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Pacora 80k

ultra-pacora-80Tuve suerte (o no) y no quedé en la rifa de Hardrock 100m. En lugar de llorar por lo que no fue (ya será más adelante) voy a hacer algo al respecto localmente. He diseñado el recorrido para las grandes ultras de Panamá. Mezclando el circuito de Mamoní, Río Indio y Pacora, con el recorrido de Pacora a Altos de Cerro Azul, conseguimos la base para ultras de todas las distancias. En 80km solamente hay un tramo como de tres kilómetros de asfalto, y la superficie es excelente, ni siquiera es muy técnico el terreno porque sigue una calle de tierra.

Con esa ruta tenemos un circuito de 57km partiendo de San Miguel en Pacora. Al sumarle el tramo de San Miguel a Altos de Pacora completamos los 83km. Si se quisiera hilar fino para tener una carrera de exactamente 80km habría que dar la vuelta en la subida a Altos de Pacora (lo que haría feliz a muchos corredores al eliminar la trepada tan bárbara de 500 metros). Y el mismo recorrido nos permite llegar a las 100 millas al duplicarlo al revés para no aburrir a los que se animen a correr esa distancia.

La dificultad más grande en una carrera de estas distancias en Panamá es el calor. La solución obvia a este problema es correr de noche, en el invierno del trópico. Como el recorrido es por una buena calle de tosca, no sería gran problema correr de noche. La marcación inclusive se hace más sencilla usando reflectores como los ojos de gatos que usan los cazadores, que son unas tachuelas reflectivas clavadas en los árboles. Esas tachuelas se ven a muchos metros de distancia en la noche. El apoyo a la carrera es bastante fácil porque la gran mayoría del recorrido es accesible en auto, bicicleta y mulitas.

Ahora que la población local de ultra-corredores está aumentado regularmente, pronto lograremos llegar a la masa crítica necesaria para que estas carreras de trillo se puedan lograr con una participación adecuada. Por ahora solamente seremos unas cuantos locos en entrenamiento los que hagamos uso del recorrido, pero pronto tendremos un buen evento basado en este recorrido. North Face acaba de abrir en Panamá y ellos están buscando donde hacer carreras para promocionar su marca. North Face son los patrocinadores oficiales del Ultra Trail de Mont Blanc y otra docena de ultras a nivel mundial, incluyendo la Trans-Gran Canaria en la que me gustaría particpar en un futuro no muy lejano.

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T-4 Lotería HardRock 100

Hardrock 2010Las posibilidades de salir elegido para uno de los 140 cupos de Hardrock 100 están muy bajas para mi. Estoy entre 900+ corredores que están buscando uno de los 140 puestos disponibles para esta carrera en el 2013. Tengo el 15% de probabilidades de salir, o, aproximadamente 1 en 6. Hay 35 cupos para los que nunca han corrido en esa carrera, y yo estoy en esa canasta. Creo que tengo un puesto adicional en la canasta de números por haber aplicado el año pasado. ¡Hay muchos corredores que están buscando estos pocos cupos!

Parece mentira cuantos corredores están participando en estas carreras que están al margen de los ultra maratones de trillos. Es tan difícil entrar en esta carrera que hasta la fecha solamente la han terminado (según el manual de corredores del 2012) 515 corredores distintos. Por las reglas de la lotería siempre hay una gran cantidad de corredores que repiten la carrera y dejan pocos cupos para los corredores nuevas que procuran participar. Creo que el 2013 será el año 20 para eta carrera. Un buen número para que me toque participar ¡XX!

Bueno, ya solamente son 4 días más de ansiedad. Solamente Miwok 2013 está fijo en mi calendario para este año que viene. Ya tengo la carrera de 100km alineada, me falta la de 100 millas. Aparte de esas dos carreras, he decidido que quiero participar en unas cuantas carreras de velocidad este 2013 porque me he estado poniendo lento con los años y un poco de énfasis en carreras cortas me caería bien.

