que habían tenido que parcharle los pies a Tao y Jose. Esta información me la dieron los asistentes cuando vieron que yo también era de Panamá. Luis Carlos había decidido tomar la carrera muy pausadamente y me dio paso en la subida. Al llegar a la estación de Ashnola había completado las primeras 20 millas y el tramo número uno de seis que tenía la carrera. Creo que eran cerca de las 4pm y todo marchaba bien hasta ahora. La carrera estaba apenas empezando. Ya solamente me quedaban 160 kilómetros y esa distancia ya la había cubierto antes. Rellené mis botellas de líquido, comí todo lo que pude en la estación y seguí mi camino rumbo a Trapper qué quedaba a 18km de distancia. Ya era evidente para mí que tenía que usar el tiempo de la tabla cómo mi meta porque los kilómetros parecían transcurrir a un ritmo glacial, muy, muy lentamente.

El camino a Trapper era otra subida de unos 1,000 metros de elevación subiendo desde 1,250m hasta 2,250m. El suelo estaba muy mojado por las lluvias que habían estado cayendo antes de la carrera. La parte buena de las lluvias es que el día nos tocó fresco y la contraparte es que tenía ya horas con los pies húmedos. Ya podía sentir que se me estaban arrugando la planta de los pies y seguro que me saldrían unas ampollas que pretendía ignorar completamente. En este tramo me alcanzó Graham que había corrido la carrera el año pasado en 38:12 y este año se propuso correr 400km. Graham arrancó a correr el miércoles desde unos 16km más allá de la meta y corrió hasta la partida para entonces correr con nosotros de vuelta a la meta. Venía entero y se quedó corriendo conmigo por un largo rato hasta que coronamos la subida a Flattop Mountain donde compartimos una vista espectacular. Allí decidió para a descansar y fumarse un porro para poder gozar de la bajada que seguía. En eso nos alcanza Jessica y continuamos juntos la bajada donde luego nos pasaría Graham a tope.

Leg02_006Poco después que nos pasa Graham me alcanza Luis Carlos que también venía reventando el cuero en la bajada. Ya se hacía de noche y LC parecía tener apuro por llegar a Calcite. Cuando llegué a Calcite me senté cómodamente a dejar que me atendieran cómo a un rey. Me dieron sopa caliente, quesadillas, y una copia de hojaldras que estaba buenísima. Ya relleno de Carbo Pro, la bebida que había estado consumiendo desde que se me acabó lo que tenía en mis botellas, seguí mi camino hacia el Río Pasayten que tendría que cruzar con una cuerda en la noche. Paré a orinar y me alcanza un Inglés que no paraba de hablar. De repente le suena el iphone que llevaba en el bolsillo y me dice que nos pasamos un giro y teníamos que regresar: ¡no mames güey! Cómo 500 metros hacia atrás vimos el giro y algún gracioso se había llevado los reflectores que hasta ahora habían hecho fácil identificar los cambios de dirección en la ruta.

El cruce del Río Pasayten de noche fue fácil, más fácil de lo que pensé que sería. Lástima que no dejé mis zapatillas en Pasyten porque pensé que esa estación estaba antes del cruce y no después. Me perdí de comerme unos grandes hot dogs porque no quería hacer una parada aquí cuando ya tenía planeado hacer la parada en la próxima estación que estaba a unos tres kilómetros más adelante. Si repito esta carrera aquí será donde haga mi cambio de zapatillas. La otra opción es que haga cómo Tao y cruce el río descalzo con las zapatillas en la mano. En Bonnevier me encontré a Luis Carlos pasando por su ritual de cambio de zapatillas, incluyendo una nueva engrasada después de una limpieza profunda. Aquí LC partió poco después que yo llegara pero creo que le tocó algún bajón porque pronto me lo alcancé en la subida y no lo volví a ver hasta que el llegó a Heather donde yo estaba sentado tratando de tomarme una sopa caliente en medio de un frío invernal.

La llegada a Heather que estaba arriba de una montaña me pareció interminable. Había una neblina que limitaba la visión a unos cuantos metros y sentía que ya necesitaba comer. Pero cómo pensaba que pronto llegaría la estación me reusé a comerme otro gel porque ya estaba cansado de tanta azúcar y quería comer algo sólido. Así me pasé otra hora más, apagándome poco a poco por falta de energía, al punto que muchos que había dejado muy atrás de repente me estaban alcanzando y ya podía ver sus linternas atrás de mi. Al llegar a Heather estaba soplando un viento gélido y en la estación los voluntarios me forraron en mantas térmicas, las de metal reflectivo, pero no sirvieron de mucho porque casi inmediatamente comencé a temblar de frío. No me pude comer más que una de dos quesadillas que me habían dado. Dejé la sopa caliente que tanto anhelaba tomarme, me vestí con mi chaqueta impermeable, me puse mis guantes con dificultad y salí al descenso antes que me diera una hipotermia. LC había llegado a la estación cuando estaba yo comiendo e hizo su transición muy rápido. Pronto me alcanzó y me dejó atrás una vez más.

Estaba avanzando lento por falta de energía y necesitaba comer. Tuve que recurrir a los geles para volver a reactivar mi metabolismo. Por suerte pronto saldría el sol. Al rato llegué a un sitio donde la ruta se confundía y la neblina no ayudaba a encontrar la próxima marca. Parece que LC logró verme y cómo él ya había encontrado la solución a la ruta me pegó un grito y me orientó por la ruta correcta. De ese punto en adelante seguimos juntos. Jessica también me había pasado y quedamos los tres marchando en concierto. Al poco rato nos encontramos a unos jóvenes que habían estado descansando. Ibamos camino a Nicomen Lake. La subida de Bonnevier a Heather fue de 19 kilómetros y ahora venía una bajada de 14 kilómetros que incluía 900 metros de ascenso entre los 2,212 metros que íbamos a descender. Esta bajada me pareció interminable. Cuando llegamos a Nicomen el olor a bacon fue indescriptible. ¡Qué delicia! Era una estación menor y nos tocó lo último del tocino, pero que cosa más sabrosa que fueron esos trocitos que me comí. Había poca variedad de alimentos ya que el personal de apoyo había tenido que llegar caminando a este puesto donde lo principal era abastecernos con agua que habían filtrado del lago.

Al salir de Nicomen encontramos un sendero de bajada muy gradual, amplio y fácil de correr. Decidí que este era el monto de hacer paja con la luz del sol. Aproveché para correr con velocidad por los próximos 18km. Estaba corriendo a tope haciendo uso de la energía que había conservado hasta ahora. El sendero por el cual corría estaba muy limpio y me permitía avanzar con facilidad. Hasta este punto la mayoría del sendero estaba más del lado técnico y no permitía avanzar tan rápido. Me fui alcanzando a persona que me habían dejado atrás hacía mucho rato. Cuando finalmente llegué a la estación de Cayuse Flats creo que me había pasado al menos a 8 corredores. Fue tan bueno el envío que hice en este tramó que volví a quedar par con el plan de carrera para las 46 horas. Al llegar a la estación un joven me preguntó que cómo podía ayudarme: ¡Cerveza! Bien mandado fue y me trajó una cerveza que me cayó a pelo, justamente lo que anhelaba en ese momento. Me atendieron como rey en esa estación y casi todos los que me había alcanzado me dejaron atrás mientras gozaba de mi elixir. Cero estrés, ya me sentía invencible.

De Cayuse Flats a Cascades está supuesto a ser plano. No había nada plano en ese tramo de sendero que parecía una gráfica de la bolsa de valores. Pero ya había visto minuciosamente el perfil de elevación y sabía que esto venía. Lo tomé con calma, era un tramo de 8km ondulante que iba paralelo a la calle. En Cascades me alcanzó El Rets que venía reventando su carrera de 70 millas. Me contó que se había alcanzado a LC en Cayuse Flats y lo había dejado atrás, al igual que me dejaría atrás en ese momento. Aquí decidí comerme unos pepinos que venía cargando desde el principio de la carrera y tomarme el jugo de pepino que había en el envase. Esto le causó mucha gracia a los espectadores porque estaba algo complicado sacar los pepinillos del frasco en que los llevaba. Al final me prestaron unos cubiertos plásticos que fueron muy útiles para resolver el problema. El sol hoy brillaba con fuerza pero la temperatura estaba muy agradable. Había estado caliente la semana antes de la carrera pero entro un frente con lluvias y nubes y enfrío todo así que ahora el clima estaba excelente. De Cascades a Sumallo Grove tenía que correr unos 3km por calle y me pareció una eternidad. Ya para este momento había llegado a la convicción que los kilómetros en Canadá son mucho, mucho más largos que en el resto del mundo.

Lo único que estaba manteniendo mi cordura era la tabla de pasos que llevaba conmigo y lo único que me servía era el tiempo que transcurriría antes de llegar a la próxima estación. Nunca encontré relación con la distancia, cómo si me hablaran en una escala completamente ajena. Ya estaba sintiendo los efectos del sueño y su ausencia: mi sistema óptico estaba comenzando a ver caras por todos lados, especialmente en el piso. A veces en la periferia visual imaginaba escenas que desaparecían cuando las miraba de frente. Sumallo Grove tenía unos árboles inmensos cómo la secuoya roja de California. Pasé rápidamente por esa estación y tomé poca agua porque pensé que pronto llegaría a la próxima estación.

El tramo hacia Shawatum era de 16km e iba a lo largo del Río Skagit, un tramo muy hermoso y bastante plano, lo más plano que encontraría en toda la carrera. No tengo idea qué me llevo a pensar que llegaría rápido a Shawatum, la tabla que llevaba decía que iba a tomar 3:46. No llevaba agua para tanto tiempo, el sueño debe haber opacado mi buen juicio. Traté de echarme a dormir pero no supe cómo activar la alarma de mi reloj y no quería quedarme dormido porque no me iba a despertar más nunca. Seguí corriendo y disfrutando de la belleza natural que me rodeaba. Deseaba haber tenido un kayak para flotar río abajo ya que el agua iba en la misma dirección en que yo corría pero a mí no me ayudaba la gravedad. Después de algunos kilómetros encontré una parte del camino expuesta al sol que se veía muy cómoda. Decidí echarme a dormir en el camino, perpendicular al mismo para que tuviesen que pasarme por encima los corredores. El pequeño descanso funcionó algo y al rato escuché los pasos de alguien y me levanté. Era un corredor de 70 millas.

Hasta ahora mi carrera ha ido sin percances y estoy corriendo bastante bien. Este tramo paralelo al Río Skagit me permite correr bien sobre una buena superficie sin mucho obstáculo. El problema que cada vez se hace más evidente es que me voy a quedar sin agua porque ya me queda menos de un tercio de botella y estoy lejos de la Shawatum. ¡Qué pendejada! He cometido un error táctico al no llenar todas mis tres botellas de agua por sueño, o pereza mental. Leí mal mi tabla en la cual había una referencia a un puente, 26 Mile Bridge y decía tres kilómetros y esos ya pasaron hace mucho tiempo. Ahora voy a tener que bajar mi ritmo porque la sed me está matando y se me seca la garganta. De repente el camino hace un leve giro a la izquierda y nos alejamos del río. He llegado a una recta que parece interminable y voy en un muy leve ascenso. El camino está perfecto para ir rápido pero ya no puedo correr y me están alcanzando otros corredores. Creo que la mayoría son de 70 millas. En eso vuelve a alcanzarme Graham y su pacer. Le pedí agua y me dio unos sorbos. Ya con eso logré mojarme la garganta y apuró nuevamente el paso. Eventualmente llego a Shawatum con algo de ventaja contra el tiempo que tengo proyectado en mi tabla.

Por ahora la llegada a Heather que parecía interminable (sin comer) y este tramo a Shawatum (con sed) han sido mis dos tramos difíciles, cada uno por razones diferentes. Estoy corriendo una buena carrera, tengo el ánimo arriba, la musculatura intacta y ningún problema gastro-intestinal ha sacado su cara. He estado bebiendo Carbo Pro que es lo que me dan en las estaciones. No sabe a nada y no pareciera tener azúcares pero de alguna forma me está manteniendo. He estado echando tabletas de electrolíticos al agua para darle sabor y mantener mi PH balanceado, además de pastillas de sal, y aguacates y papas con sal. Llevé un barranco de comida y la he estado dejando en las mismas bolsas de abastos que envié a las estaciones. Solamente he recogido los gels que había en las bolsas, pero no me he comido ni un paquete de maní, unas cuantas Ricolas (que por cierto su envoltura es un desastre, la próxima me quedo con las Jolly Rancher) y Jelly Beans. He mantenido mi alimentación con lo que me dan en las estaciones y la he suplementado con mis geles y las gomas de Power Bar. En Shawatum ya llevo 144km y esta carrera parece que está a tiro de piedra: 48km para terminar.

El tramo a Skyline es ondulante y según mi tabla debe tomarme algo más de tres horas para recorrer 14km. He llegado a la sección de los mosquitos. Los mosquitos me están atacando por todos lados y no puedo dejar de correr. Mientras corro voy matando mosquitos que se me pegan al cuello, los brazos, la cara, las manos, las piernas. Los oídos me zumban: ziiiii-ziiii. El sendero ya no es una línea recta y comienza a contorsionarse en todas direcciones — para arriba, abajo, derecha e izquierda. Hay mucha vegetación y ya está cayendo la noche. Mi lámpara está en Skyline así que saco mi linterna de mano para que me guíe por este tramo. ¡Qué complicación! En una mano tengo mi botella de agua y en la otra tengo mi linterna de mano. ¿Cómo voy a matar los mosquitos? Ahora sí que comienzo a alucinar y me siento que he entrado en un laberinto. Estoy seguro que estoy atrapado en un bucle sin fin. ¡Qué barbaridad! ¿Cómo voy a salir de este lugar lleno de mosquitos? Sube, baja, derecha, izquierda, corre, corre, mata mosquitos, y corre, y corre y alucino. Veo toda clase de caras a los lados del camino, y en el piso, pero cada vez que fijo la mirada en lo que pienso que es una cara, o un animal, mi percepción cambia y se vuelve otro objeto. Me siento cómo Alicia en el País de Las Maravillas y el Gato Risueño me está jodiendo la paciencia. ¡Pronto me voy a encontrar al Gusano fumando opio! En algún momento llego a Skyline.

Hasta este punto he ejecutado mi plan de carrera con bastante precisión y todo va siguiendo el guión. En Skyline llevamos 158km y he estado corriendo por casi 36 horas. Ahora solamente me falta gatear otros 34km por encima de un cerro a través de la segunda noche y termino esta vaina. Nada más. La última loma es todo lo que me separa de la meta. Recojo me segunda linterna, me relleno de geles y descargo todo lo que presiento que ya no voy a necesitar, cómo mi botiquín ultra-liviano, un pocotón de jelly beans y comida dulce, me tomo una sopa caliente y de regreso al ruedo.

Tal cómo decía la guía: viene la loma. Tengo que ascender 1,250 metros en 12 kilómetros y luego bajar un poco a Camp Mowich, la próxima estación. Perdí mi tabla en Skyline y ya no me acuerdo cuanto tiempo me va a tomar esta subida. Pero voy subiendo, y subo, y subo, y sigo subiendo. ¡Qué sueño que tengo! La primera parte de la subida está bastante empinada y me alcanza Bogie que me ve parado descansando y trata de animarme. Nos vamos juntos hablando huevadas. El camino no para de subir y yo quiero dormir, pero tengo que seguir subiendo. Ahora estoy subiendo un zig-zag interminable, zig a la derecha, zag a la izquierda, zig a la derecha, zag a la izquierda. ¿Bogie, tu escuchas el generador? Bogie no escucha el generador. ¡Wow, ahora alucino sonidos! Me imagino que estoy llegando a la estación porque a veces escucho más claro el generador pero al girar otro andén más me alejo del ruído. Pero más nadie lo escucha y ya le he preguntado a varios que me he pasado. Salgo corriendo loma arriba pero me da mucho sueño y vuelvo y me acuesto en medio camino hasta que me alcanza Bogie y me vuelvo a parar.

Me impresiona lo parecido que es cada pendiente. Quien sea que ha cortado este camino tiene que haber sido un ingeniero porque el plano inclinado que vamos subiendo está fijado cerca del 10% de inclinación, pero nunca parece acabar. Cada vez que doy un giro tengo otro plano inclinado idéntico al anterior, y el generador sigue en el mismo lugar pero no logro acercarme más. El tiempo transcurre en cámara lenta, un andén, otro andén y sigo subiendo. Tengo fuerzas, estoy alimentándome bien y manteniendo mi hidratación a punto, pero tengo mucho sueño. Ahora he dejado atrás el país de las maravillas y estoy subiendo la escalera de Jacob. Estoy atrapado en un cuento bíblico esta vez ascendiendo hacia el cielo. ¿Cuando voy a llegar a Camp Mowich? Estoy seguro que Heather, la que diseño esta carrera es una sádica. Esta serie de planos inclinados son una tortura mental de noche y no puedo ver cuanto me estoy acercando a la cima, solamente veo que hay otro zig-zag más arriba y las luces de los que he dejado atrás se van quedando abajo. Cada vez que doy una vuelta veo más reflectores arriba y sigo escuchando el generador.