 

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Reporte EVTR 50k 2012

El Valle Trail Race 50k 2012 fue la edición más concurrida hasta ahora. Nuestra pequeña carrera sigue creciendo y cumpliendo su misión de llevar el campo a los corredores, o al revés. En esta vuelta me fui de barrendero con Iris Regalado y Andrés Muñoz y pasé un día excepcionalmente entretenido compartiendo 50km de trillo con dos personajes. Iris estaba buscando completar el recorrido sin perderse, como le ha sucedido en sus intentos anteriores, y Andrés estaba corriendo su primer ultra y maratón.

Nos tocó un día espectacular pero tal vez algo caliente para estar corriendo 50km por el campo. Aún no he visto los resultados oficiales y en la foto de partida de los 50km tengo a 20 corredores, incluyendo al 1ro y 2do lugar del año pasado: Víctor Gil y Ernesto Durán, quienes regresan para un nuevo y épico duelo. Habían muchos extranjeros entre los participantes: franceses, suecos, alemanes, y colombianos (no todos en plurar). Varios de los participantes han estado presentes desde la primera edición de la carrera. Todos se veían muy animados y con ganas de afrontar este reto una vez más. La partida fue muy relajada y los corredores arrancaron a correr muy tranquilos.Mi plan de carrera era muy sencillo. Yo iba a asegurarme que Iris no se perdiera y llegará a la meta, finalmente. Andrés decidió que ese plan le gustaba y se montó en el bus. Juntos, los tres, corrimos tranquilamente todo el día. Bajando La Silla apareció Cristina Mata de la nada: se había perdido y estaba feliz de haber regresado al recorrido correcto. La bajada de La Silla nos tomó una eternidad porque Iris venía dando pasitos de bebé. Pero eventualmente terminamos y pudimos proceder a seguir corriendo. Cuando estábamos bajando hacia El Roble nos fuimos encontrando a los primeros corredores de los 21km que venían en dirección contraria.

Cruzarnos con los corredores de 21km fue muy divertido y uno de los puntos más emocionantes de todo el recorrido. Este detalle de la carrera me gusta mucho — nos hace partícipes y espectadores a la misma vez. Pude ver como se estaban divirtiendo los corredores, gozando del recorrido y la camaradería. Puedo decir que conocía a la mayoría de los corredores que nos cruzamos. Me alegra mucho ser parte de esta gran comunidad de corredores de Panamá y que bueno es ver que está creciendo la afición a correr por el campo.

Los kilómetros, y las horas, fueron pasando felizmente en compañía de Iris y Andrés hasta regresar a El Valle. Hicimos una parada técnica en Shagri-La para hidratarnos con la mejor cerveza de todo el día, la primera. Allí recogí un pañuelo relleno de hielo que tenía en el congelador para poder estar más cómodo en la parte de la carrera que tenía por delante, la parte caliente y la subida a La India Dormida. Cuando llegamos a la estación de ayuda nos dimos cuenta que, además de ir de últimos, estábamos muy atrás en la carrera. ¡Estoy seguro que ninguno de los que estaban por delante venían mejor que nosotros! Lo pudimos ver en la cara de todos los corredores que nos cruzamos en este tramo que era ida y vuelta a La Estancia. Desafortunadamente se me había quedado la cámara en la parada anterior y no tengo evidencia de las caras de sufrimiento que vimos en los que venían por delante. bajo el sol abrasador del medio día.

Nos tomó un buen rato hacer el recorrido de ida y vuelta a La Estancia. El terreno que estábamos recorriendo es el punto débil de Iris: el terreno super–técnico de subidas y bajadas rocosas. Pero lo hicimos con calma y buena letra disfrutando de este agradable recorrido que es mayormente sombreado. Aquí nos cruzamos con todos los corredores de 50km con la excepción de Ernesto, los valleros, y los más rápidos de los europeos. A Víctor Mojica no lo vimos más y supe que se retiro en la estación de La Companía que habíamos dejado atrás.

Cuando ya veníamos de regreso dejamos a Iris a que bajara sola de La India Dormida y nos apuramos para tomarnos una cerveza fría en El Ranchón mientras la super poderosa nos alcanzaba. Al llegar al Rancho pedí tres cervezas, una para Andrés, otra para mi y la tercera para Iris. Ya nos había contado que la primera cerveza le subió la auto-estima, así es que decidimos subírsela aún más. Una vez hidratados todos procedimos a subir hacia La Mesa. En mi opinión ya la carrera estaba de nuestro lado: llevábamos 2/3 bajo el cinto, teníamos la auto-estima por el cielo, y la parte que faltaba era la más fácil. 

En La Mesa nos encontramos con Lorena y Raquel, que iban con mi sobrino Jorge, a darnos apoyo y más hidratación. Nos contaron que el Hash estaba en pleno apogeo en la meta y que nos iban a esperar hasta que llegáramos. Raquel (la esposa de Andrés) se nos unió y corrió los últimos 8km hasta la meta. A nuestra llegada fuimos recibidos con el mayor de los ánimos por nuestros amigos que nos recibieron como si fuéramos unos campeones. De hecho, íbamos con una campeona: ¡Iris Regalado, 2d lugar femenino! Y, además, ahora ¡Andrés es una ULTRA corredor!

Pregunta: ¿Cuanto midieron los 50km de EVTR 2012? Respuesta: vaya usted a saber. Mi Suunto Ambit, en la muñeca, marcó 50.4km. Ese recorrido en Google Earth midió 49.9km y en ExpertGPS midió 56.77km. A Ernesto Durán su GPS le marcó 50km, y Andrés Muños tenía 52+km. El mismo recorrido del Suunto mide 54.12km en Garmin Connect y mide 50.46km en Moves Count de Suunto. Así es que la respuesta de cuanto mide el recorrido está en el aire: mide cerca de 50km+ y la altura ganada fue 2,100m ≈.

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Ultra Trail du Mont Blanc 2012

¡Llegando a la meta!El Ultra Trail de Mont Blanc 2012 fue toda una escuela que me dejó muchas lecciones. Afortunadamente la pude terminar, en parte por que nos acortaron el recorrido a 103km en lugar de los 168km que nos habían prometido por causa de las condiciones climáticas durante la carrera. El recorrido modificado quedó todo dentro de Francia y no subimos nunca a mucho más de 2,000 metros. Aún así nos tocó una parte cubierta de nieve, bajo lluvia y, en lo alto, una nevada copiosa. Proporcionalmente, la elevación ganada durante el recorrido era igual a la del recorrido largo, siendo la carrera con más elevación por kilómetro que me ha tocado correr.

La partida fue muy emocionante, llena de gente, todos abultados en la plaza alrededor del globo de meta. Nos tocó ver la llegada de los finalistas del recorrido CCC que habían partido esa misma mañana a las 10:00am. Por ellos nos retrasaron aún más la partida, que había sido cambiada para las 7:00pm, pero valió la pena. Cuando hicieron la cuenta regresiva y partimos, quedamos dentro de una marea de gente que se fue moviendo lentamente hacia el globo de meta y, poco a poco, tomando velocidad. Tenía intenciones de correr con Luis Carlos Stoute, pero él arrancó muy rápido para lo que yo estaba dispuesto a esforzarme tan temprano en la carrera y me dejó atrás mientras yo tomada vídeo y fotos. Esa partida ha sido la partida más emocionante que he tenido, superando la partida de Nueva York por mucho.

A los minutos de estar corriendo, ya casi en las afueras del pueblo, tuve que hacer mi primera parada por que me había tomado un botellón de cerveza mientras esperaba la partida. Cuando regresé a correr ya quedaban pocos corredores detrás de mi. Al final del pueblo me encontré con un mesero que tenía una bandeja con cervezas (ya eran pocas) y aproveché para tomarme otra cerveza. Cuando terminé estoy seguro que estaba completamente en la cola de la carrera. Pensé que era una excelente posición para correr sin la presión de gente tratando de pasarme por los senderos. Iba a ser motivador hacer una carrera de menos a más, siempre avanzando un poco con respecto a los corredores que me acompañaban.