Después de un par de horas subiendo presiento que estamos llegando a un cambio de pendiente pero no veo más marcas y tengo dudas si estoy en el camino correcto y me regreso. Eventualmente me encuentro a Bogie de frente y me pregunta ¿qué estoy haciendo? Le digo que hace rato no veo marcas y voy a revisar. El sigue de largo y yo regreso hasta encontrar una marca. Me doy media vuelta y ahora corro con más fuerza porque sigo en el camino correcto y ya debo estar cerca de la estación de Camp Mowich. Pronto me alcanzo a Bogie y ya tenemos más marcadores y comenzamos a bajar. Bogie se queda atrás porque ya tiene las rodillas lastimadas pero yo estoy habilitado para reventar el descenso. Bajo, y bajo y sigo bajando pero no llego a Camp Mowich. Ahora vuelvo a subir y subir. De repente escucho una explosión cómo si lanzaran una bengala. ¡Ahora sí estoy cerca de la próxima estación. Ya puedo escuchar las voces. He llegado a Camp Mowich y solamente hay dos atendiendo esta pequeña estación. Relleno un poco de agua, hablo brevemente con los voluntarios y sigo hacia Sky Junction que está a 8km. Ahora solamente me falta correr un medio maratón y termina esta aventura.

Salgo a buscar Sky Junction con nuevas fuerzas pero la efervescencia mental dura poco. Nuevamente el sueño me va apretando la cabeza en una prensa y necesito hacer uso de mucha voluntad para seguir corriendo. Ahora el camino es ondulante y estamos cómo sobre unas praderas de altura. Veo marcas en la distancia que parecen flotar en la altura y la distancia. Mi campo visual esta limitado al alcance de mi luz pero los reflectores los puedo ver a cientos de metros delante mío. Es curioso pero avanzo cómo por cuadros de una película de 35mm. Estoy aquí y luego estoy allá. Creo que me estoy durmiendo en micro-siestas y no me doy cuenta de lo que sucede entre mis momentos de consciencia. Por suerte no puedo pasar mucho más allá del piso en esta sección porque no quisiera rodar montaña abajo si en algún momento el cerebro me apaga las luces del todo. Ya llevo más de 40 horas corriendo y estoy pasando por una experiencia nueva, jamás había corrido tan lejos, ni por tanto tiempo. ¡Wow!

Eventualmente llego a Sky Junction y Peter, el sub-director de carrera también está aquí. Increíble, este tipo está en todos lados, esta es la tercera vez que lo veo en la carrera. En la madrugada estaba en Heather y ahora está acá arriba. Hablamos sobre Jose y Tao y me dice que van muy bien. Jose paso cómo a las 11:30pm y Tao cómo a la 1:30am. Para mí son cerca de las 5am. Pregunto por Luis Carlos y solamente me puede decir que aún sigue en la pelea. Ya tengo esta carrera en el bolsillo. En la conversación Peter me pregunta por las bebidas de Panamá y yo le pregunto si le gusta el ron. Cuando me dice que sí le digo que meta la mano en el bolsillo superior de mi mochila y saque una muestra de Ron Abuelo. ¡Se le iluminó la cara cuando probó nuestro ron! Yo le pedí un sorbito y quedé prendido también. Les di las gracias por la atención después de comerme algo caliente y recibir la buena atención de todos los voluntarios que habían trepado y muleado todo lo que había en esa remota estación en medio de la nada. Ya me quedaban unas cinco horas para recorrer 13km, podía arrastrarme esa distancia si era necesario, pero estaba entero (el sueño era mi única preocupación).

Media hora más tarde creo que todavía estaba a unos 500 metros de Sky Junction y no tenía idea cómo había llegado a ese lugar. Iba en modo zombie. Me acosté en el piso y casi me duermo. ¡No, no y nó! Me volví a parar y salí a balazo. Hasta que salió el sol, por la próxima hora parecía un yo-yo: el sueño me dominaba y quedaba deambulando, hacía una recarga mental, un «rebut», y arrancaba a correr hasta que volvía a apagarme. Cuando salió el sol me habían alcanzado otro corredor y ya el intercambio verbal me estaba ayudando a mantenerme andando. Pronto llegaríamos al penúltimo descenso. Ambos sabíamos que teníamos que bajar un poco, volver a subir, y luego venía la bajada definitiva. Atrás de nosotros venía un tropel. Cómo 6 llegamos juntos a la última bajada, incluyendo a Graham y su pacer que pararon a fumarse su último tuquito antes de la bajada final. Aquí abrí máquina y bajé con todo lo que me quedaba. Ahora estaba viendo a Fuerzas Imperiales de Star Wars a ambos lados del camino, creo que también vi a Boba Fett por ahí.

Eventualmente la bajada rocosa y técnica se volvió una serie de andenes de pendiente razonable, sin piedras y muy corrible, cómo el tramo de Nicomen a Cayuse. Aproveche para correr a todo lo que daba mi cuerpo a estas alturas. Eventualmente el dolor de los pies me fue matando la velocidad, ya tenía unas uñas del pie derecho, lo que había podido crecer desde Massanutten, levantadas en una sola vejiga de agua, y la planta del pie izquierdo me hacía ver estrellas cada vez que hacía contacto con el piso. No sabía cuanto quedaba por recorrer pera ya era imposible que no llegara antes de las 46 horas. Poco a poco fui cambiando a caminar y correr, hasta que me alcanzó Graham y su pacer me dijo que solamente eran unos tres kilómetros y llegábamos. Graham se veía cómo un robot. Yo seguí en mi trote y cada vez que el dolor se hacía muy intenso le daba un pequeño descanso a los pies. Eventualmente llegué al lago y creo que ahora sí era cierto que me quedaban un par de kilómetros para llegar a la meta. ¡Esta carrera estaba terminada! Ya podía ver la meta al otro lado del lago que tenía que rodear. Eventualmente salí de entre los pinos y quedé con la meta al frente, 500 metros y terminaba. Prendí los quemadores y hice un último jalón hasta la meta. En cuanto crucé la meta, Rich, un Hasher que había corrido en 34 horas y pico, me puso una cerveza en la mano. ¡Ja, Dios los hace y ellos se juntan!

Después de tomarme mi cerveza y conversar con los que estaban cerca me fui al laboratorio de UBC (Universidad de Columbia Británica) a terminar un estudio que había iniciado antes de la carrera en el que estaban comparando una serie de puntos con todos los voluntarios que se ofrecieran: una prueba cognitiva, elasticidad arterial, fuerza en las manos y una prueba de salto alto. Caminando al laboratorio cruzó la meta Luis Carlos. Hice mis pruebas, regresé a comerme una hamburguesa y tomarme algo (ya se había acabado la cerveza). Pronto le entró el arrebato a mi amigo LC porque teníamos que salir del hotel. Carlitos, Jose y Tao habían dormido y estaban bañados y bien vestidos. Esperamos la entrega de las hebillas, el anuncio de los ganadores y salimos en nuestro peregrinaje de regreso a Vancouver y luego Panamá. ¡Que experiencia tan fantástica!

 

Categorías
Correr

Plan Fat Dog 120

Estimado para terminar

Me ha estado causando un poco de preocupación que el sitio de UltraSignUp me esté dando un estimado de hora para Fat Dog 120 que es más alto que lo permitido por la carrera (51 horas vs 48 horas). Por esto le he estado prestando atención a los detalles de la carrera para estar seguro que no estoy tomando la cosa a la ligera y estoy haciendo mi tarea de preparación, tanto física como mentalmente. La parte física va avanzando poco a poco y la mental ya casi está terminada, por suerte.

Hoy estaba viendo el sitio de Gary Wang, Real Endurance, que es un sitio orientado al análisis de las carreras y permite compararlas entre si usando información de los participantes, comparando el tiempo de los que han hecho ambos eventos siendo comparados. FD120 es un evento muy reciente, en Canadá, y no cuenta con suficientes participantes para poder hacer comparaciones fiables. Lo que sí encontré que confirmó lo que sospechaba es que al hacer el análisis de las carreras compara el tiempo promedio de los ganadores versus el tiempo promedio de los participantes. Resulta que el tiempo estimado que me está dando Ultra Sign Up está basado en la relación del tiempo de los ganadores y de ahí viene la cifra de 51 horas.

Por ejemplo, la relación del tiempo de los ganadores entre Massanutten y Fat Dog es de .66 y usando esa relación mi tiempo estimado para Fat Dog es 34.28 horas de MM100 dividido entre .66 da un estimado de 51.94 horas. La misma operación con el promedio de los participantes (.79) me da un estimado de 43:15, algo más cerca de lo que yo estimaba que podría hacer en Fat Dog 120. Considero que es mucho más confiable la relación entre el promedio de los que terminan la carrera a la relación entre el promedio de los que ganan la carrera porque Fat Dog no ha atraído competidores de alto nivel y Massanutten Mountain 100 si ha contado con muchos campeones bien reconocidos, como Karl Meltzer que ganó este año.

Siendo conservador estoy planeando correr Fat Dog en 46 horas para tener un colchón de dos horas contra la hora de corte. Creo que puedo mantener ese ritmo durante la carrera. Caminando a cuatro kilómetros por hora se puede terminar Fat Dog en 48 horas exactas. Yo estoy completamente seguro que puedo hacer ese tiempo. Solamente corriendo la última bajada a la meta podemos ahorrarnos 1:45 versus caminando la bajada.

Estrategia para las estaciones

Hay 15 estaciones de apoyo en Fat Dog, 6 menores que solamente ofrecen agua y 9 mayores que brindan de todo para abastecerse: comida, bebida y permiten bolsas personales para complementar lo suplido. Voy a colocar bolsas en todas las estaciones con diferentes propósitos en algunas de las estaciones. Después del río Pasayten, en la estación de Bonnevier, voy a tener zapatillas y medias para cambiarme las zapatillas mojadas por el cruce del río Pasayten. En todas las bolsas voy a tener una bolsita plástica con geles y gomitas para recoger si quiero. He encontrado que a veces no encuentro geles en las estaciones porque se han acabado (eso pasa por ser lento).

Además, en Calcite y Skyline voy a tener ropa caliente para pasar la noche. La ropa que recojo en Calcite la dejo en la bolsa de Cayuse Flats cuando llegue porque ya debe ser de día y la temperatura debe aumentar. Posiblemente haga lo mismo con mis lámparas. Llevo una pequeña en la mochila y recojo la grande en Calcite y la dejo en Cayuse también. Vuelvo a recoger otra lámpara en Skyline luego. En Skyline tendré otro par de zapatillas por si me provoca cambiarme las que recogí en Bonnevier.

Voy a colocar jugo de encurtidos en varias de las bolsas también. Creo que es una excelente forma de tomarse la sal y algo de electrolitos. Tendré pastillas de sal, pero ya me ha sucedido que cuando estoy quedando bajo de sal me cuesta tragarme las pastillas. Hasta arqueo con ganas de vomitar cuando trato de tragármelas. Me sale mucho mejor comerme unos pepinos y tomarme algo de su jugo y tal vez hasta pueda evitar tener que ingerir las pastillas de sal. También voy a meter algo de Ensure en algunas bolsas, y hasta una lata de Chunky Soup en otra bolsa. Voy a probar algo de lo que vi hacer a Gary Knipling en Massanutten. Diecisiete años de experiencia no se fuman en pipa.

Estación Hora de Llegada / KM Contenido
Ashnola 3:15pm / 29 PB Gel Blasts.
Trapper 5:09pm / 35 PB Gel Blasts. Pickles.
Calcite 9:15pm / 56 PB Gel Blasts. Petzl Myo RXP. Ropa Caliente. Chunky Soup.
Pasayten River 10:20pm / 62 PB Gel Blasts. Lubricante (Desitin).
Bonnevier 10:40pm / 66 PB Gel Blasts. Zapatillas y medias. Gatorade en polvo.
Cayusse Flats 11:51am / 117 PB Gel Blasts. Lubricante (Desitin).
Cascades 1:45pm / 125 PB Gel Blasts. Pickles.
Shawatum 6:31pm / 144 PB Gel Blasts. Chunky Soup.
Skyline 9:44pm / 160 PB Gel Blasts. Zapatillas y medias. Petzl Myo RXP. Ropa Caliente
Meta

 

 Tabla de Pasos para Fat Dog 120

En amarillo en la primera columna están las horas de corte que debemos cumplir para poder seguir en la carrera y en rojo están las estaciones menores en las que solamente vamos a encontrar agua. En rojo en la última columna están los pasos que son más lentos que el mínimo necesario para completar la carrera. Voy a tratar de mantenerme dentro de los pasos proyectados pero, si es posible, voy a apretar en los pasos rojos. Finalmente, en horaArribo en celeste están las estaciones a las que vamos a llegar de noche.

Especialmente en los segmentos que son en subida quiero cargar la menor cantidad de agua posible. En mi mochila tengo una vejiga con una capacidad de 1.5 litros de agua, en cada tira de la mochila llevo una botella de 20oz de agua, y en la mano tengo una botella de 20oz. Cada 20oz de líquido me duran una hora de carrera. Entre las estaciones solamente necesito cargar esa cantidad de agua por hora. Por ejemplo, entre Ashnola y Trapper solamente necesito cargar dos botellas de agua. Pero entre Bonnevier y Heather necesito llenar mi vejiga de 50oz y llevar dos botellas de agua. Voy a hacerme una tabla con mi estimado de líquido entre estaciones para llevarla en la botella de mano y saber con cuanta agua debo salir de cada estación. La carrera es tan larga que puedo ajustar esta estrategia si me sale mal en algún segmento.

Alimentación

Debemos consumir entre 150 y 300 calorías por hora desde que arranca la carrera para poder mantener el cuerpo funcionando a tope. Anteriormente me he pasado a punta de geles pero esa estrategia ya me está asqueando un poco y quiero consumir más calorías en otro formato, como papas hervidas con sal, emparedados de mantequilla de maní, papas fritas y otras comidas calóricamente más densas. De esa comida hay en las estaciones principales así es que quiero aprovechar cada estación para cargarme de comida y consumir las geles y gomas entre estaciones. Así puedo tener una dieta más variada durante la carrera y no llegar a revolver mi estómago por comer tanto de la misma comida.

También voy a ingerir bastantes calorías líquidas en forma de bebida energética. Voy a tomar lo que me den de beber en las estaciones. Con eso voy a rellenar todas mis botellas (menos la vejiga que llenaré solamente con agua cuando tenga que llenarla). Por si acaso voy a tener sobres con mezcla en polvo para rellenar mis botellas con agua de río por si acaso me quedo corto de líquido, o por si me provoca un cambio en la bebida de las estaciones. Todavía no se que van a dar de beber en las estaciones pero no creo que sea Gatorade así es que tal vez lleve esa mezcla para combinar con agua.

Equipo

Ya tengo todo mi equipo para la carrera porque lo he ido acumulando a través de los años que llevo corriendo otras carreras. Está carrera tiene una lista de requerimientos relativamente corta, menos que el Ultra Trail de Mont Blanc.

  • Hydration pack or 3 large handheld water bottles. Three litre bladder recommended.
  • Headlamp and extra batteries or backup source. You must prove that you are carrying a light
    source. We recommend good quality headlamp.
  • Space/survival blanket.
  • Lightweight jacket, nighttime cold temperature clothing.
  • Gloves for night.
  • Cap (some areas are exposed to sun) and it will keep your head warm at night.
  • High energy fuel and drink.
  • Sunscreen and lip balm.
  • Reflective gear if night running on Highway 3 from Cascade to Sumallo Grove (no necesito porque correremos ese tramo de día.)

 Sumario

Creo que todo lo anterior cubre básicamente todas las necesidades de planificación para Fat Dog 120. Solo queda terminar el entrenamiento físico y cuidarme de no hacerme daño antes de la carrera. Me quedan dos semanas para llegar al pico de mi kilometraje (que ha sido poco hasta ahora) que ya está aumentando tras un período prolongado de aumento paulatino. Voy a procurar correr todos los días por las próximas semanas para tratar de meter una semana de 160km justo antes de la semana preliminar cuando haré un descanso para llegar fresco a Canadá.