Lo primero que encontré es que tenía mucha ropa encima y me estaba mojando con mi propio sudor. Me quité la gorra que llevaba encima y la chaqueta de correr semipermeable. Al poco rato comenzó a llover y ahora me estaba mojando con el agua que caía. Decidí que mejor no me mojaba más de lo que ya estaba y me puse mi chaqueta impermeable de Gore-Tex para resguardarme. A estas alturas ya estaba oscureciendo y pronto debería sacar mi lámpara de cabeza. Habían tantos corredores que podía usar la luz de ellos para ver suficientemente bien. En general, encontré que los corredores de esta carrera, en especial los franceses, eran un grupo callado y no muy amistosos.

Paso por Estaciones
Estación

Posición

Tiempo

Distancia
Le Delevret

2436

2:33:46

13.60
Saint Gervais

2130

3:43:42

20.88
Saint Gervais

2144

3:45:17

20.88
Les Contamines

2243

5:41:28

30.69
La Balme

2163

7:47:09

38.82
Les Contamines Retour

1672

10:05:39

54.10
Bellevue

1610

13:38:18

66.87
Les Houches

1638

14:55:40

71.72
gare Planpraz

1610

17:23:24

81.11
Argentiere

1552

20:39:50

93.38
av Arrivee

1437

22:10:39

102.79
Meta

1434

22:16:26

103.79

El primer tramo era hasta Les Houches, y plano. Luego venía un ascenso hacia Le Delevret, el primero de muchos. Ya en Delevret me comentó un corredor que iba a abandonar en San Gervais por lo frío y mojado de las condiciones. Pensé que era un poco temprano para tomar una decisión como esa, pero lo podía entender. Yo estaba empapado debajo de mi capa impermeable (ya me había puesto el pantalón) y solamente el calor que generaba mi esfuerzo me mantenía caliente. Estaba contento por haber decidido cubrirme la planta de los pies con cinta adhesiva para ayudar a evitar que se me formaran ampollas por pie agrietado, que me sucede cuando corro con los pies mojados por mucho tiempo. Mi preocupación era que la cinta adhesiva por vieja, de 10 años atrás, no iba a aguantar todo el recorrido.

En St. Gervais me encontré con mi equipo de apoyo, Lorena, Carlitos y Ana Cecilia, por primera vez. Pasé por esta estación a balazo, algo que traté de hacer en todas las estaciones siguientes. Estaba seguro que con el paso tranquilo que llevaba no iba a tener mayores necesidades alimentarias. Incluso estaba pensando correr con poca agua por que no estaba sudando mucho ya. La mayor pérdida de agua era en el vapor de mi respiración. Decidí ir aligerando mi carga de la espalda y me fui tomando el agua de la vejiga en la mochila para dejarla vacía por lo que me faltaba de la carrera. De St. Gervais a Le Balme me tocaban 18km de subida casi continua.

En Les Contamines me volví a encontrar con mi grupo de apoyo. Luis Carlos estaba sacándome ventaja consistentemente y ya era obvio que no me lo iba a alcanzar nunca. Por suerte Carlitos tenía información del recorrido por que yo estaba corriendo sin ninguna idea de qué es lo que venía adelante y sus notas me permitían formar expectativas de lo que me iba a encontrar. Yo había preparado una batería para llevar conmigo durante la carrera, pero cuando cambiaron la ruta me dejaron sin esa ayuda. Lorena siempre quería que me cambiara las medias y me pusiera ropa seca, pero yo sabía que era por gusto por que me volvería a mojar inmediatamente.

De Les Contamines a Les Balmes la subida era empinada y sin descansos. Ya me había metido en ritmo tranquilo en las subidas, trepando con las manos en la espalda e inclinado hacia adelante para utilizar los glúteos y descansar los muslos. Los que usaban bastones me pasaban, pero yo siempre volvía a correr en cualquier pendiente leve que aparecía y estaba ganando posiciones consistentemente. Literalmente, estaba descansando en las subidas con mis pasos largos y constantes. Todo el tiempo tenía mi respiración y mis pulsaciones a un ritmo cómodo.