¿Que más? Como dicen los Irlandeses:

Si funciona no lo arregles.

Voy a usar las mismas cosas que ya he usado antes y que me han dado buen servicio — zapatillas bien usadas, ropa bien gastada, mis botellas de agua todas arañadas por el buen uso, y a correr lento, lento, lento. Mi consigna es llegar a la meta y gozar el camino en el proceso. En este caso es hasta posible que logre disfrutar de la compañía de Lagarto y Tao que dicen que no me van a dejar atrás. Ver para creer…

 

Categorías
Correr

Fat Dog 120 millas

168Estoy a 10 semanas  de Fat Dog 120m. Ya casi han pasado tres semanas desde Massanutten 100 y ya estoy corriendo nuevamente sin mayores problemas. Terminar Massanutten me ha dejado con una buena base y una saludable dosis de confianza pero aun queda mucha tierra por andar antes de estar preparado para nuestro próximo reto: correr 192 kilómetros de senderos de montaña en menos de 48 horas (dos días). Los 8672.7 metros de desnivel agregan un grado de dificultad con el cual hay que lidiar con paciencia y buen juicio.

Como siempre, mi meta es terminar dentro del tiempo límite. Si repito la carrera ya veré cómo mejorar mi marca, pero lo que haga en esta vuelta será excelente si logro terminar. Confío que puedo hacerlo porque el paso que debo mantener para completar el recorrido es manejable (cuatro kilómetros por hora, o un kilómetro cada 15 minutos). Simplificando la carrera en mitad subida y mitad bajada, si logramos subir a tres kilómetros por hora y bajar a 6 kilómetros por hora terminamos en 48 horas exactas: (96 x 20) + (96 x 10) = 2,880 / 60 = 48 horas. Estoy claro que el papel aguanta cualquier cosa pero esas cifras son posibles según mi experiencia previa.

A diferencia de todas mis carreras anteriores, en esta ocasión las estaciones de reabastecimiento van a estar lejos unas de otras, solamente hay quince estaciones en 192 kilómetros. Nueve de esas estaciones son realmente estaciones de abastos y seis con para reponer líquidos. En resumen, hay que ser auto-suficiente en esta carrera. Vamos a una caminata por el parque, por tres parques, literalmente, en esta ocasión. En Massanutten habían 15 estaciones y 12 lomas. En esta carrera hay solamente cuatro subidas grandes, muy grandes.

Esta carrera está dividida en seis secciones. La primera tiene 15km de subida y 15km de bajada. Esta sección tiene la pendiente con mayor grado de inclinación (13 grados en promedio). Luego viene una sección con una subida de 16km y una bajada de 19km. La tercera sección es una subida de 19km. La cuarta sección es una bajada de 40km que tiene premio para el que la baje más rápido (Hot Dog, la marca es tres horas cuarenta minutos). La quinta sección es básicamente plana, 35km de columpios pequeños – la sección más fácil de la carrera. Y, por último, la sexta sección es una subida de 12km, otros 13km de subidas y bajadas pequeñas, y luego una última bajada de 8km hasta la meta. Ya estoy pensando en el momento en el que corono la última loma y puedo ver que solamente me queda una última bajada para llegar al umbral que marca el final de esta aventura.

Los requisitos técnicos, en términos de equipamento, de esta carrera son una copia a carbón del Ultra Trail de Mont Blanc y pienso usar casi lo mismo que llevé para ese evento. Voy a sacarle un poquito más de millaje a la mochila Salomon Advanced Skin S-Lab 12. En esta ocasión pienso hacer uso de todas las oportunidades para tener bolsas de abastos que ofrece esta carrera. Hay nueve puestos donde puede enviar una bolsa con comida y suplementos para la carrera, incluso recambio de zapatillas y medias fresscas. Anteriormente he aprovechado esta oportunidad al mínimo pera ahora voy a sacarle provecho. Ya tengo 10 bolsas de nylon que conseguí en Amazon por $9.90, una ganga a menos de un dólar por bolsa.

Las zapatillas principales que usaré me tienen dando vueltas buscando todas las posibilidades para ver cual es la que maximiza mi oportunidad de completar este recorrido. Aunque estoy tentado por una par de zapatillas nuevas creo que me voy a ir por algunas de mis zapatillas viejas: The North Face Hyper-track, Salomon Sense, Brooks Pure Grit 2 o Nike Zoom Terra Kiger. Todos esos calzados me han dado buen servicio y todavía les queda algo de vida. Aun no me decido con cual par comenzar. Posiblemente arranque con las Pure Grit, y terminé con las Kiger. Las North Face me parecen una opción sólida y las Sense son las más ligeras que tengo. La economía me hace considerar las Sense, la protección de mis piés me pide las Hyper-Track. En algún momento, cerca de la mitad de la carrera está garantizado que me voy a mojar cruzando el Río Skagit. Del otro lado necesito un para de zapatillas secas con sus respectivas medias. ¿Cual mojo y a cual me cambio?

Muy importante es que meto en las bolsas para suplir mi necesidad alimentaria: emparedados de mantequila de maní con jalea, geles, polvo para el agua, sal, y tabletas de Fizz. Generalmente me va bien con la comida de las estaciones pero no he encontrado mayor descripción de qué van a tener en las estaciones mayores. Yo supongo que lo mismo que tienen en todas las estaciones tradicionales. Pero la comida no me preocupa mucho porque con poco me mantengo cuando el paso no es muy rápido.

Antes y desués
Antes y desués

Los pies me han aguantado bastante bien últimamente. No tengo una sola uña ahora mismo pero eso fue por la cantidad de piedras que había en Massanutten y no pude evitar patear una gran cantidad de ellas. Por lo que he leído, este recorrido será por unos senderos fantásticos y las vistas serán espectaculares. Mis pies estarán contentos sobre esa superficie de tierra compactada. Si se me hincharon durante el recorrido en esta última carrera pero lo atribuyo a que no había hecho muchos fondos previos. Espero que esa sea el caso y no que ahora por viejo se me van a hinchar cuando los estoy abuzando. Que se hinchen después no me importa. Si es un problema que se inflamen durante la actividad porque después no caben en las zapatillas. Ya veré que me encuentro en Fat Dog con mis cutarras.

Por último, estoy muy contento porque voy a contar con la agradable compañía de Luis Carlos Stoute, Jose «Lagarto» Orillac y «Tao» Costarangos. Cuarenta y ocho horas solo por la montaña no son tan divertidas. Compartiendo con buenos amigos el tiempo se va volando. Posiblemente Luis Carlos nos deje atrás en algún momento ya que él prefiere sacarle ventaja temprana a la hora de corte. Yo prefiero guardar energías para el final de la carrera y mi paso inicial será intencionalmente lento. Me ha ido bien de «caboose» (el vagón rojo al final de los trenes) recientemente. Luego cambio a modo de avance y comienzo a recortar posiciones en el grupo de corredores. En Mont Blanc me quedé de último por tomarme una cerveza que me ofrecieron poco después de la partida y luego recorté mil posiciones de dos mil quinientos corredores. En esta carrera solamente seremos 175 locos y por suerte conozco a tres más aparte de mi que me acompañarán en la partida. Espero que en algún momento nos logremos empatar con Carlitos Rettally que estará corriendo 70 millas. Ese grupo parte después que nosotros en un lugar más adelante en nuestro recorrido así es que cabe la posibilidad de encontrarnos en el camino.

 

Categorías
Correr

Massanutten Mountain Trail 100 completado

Este fin de semana corrí Massanutten Mountain Trail 100 en 34 horas, 17 minutos y 19 segundos. Jamás había corrido por tantas horas seguidas. Fue una buena experiencia preparatoria para Fat Dog 120 millas en agosto.  Esperaba que iba a encontrar dificultades para terminar esta carrera porque solamente había podido correr 120 km en mis últimos 30 días y acababa de pasar por un Herpes Zóster que me dejó tumbado por una semana y enclenque por otro par más. Tuve la inmensa suerte de encontrarme con un par de viejos zorros que me ayudaron a completar esta carrera y en el proceso aprendí muchas cosas que me hubiese tomado muchos años más descubrir.

Este año tenía programado correr Rocky Raccoon 100 en febrero pero una accidente en moto me lastimo el pie derecho y me dejó sin correr por un par de meses. Por eso me metí en la lotería de Massanutten para ver si conseguía entrar en esa carrera y lograr correr un 100 millas este año (el año pasado no pude hacerlo por falta de tiempo y otras razones). No salí en la lotería pero quedé de #100 en la lista de espera. No fue hasta el 25 de abril que entré a la carrera, el último día posible porque en ese día se cerraban los movimientos de la lista de espera a la lista de inscritos. Esa noticia la recibí con emociones mixtas.

El jueves en la noche volé a Dulles International Airport y llegué a las 12:30am. Al día siguiente manejé a la partida para recoger mi paquete de carrera, escuchar la charla de preparación preliminar y colocar mi hamaca en el campamento donde iba a pasar la noche cerca de la partida. Luego preparé todo mi equipo de carrera y lo dejé listo para el día siguiente. En cuanto llegó la noche (a las 9pm) me acosté a esperar la hora de partida (4am). Casi me duermo sin poner mi alarma. De hecho ya estaba en mi bolsa de dormir dentro de la hamaca cuando me acordé y tuve que regresar al auto a buscar mi teléfono para usarlo de despertador porque no confiaba que mi reloj me iba a despertar (y también tenía el reloj en el auto). Coloqué mi alarma para las 2:45am para darme suficiente tiempo.

Cuando sonó el despertador estaba frío afuera y pensé que como tenía todo listo mejor me despertaba un poco más tarde. Casi me quedo dormido porque no dejé mi alarma bien configurada y jamás sonó. Me despertaron las voces afuera de mi tolda. ¡Cuando vi el reloj eran las 3:35am! Casi no llego a tiempo a la partida y dejé un par de cosas que hubiese querido cargar conmigo pero que al final no necesité (así es que me salió bien el apuro).

Esta carrera tiene quince estaciones de ayuda y toda la carrera sigue un patrón: las estaciones están al otro lado de un cerro que hay que trepar, correr por el espinazo de la montaña y bajar a la siguiente estación. Así mismo fue el recorrido desde la meta. Corrimos unos 5km de calle de grava antes de iniciar la trepada seria por el sendero de la montaña. La carrera tiene 81.3% de superficie rocosa, 18.7% caminos de tosca y 1.7% asfalto. Por la subida de tosca íbamos todos conversando y contemplando el largo y duro evento que teníamos por delante. Eramos una larga procesión de cocuyos con nuestras lucesitas iluminando la noche que pronto se tornaría en madrugada.

mmt 100 2014 236
Karl Meltzer, 4 veces ganador

Mi plan de carrera era muy sencillo: piano piano va lontano, caminar las subidas, correr lento las partes planas y tratar de hacer buen tiempo en las bajadas. Llegué a la estación de Edinburg Gap (#2) a las 7:01am, una hora más tarde que Karl Meltzer (quien ganaría la carrera en 18:40:23), 29 minutos por debajo de la hora de corte. Pasé por la estación rápidamente tomando un par de cuartos de emparedados de mantequilla de maní y rellenando mis botellas con Gatorade. Por el perfil de la carrera pensé que las subidas serían muy pronunciadas pero no era el caso. Comienzan muy gradualmente por senderos con poca inclinación y van progresivamente subiendo de pendiente de manera muy gentil (por supuesto que habrían excepciones). Caminaba a buen paso mientras comía para reponer las calorías que había consumido en las tres horas que me tomó recorrer los primeros 19.52km. 

Gary con su hebilla de oro.
Gary con su hebilla de oro.

Ya para estas alturas de la carrera tenía un grupo de corredores que nos manteníamos relativamente cerca. Algunos me pasaban en las subidas, otros en las bajadas, y a muchos me los pasaba en la estación porque yo paraba muy poco tiempo allí. Pronto me alcanzaron un par de veteranos y establecimos un ritmo: yo subía más rápido y ellos me pasaban en la bajada. En la próxima estación ellos se quedaban un buen rato, por no decir largo, y yo recogía mi comida y seguía avanzando. Uno de ellos era Gary Knipling quien ya había completado el recorrido 16 veces y tenía marcas de tiempo en varias categorías de edad (era el más viejo de la carrera con 70 años). ¡Este señor era una institución en MMT100 y se notaba en las estaciones! Yo había encontrado la fórmula para terminar esta carrera: no separarme de Gary. Junto a Gary venía Paul Crickard, de 60 años, que era mucho menos extrovertido pero corría muy bien y estaba corriendo su quinta edición.

Llegué a #3 – Woodstock Tower a las 9:15 y el corte era a las 10:30. Estaba avanzando contra los límites que me podían detener si corría muy lento. Me sentía muy bien y seguía asegurándome de mantener un nivel de esfuerzo bajo cuidando de no subir mis pulsaciones, manteniendo mi hidratación e ingiriendo sal en cada estación untada en una papa asada. El Gatorade me estaba bajando bien sin causarme malestar en el estómago. El primer problema de la carrera se hacía evidente ya: los pies mojados. Iba a estar con los pies mojados toda la carrera porque había mucho lodo y agua en el sendero por los días de lluvia que antecedieron la carrera. Además ya sabía que iba a perder todas las uñas. El lema de la carrera es un doble entender: «Massanutten Rocks!». Hace referencia a las piedras del camino. ¡Diablos, cómo había rocas en el camino! Pero esto era bueno para mi porque nadie podía correr muy rápido por encima de esos pedregueros y a mi me permitía llevar un buen ritmo sin cansarme mucho.

Detrás de Gary
Detrás de Gary

#4 – Powells Fort llegué a las 10:48 y el corte era a las 12:10. Ya había completado mi primer maratón en 8 horas y 10 minutos, mi primer cuarto de la carrera ya estaba detrás mío. Comencé a pensar que tal vez podría lograr terminar esta vaina. Era temprano en la carrera y ya estaba contento. Los senderos eran espectaculares, justo el tipo de trillo que me gusta recorrer y el nivel de sufrimiento estaba dentro de mi capacidad de tolerancia. Además la compañía estaba superlativa. Todavía me mantenía cerca de GK (Gary Knipling) y esto era bueno. Paul Crickard venía cerca corriendo tranquilo su carrera.

Por suerte la temperatura estaba muy agradable a pesar de ser pleno medio día. Cuando llegamos a #5 – Elizabeth Furnace a las 13:06 ya había cubierto el primer tercio de las 103.7 millas de la carrera (en kilómetros llevaba 53.60). Ya a estas alturas había podido ver como en cada estación GK se sentaba a comer y beber, tanto de la mesa de abastos como de su propia bolsa de resurtido. Una de las cosas que yo no había hecho fue tomar ventaja de todas las bolsas que se podían enviar a casi todas las estaciones. Me hubiese convenido tener una bolsa en la segunda estación para dejar la lámpara que use en la madrugada y que ahora tendría que cargar hasta Habron Gap. Gary comía con todo en cada estación, tomaba jugo de pepino encurtido (pickle juice), y pedía que le mojaran un «panty» amarillo que llevaba en la mano.

Bolsas de resurtido
Bolsas de resurtido

Cuando salí hacia #6 – Shawl Gap Parking, 61.12km, me aseguré de hacerlo antes de GK y Paul porque ya era evidente que esta gente bajaba más rápido que yo y no quería que me dejaran atrás. Para mi ya era claro que tenía que estar junto a estos veteranos corredores para tener una buena oportunidad de completar este evento. A través de la carrera me daban información sobre el recorrido, que podía esperar por los próximos kilómetros, me presentaban a otros corredores que estaban cerca y nos entreteníamos juntos. Esta era la fórmula para lograr este reto. Terminé este segmento a las 14:46 y el corte era 16:10. Mantenía un margen razonable contra la hora de corte. Amelia Kegan ya era una corredora con la cual mantenía el mismo patrón que con los viejos y ella siempre me alcanzaba en las bajadas, llegaba antes que yo a las estaciones y se sentaba a cuidarse los pies para que no le salieran ampollas. Llevaba una camiseta que decía Tortoise & Hare que me pareció apropiada. ¿La pregunta es quien era la tortuga y la liebre?