Al llegar a Les Balmes me encontré con una fogata inmensa y mucha gente secándose y descansando. Yo busqué un plato de sopa caliente y me senté junto al fuego un rato. Ese plato me cayó tan bien que me fui a buscar otro. Había un oriental que estaba secando sus medias en el fuego. Después de mi segundo plato de sopa partí a continuar con la trepada. Faltaban otros kilómetros para llegar a coronar esta subida. Poco a poco me fui encontrando con nieve, y la lluvia que caía se estaba convirtiendo en nieve copiosa.

Esta sección me fue preocupando por que la visibilidad estaba muy limitada, el piso muy mojado, y mis anteojos se habían empañado tanto que tuve que correr sin ellos. Decidí que apretaría lo más que pudiera para salir de esta zona lo antes posible. Por suerte había optado por correr con unas medias de lana gruesas que me mantenía cómodos los pies aún cuando estuviesen mojados, empapados por los charcos de agua helada. Por fortuna ahora venía una bajada larga, de casi 15km que me iba a permitir correr rápido y ganar muchas posiciones.

Cuando regresé a Les Contamines me contó Carlitos que había tenido un segmento buenísimo. ¡Lo que hace la preocupación! De verdad que había estado asustado arriba de esa montaña. Todavía me quedaban capas calientes que ponerme, arriba y abajo, pero no iba a ser muy agradable vestirme debajo de esa nevada. Las posiciones que gané en la subida las recuperé con creces en la bajada desde Les Balmes. Mi grupo de apoyo había pasado una noche horrorosa, mojados y fríos, esperando que regresara a verlos. Ya casi amanecía y me sentía tranquilo y sin sueño. Nuevamente pasé por la estación lo más rápido posible por que me enfriaba mucho cuando paraba. Ya había pasado la mitad de la carrera en 10:05 horas.

Ya me sentía tranquilo con mi plan de carrera. Lo que estaba haciendo estaba funcionando y solamente me quedaba seguir aplicando la misma fórmula. En está sección fui víctima de mi propio entusiasmo por desconocer el recorrido. Al final de la subida volví a apretar en la bajada, pasando mucha gente. Pero cuando llegué abajo encontré que faltaba otra subida, más grande que la primera. Yo había contado con la estación para tener un pequeño descanso y recuperar el aire. Me tocó hacer una parada a media subida por que no podía volver a bajar mis pulsaciones. Aproveché para comer algo y creo que esto era parte del problema. Para ir rápido tengo que estar bien alimentado. Desde este punto en adelante fui más juicioso con mi ingestión de carbohidratos. Carlitos me había pasado un frasco de gel Vitargo que Luis Carlos llevaba preparado y me encantó ese gel.

Al finalizar la subida a Bellevue bajé con más cuidado para no pasarme de revoluciones y poder mantener mi marcha constante. Ya veía que la mayoría de la gente a mi alrededor estaban cansándose y se dedicaban a caminar la mayoría del tiempo. Poco a poco fui encontrando un grupo de gente que estaban progresando a mi ritmo y, juntos, fuimos avanzando a través de los corredores más lentos.

Cuando bajé de Bellevue a Les Houche, Carlitos me dijo que no los volvería a ver hasta la meta. Ya me faltaba correr solamente un maratón para terminar mi odisea. Me senté un rato a descansar mientras Lorena me buscaba sopa caliente, que era lo que más me provocaba. Luis Carlos estaba casi una hora por delante mío, había 400 corredores entre nosotros. ¡Qué buena carrera estaba haciendo LC!

Le dejé mi lámpara principal a Lorena y partí en busca de la meta. Ya solamente me quedaban unas 8 horas por delante si mantenía el paso. El clima había mejorado mucho, y me lamentaba que hubiesen acortado la carrera. Después de tanto tiempo queriendo hacerle frente a este gran reto, me había tocado una carrera relativamente fácil. Dentro de cuatro horas estaría pensando que era afortunado en solamente tener que hacer la carrera corta, y ¡qué suerte que no tendría que pasar otra noche a la intemperíe!