14204324321_4fb01a0ed3_o
Mesa de abastos

La verdad es que la belleza de los senderos, el verdor de los árboles, y las flores en su apogeo de primavera estaban ayudando a que el tiempo se me fuera sin notar. Me ayudaba el estar corriendo con la confianza de que iba a buen ritmo para terminar porque estaba rodeado de corredores con mucha experiencia. Había esperado una experiencia solitaria porque docientos corredores rápidamente se dispersan en 166 kilómetros. El ritmo de estación – subida – corrida por el filo de la montaña – bajada – estación hacía que los corredores de habilidades similares se mantuvieran bastante unidos. Llevaba horas corriendo y conversando con la gente a mi alrededor. Todos los que estábamos en la cola de la carrera teníamos un plan similar y el ritmo nos permitía conversar sin esfuerzo. Ibamos bien en esta rutina aunque ya podía ver que no todos iban a soportar el esfuerzo. Poco a poco iban apareciendo corredores nuevos delante de nosotros y al rato quedaban atrás. Los que habían partido muy rápido ya estaban pagando el precio de su error, o algún percance les había robado fuerza, tal vez su estómago no estaba tolerando la carga de comida y líquidos necesaria para mantener el cuerpo quemando calorías para alimentar los músculos.

Paul Crickard
Paul Crickard

Camino a #7 – Veach Gap Parking, 66.08km recorridos, corríamos por una calle de gravilla en descenso. Pronto nos alcanzaron los veteranos que ahora venían en pandilla recogiendo a los jóvenes con menos experiencia. Como era una bajada nos pasaron a balazo y yo aceleré, les hice saber claramente que no me iban a dejar atrás, y aceleré para llegar rápido a la próxima subida para poder mantenerme con ventaja para la próxima bajada. Las subidas ya estaban rindiendo beneficios para mi porque pasaba gente regularmente y no todos lograban alcanzarme al otro lado cuando venía la bajada hacia la próxima estación. A las 15:36 ya había llegado a la mesa de comidas y bebidas que estaban bien abastecidas con comida salada, dulces, frutas y bebidas. Los voluntarios estaban siempre bien dispuestos y sonreídos mientras trataban de ayudarme con mis botellas y yo de comer suficiente sin quedar muy lleno. Me funcionaba bien llevarme emparedados y dulces en una bolsita plástica y comer mientras caminaba hacia arriba. Cuando terminaba mis insumos ya esta listo para volver a subir las revoluciones en la próxima loma. En mi próxima estación estaría en la mitad del recorrido. 

LLegamos a #8 – Indian Grave Trailhead, 80.48 kilómetros, a las 18:34. Ahora sí estaba en acuerdo con PC y GK para que me permitieran ser su sombra y me ayudaran a terminar Massanutten. Estos señores me impresionaban porque corrían sin esfuerzo y sabían sacar provecho de todas las superficies: subían con calma, corrían tranquilos lo plano y volaban en las bajadas. Yo tenía que hacer un esfuerzo para seguirlos bajando y considero que puedo bajar rápido. Mi pie derecho era mi punto débil en las bajadas porque me lo lastimé en noviembre del año pasado en un accidente y quedé sin correr por más de seis semanas. También estaba claro que mis pies estaban tiernos de suelas y las bajadas exacerbaban la fricción con las plantillas. Además tenía las zapatillas llenas de arenilla por todos los cruces de lodazales y quebrabas. Los viejos seguro estaban igual que yo — si ellos no se quejaban, yo menos iba a hacerlo.

Comiendo en una estación
Comiendo en una estación

Teníamos tiempo de sobra contra la hora de corte cuando llegamos a #9 – Habron Gap Parking, 19:40 versus 21:00 pero había perdido un poco contra el colchón que había estado llevando durante el día. Mis compañeros me decían que no me preocupara, tenía la carrera en el bolsillo. Tanto como quisiera haberles creído en ese momento, tenía grandes dudas sobre mi capacidad de terminar. Pero estaba contento porque ya había cruzado el umbral de la mitad de la carrera y de ahora en adelante estaba descontando de la llegada a la meta. Aquí había dejado mi bolsa de resurtido con una buena lámpara para la noche, una chaqueta de correr liviana, y un cambio de zapatillas. Había estado corriendo con unas Nike Zoom Kiger y me habían traído sin problemas hasta aquí pero pensé que las North Face me ayudarían por tan solo cambiar un poco la pisada para la segunda mitad de la carrera. Me senté a comer, y ver comer a Gary Knippling, mientras me cambiaba. El próximo tiro sería largo: 15.68km antes de llegar a #10 – Camp Roosevelt, 102.40km. Ya casí podía reir pensando en una apuesta que había hecho con un Réptil que me va tener que acompañar en Fat Dog 120. Solamente me faltaban 64km para terminar, ya las distancias se sentían manejables y no tenía ninguna avería mayor. Ahora venía la noche larga.

Venía una de las subidas más prolongadas de la carrera y la iba a tomar con calma con mis compañeros marcando el paso. Era hora de ahorrar energía para llegar con fuerzas a la mañana. Si duraba la noche ya podía contar con que tenía la carrera en la palma de mi mano. Aún así, la noche siempre es larga y pone a prueba la voluntad de todos los corredores cuando el cuerpo comienza a pedir descanso a gritos. Ya yo estaba contento con todas las subidas que venían, cada una me daba ventaja relativamente contra la mayoría de los otros corredores. Una de las cosas que más me gusta de las carreras de ultra-distancia es que cada corredor hace su carrera y todos estamos para ayudarnos y apoyarnos por largas horas. Aunque hable de ventaja, esta carrera solamente tiene un competidor: yo, los demás son mis compañeros y cada uno de ellos tiene su propio evento, sus metas. Cuando llegamos arriba de la montaña ya se podían ver las luces en el Valle del Río Shenandoah. A cada lado del lomo de la montaña se veían luces y la luna brillaba entre los árboles. Estaba en otro mundo, estaba en una aventura de proporciones épicas luchando contra dragones míticos. A las 23:22 llegamos a la estación y habíamos ganado tiempo contra el corte que era a la 01:15 del domingo. 

Próxima parada: #11 – Gap Creek/Jawbone I111.68. Llegamos a las 02:06 y el corte era 03:45. La próxima sección rumbo a #12 – Visitor Center fue fantástica, iniciando con una subida empinada y luego una larga corrida por el espinazo de Massanutten Mountain. La noche estaba fría pero mi chaqueta me mantenía bien mientras estuviera en movimiento. Si me detenía no tenía protección alguna contra el frío, moverme era obligatorio para sobrevivir en los 40F y evitar que el factor de enfriamiento me robara el calor corporal con el viento que soplaba sobre la montaña. Teníamos que estar pendientes de las balizas reflectoras que nos indicaban el camino y asegurarnos de no cruzar ninguna de las cintas rojas que marcaban los caminos falsos. Ahora estaba gozando mi corrida. Sorprendente-mente no estaba destruido como había anticipado. Pensé que a estas alturas iba a estar babeando y avanzando a gatas por el camino, luchando por encontrar reservas donde no existían. Nó, estaba corriendo feliz, disfrutando de una noche estupenda, cómodo y bien acompañado. De paso, Gary se había quedado en la estación a dormir un rato así es que ahora corría con Paul, quien había metido cuatro semanas sólidas de entrenamiento antes de la carrera cubriendo 90 millas (144 kilómetros)  por semana. ¡Impresionante! La bajada de esta montaña estuvo empapada cruzando quebradas frecuentemente. Ya estaba pensando en la fogata que nos esperaba en el próximo puesto.

A las 05:25 llegamos al Visitor Center, ya con luz del día y dos horas de reserva contra el corte. Habíamos avanzado bien a través de la noche. Ya llevaba 125.28km del recorrido detrás de mi. Conversando con Paul se me pasó volando la noche. Paul iba adelante mío y yo solamente me dediqué a mantener el paso con él. Las pocas veces que iba delante también estaba apretando para asegurarme de amanecer con buena ventaja. ¡Café, quería cafe! En el Visitor Center había de todo pero ya yo no podía comer tanto. Hasta huevos fritos con tocino me ofrecieron y yo pasé la oferta. Durante la noche había tomado sopas calientes en las estaciones, y café. Unos cuantos emparedados de queso a la plancha también me ayudaron. En todas las paradas había gente tirada, dormida junto a las fogatas que tenían prendidas. Ahora que el sol comenzaba a brillar era hora de dejar lo que me quedaba en el camino. ¡Solamente un maratón más y terminaba esta carrera! Nada mas…

John, de Samoa, en su lava lava.
John, de Samoa, en su lava lava.