La cinta adhesiva de mis pie derecho se había soltado y ya sentía el pinchazo que indicaba que tenía una arruga severa en la planta del pie. Por suerte estaba cerca de terminar. Si estuviera haciendo el recorrido largo, ahora mismo solamente llevaría la mitad exacta de la carrera y me quedarían unas 20 horas por delante con ese pie molestando. Lección aprendida: cinta adhesiva nueva la próxima vez. Voy a probar con Duct Tape en mi próximo fondo largo.

Esta parte de la carrera sería la que más gozaría. Finalmente me encontré con gente de buen humor, hablé con unos ingleses y me contaron de las ultras de su país. También me tocaron varios españoles de compañía por un tramo largo. Tal vez el hecho de que ya estaba agradable el día le había dado ánimo a los corredores y estaban más dispuestos a fraternizar. Esta es una diferencia notoria con las carreras en los Estados Unidos, pero creo que en parte es por que la mayoría de la gente en esta carrera hablan lenguas disimiles.

Después de La Tines venía una subida larga por el costado de una montaña. La subida tenía una pendiente considerable y unos escalones inmensos. Podía ver que adelante de mi iba alguien torcido de lado, como se ponen algunos corredores al final de los ultras y los maratones – llevaba uno de sus bastones doblados. Cuando alcancé al corredor que iba doblado, para mi asombro, era Luis Carlos. Me contó que tenía varias horas con esta condición y que estaba empeorando. Había dejado sus bastones en una estación y los había perdido. Estaba de buen humor, y dispuesto a continuar hasta donde llegara. No entiendo que pasó por que Luis Carlos había entrenado con mucho esmero y su espalda jamás había sido causa de molestia.

A esta altura mi carrera estaba casi completaba. Había superado la última subida y ahora venía una bajada larga hacia Argentiere, desde donde solamente tendría 10km separándome de la meta, la mayoría en bajada. Me propuse correr todo lo que quedaba si estaba plano o bajando. Cuando llegué a la estación pasé casi sin parar. Me demoré lo que tomó rellenar mi botella y partí a buscar mi chaqueta de «Finisher».

Me sorprendió que hasta esta estación casi no había visto mujeres. Ahora me las estaba pasando, todas habían estados adelante de mi. Las mujeres que corrían esta carrera vinieron muy bien preparadas. Yo estaba pasando a corredores consistentemente por que ya la mayoría caminaba. Mi paso no era rápido, pero estaba corriendo con buena constancia. Algunos corredores corrían rápido y luego caminaban un rato. Eventualmente mi constancia los iba dejando atrás. Así transcurrió mi último tramo de carrera hasta que pude ver las edificaciones de Chamonix. ¡Ya tenía esta carrera en el bolsillo!

Cuando entré al pueblo me encontré con mi esposa, mi hermano y su esposa, Carlitos y Ana Cecilia (preocupada por Luis Carlos). Yo apreté apurado por cruzar esa meta y parar de correr finalmente. El pueblo estaba repleto de gente haciendo barra y aplaudiendo. El locutor anunciaba mi llegada, ¡qué emoción! 

 

 

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UTMB 2012 T-9

Ha llegado el momento de enfrentarme contra la montaña, contra Mont Blanc. Estoy a 5 días de partir para Chamonix vía Ginebra, y a 9 días de estar parado en la linea de partida. Han pasado dos años desde American River, mi primer ultra maratón. Después de esa experiencia he estado trabajando diligentemente para este evento y ya estoy apostándolo todo, ya estoy empacado, entrenado, y casi montado en el avión.

Las cosas principales, el equipo, la ropa, y las zapatillas están en mi maleta. La voy a cargar conmigo, en la mano, porque ningún avión se va a quedar con mi equipaje. Mis preocupaciones ahora mismo son cosas como ¿corro con lentes de contacto o mis anteojos? ¿Con qué zapatilla arranco a correr? ¿Las Salomon Sense o las North Face Hayasa? ¿Qué me pongo en el culo, Desitin, Hydropel o Glide? Glide está un poco difícil.