La estación #13 – Bird Knob no tiene hora de corte y está arriba de un cerro. En la subida nos encontramos con John con quien habíamos intercambiado posiciones a través de la carrera y ha completado este evento varias veces. Este tramo nos lleva a los 130.88km recorridos. La subida fue larga pero agradable. Ya Paul me estaba dejando atrás fácilmente en la subida, sus largas horas de entrenamiento lo mantenían fuerte después de tantas horas corriendo. Por suerte estaba dispuesto a esperarme pacientemente y yo hacía un gran esfuerzo por avanzar a buen ritmo. John ya estaba llegando arriba cuando lo alcanzamos y nos mantuvimos juntos hasta la pequeña estación que nos esperaba. Me tomé varias tabletas anti-ácidas que habían en la mesa y metí otras en mi bolsillo. Ya estaba con acidez estomacal de tanto Gatorade que había tomado pero no quería cambiar a agua a estas alturas. Yo creo en el dicho Irlandés que dice que si algo funciona, no lo arregles. ¡Ya solamente faltaban un par de estaciones antes de la meta!

Antes de llegar a #14 – Picnic Area, 141.12km, teníamos que subir otra pendiente y luego nos esperaba la bajada más larga de todo el recorrido. Rápidamente salimos de la subida e iniciamos el descenso. Ya estaba cansado, me dolía la espalda inferior y no podía bajar muy rápido. Estaba comenzando la etapa de las dudas y la oscuridad mental producida por el cansancio me causaba ansiedad. Tan cerca y me sentía que no podía avanzar lo suficientemente rápido como para terminar. Paul finalmente me dejó atrás, y John también. El recorrido estaba hermoso corriendo paralelo a una quebrada que corría llena de agua, las flores adornaban todo el entorno, y yo estaba entrando en una desesperación porque pensaba que no iba a poder terminar… ¿Cuando iba a llegar a la estación? Trataba de correr y apenas avanzaba con unos pasos que parecía que arrastraba los pies. Cambié el paso a una caminata rápida y lo mezclaba con unas zancadas largas. Estaba comenzando a imaginar que veía la calle que me había dicho Paul que estaba cerca. Pero nunca era lo que yo pensaba. Estaba casi alucinando, viendo formas en la periferia de mi visión que llamaban mi atención pero nunca eran lo que yo percibía. Estaba muy, muy cansado y mi mente me estaba jugando bromas. Veía el reloj y el tiempo transcurría en cámara lenta pero ya se hacía tarde. ¡La duda me atacaba! Me encontré a John tomando un descanso mientras vaciaba su vejiga. Me dijo que Paul nos había esperado y que la estación estaba a tres kilómetros. ¡Tres kilómetros más! ¡Y en subida ahora! Que angustia sentía. ¿Cómo iba a hacer para terminar?

Dejé a John atrás mientras trataba de quemar todo lo que tenía. Ya me estaba comiendo unas gomitas de Power Gel, y todo lo que llevaba encima, para tratar de reactivar el cuerpo y salir del hueco negro en el que me sentía. De repente apareció una mujer y me dijo que ya estaba cerca de la estación. Más rápido corrí. Llegué a la estación a las 09:13 y el corte era a las 11:00. Pregunté cuanto faltaba y lo que me dijeron hizo que el fondo se me cayera. Los números eran inmensos y entré en pánico, rellené mis botellas y me fui sin decirle a Paul, que estaba comiendo y conversando con una chica. ¿No entendía cómo se me había ido la carrera de las manos? Había corrido tantas, tantas horas y no iba a llegar dentro de las 36 horas que tenía para terminar. Salí corriendo con todo lo que me quedaba ahogado de dudas. Y el marcaje ahora estaba dudoso, habían cintas en el piso y las cintas rojas estaban fuera de lugar. ¡Ahora sí estaba destruido! Al rato me alcanza Paul: ¿que te pasó Irving, ni te vi salir? Le conté de mis dudas y el me sacó una tablita de su bolsa: «mira los números, tenemos tiempo, estamos bien». Gary Knipling y Leonard Martin todavía estaban detrás de nosotros y ellos siempre terminan esta carrera.

Jugo de pepinos encurtidos
Jugo de pepinos encurtidos

La estación que seguía era #15 – Gap Creek/Jawbone II, kilómetro 155.36, y estaba a 14.24km. Luego seguía la meta a unos 11.04km más. Tenía seis horas y cuarenta y cinco minutos para cubrir veinticinco kilómetros. Ya podía caminar a la meta y terminar. En un momento de debilidad la duda me había robado todas las fuerzas y la desesperación casi me hace llorar. Ahora estaba saliendo de ese hueco, pero me quedaban dudas. Mientras avanzábamos Paul me animaba y yo daba todo lo que me quedaba para subir la penúltima e interminable loma que teníamos por delante. La pendiente se iba poniendo ridículamente más difícil y al final subíamos por una quebrada, por las piedras en medio del agua metidos en un pequeño cañón y Paul me llevaba cientos de metros de ventaja. Aún así, habíamos estado pasando gente a diestra y siniestra y yo venía resoplando como un burro. Mi motor diesel venía botando humo negro y sentía que iba a reventar un pistón o se me iba a torcer una biela. ¡Pero ya estaba tan cerca! Qué mezcla de emociones, la alegría de estar llegando a la meta, las ganas de parar y la duda que era cómo un grillete alrededor de mi pie derecho.

Feliz en la meta
Feliz en la meta

La bajada a la estación se me hacía interminable. Paul me daba un estimado de llegada de 13:00 y la hora de corte era 14:00, dentro de mis posibilidades. Nos alcanzamos a Steve, y lo pasamos. Poco a poco íbamos progresando a través de los corredores. La verdad es que estar pasando gente a estas alturas me daba algo de ánimo sencillamente porque me indicaba que había guardado suficientes reservas para poder seguir moviéndome. Finalmente llegamos a las 12:01, prácticamente dos horas por debajo del corte. Esto estaba casi terminado, solamente una subida más y la larga bajada a la meta ya la podía caminar y terminábamos con esta gran odisea. Increíble, ya estaba llegando, ya estaba cerca de completar lo que hace tan poco tiempo me pareció imposible. Un par de corredores nos volvieron a pasar en la bajada hacia la meta pero ya era irrelevante: esto era solo cuestión de minutos y terminábamos lo que había comenzado en la madrugada del día anterior. A las 34:17:19 cruzamos juntos la meta. ¡Paga Lagarto! Ahora vas a tener que correr Fat Dog 120 millas conmigo…

Categorías
Correr

El Valle 100 o Los 100 del Indio

Parece una pregunta sencilla, pero no lo es. El Valle solamente es el punto de partida, y la meta final, de un recorrido de 100 kilómetros por el Río Indio. ¿El Indio 100km? Hace tiempo ando pensando en el Ultra Reto del Indio cruzando de océano a océano por Las Guías y terminando en Boca de Río Indio, o al revés. Pero eso es muy complicado logísticamente así es que cambié la idea para que el recorrido sea un circuito saliendo de El Valle de Antón.

No tenía el número 100 en la cabeza pero resulta que esa fue la distancia que salió cuando tracé el recorrido en el mapa bajando por una orilla (aproximadamente) y subiendo por la otra. Generalmente, hace mucho tiempo, subíamos hacia El Valle desde Boca de Uracillo porque ese era el lugar hasta donde se puede llegar en bote desde la Boca de Río Indio, cómo tres horas navegando río arriba. Ya sabía que desde allí también se puede caminar hacia Tres Hermanas por la otra orilla. Eso hacía el lugar, Boca de Uracillo, la terminal ideal para hacer la transición entra la bajada por un lado y la subida por el otro.

Decidí bajar por el camino a San Miguel Arriba y subir por el lado más transitado para tener la opción de rajarnos por Jordanal en caso que el recorrido sea mucho para un fin de semana, o por si lo hacemos en un solo envío sin dormir. Lo único es que hacerlo sin dormir me quitaría la opción de gozar del paisaje durante el recorrido nocturno. Ya me se de memoria lo que me perdería, pero tal vez los que me acompañen se estén perdiendo vistas que nunca han tenido. Lo más probable es que solamente me acompañen los sospechosos de siempre en la primera vuelta, pero 100km en un fin de semana no es algo potable para la mayoría, no tiene sentido alguno.

Pero esas mismas personas que no le encuentran sentido a recorrer esa distancia en un solo paseo tampoco, generalmente, están dispuestos a tomarse cinco días para hacer el recorrido a un paso más razonable. Así es que, entonces, yo aprovecho para hacer lo que puedo durante el tiempo que me queda disponible normalmente: un fin de semana. ¿Quien se apunta?