Otra preocupación válida: todos los lubricantes me los van a quitar en el aeropuerto. ¿Con qué los reemplazo en Europa? No voy a meter mis maletas en la panza del avión, y me voy a arriesgar a que me quiten las cremas y geles. No me provoca que me quiten nada… Me siento ultrajado cuando me quitan algo a la fuerza. De repente viajo tranquilo y lo compro todo allá.

¿Cómo hago con mi peso? Si entro en modo de descanso voy a subirme de peso a balazo. ¡Desgracia! Vivo como roedor esto próximos días comiendo hojitas verdes, o me doy a la perdición y arranco con el whisky y el chocolate. Son muchas lomas por las que voy a tener que cargar con cada onza de más. Lo bueno es que son preocupaciones triviales. ¡Es hora de entrar en modo turista!

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Entrenamiento El Valle Trail Race 2012

Este domingo a las 3:30am Roger y yo iniciamos un entrenamiento por la ruta de El Valle Trail Race. El entrenamiento sería nuestro último gran fondo antes de el Ultra Trail du Mont Blanc que vamos a correr a final de agosto. Corrimos toda la sección de La Silla de noche y regresamos a las antenas justo cuando estaba rayando el sol. Fue muy divertido bajar La Silla en completa oscuridad. La luna estaba en cuarto creciente y lo único que nos alumbraba era la lámpara de cabeza y la luz de las estrellas.

Bajando hacia El Roble fui a hacer un ajuste en mis botellas de agua y fue lo último que vi de Roger hasta regresar a El Valle al completar la primera parte del recorrido que medía 30km. Roger me sacó por lo menos media hora, capaz que más, por que me espero en Cabuya un buen rato antes de seguir en su recorrido. Pero yo tenía que atender un llamado de la naturaleza que me demoró suficiente para que Roger se enfriara mucho y decidiera seguir corriendo (qué buen hermano, esperándome).

Cuando regresé a Shangri-La, había hecho los 30km y 6 horas, justo un paso de 5km por hora. Algo lento, pero apropiado en mi entrenamiento para Mont Blanc. Estaba cargando mi mochila Salomon Advanced Skin S-Lab 12 con todo el equipo reglamentario para el UTMB. No va a ser fácil hacer el recorrido de 168km con una mochila en la espalda, pero esa mochila está muy cómoda y permite cargar el peso sin que este bailando por todos lados. Ahora mismo tengo un dolor de cuello horrible, y puede ser por la cargada de la mochila, pero eso fue hace un par de días ya y tal vez no tenga nada que ver.

Luego se nos unió Isabelita para completar nuestro recorrido de 50km. La segunda parte de la carrera iba a ser una exploración de la ruta a La Estancia para reemplazar la parte de La India Dormida y, posiblemente, La Mesa y Los Berrales. A mi me encanta la corrida por La India Dormida, pero siempre ha sido motivo de duda en todas las carreras de El Valle: es peligrosa, difícil de navegar, y tiene muchos atajos que no hemos cuidado. Hay sospechas casi confirmadas que los Valleros han usado su conocimiento del terreno para sacar ventajas usando pequeños atajos en La India Dormida. Pero principalmente es que se puede poner peligrosa en la tarde cuando el clima puede tornarse mojado y el cielo comienza a lanzar rayos contra el espinazo de la montaña.

El recorrido hacia La Estancia es muy agradable, subiendo por todo el medio de La India Dormida para bajar a un costado de la quebrada El Níspero hacia La Estancia. En su mayoría este recorrido está bien cubierto de árboles y es muy fresco. Esto es ideal para esta parte de la carrera por que se puede poner muy caliente cuando el sol brilla. Otra buena honda de este recorrido es que permite que los corredores se crucen cuando vienen de vuelta de La Estancia. El único problema es que si llegamos hasta La Estancia, que sería lo ideal, el recorrido se hace muy largo para incluir La Mesa. He pensado que esto se puede compensar haciendo el circuito de Los Arboles Cuadrados en el Hotel Campestre una o dos veces, lo que sea necesario para que salga la distancia de 50km.

Otra opción, que es la que más me agrada, es hacer un circuito usando La Estancia y otro camino que regresa a La India Dormida por la casa de Víctor Gil, ganador de la carrera el año pasado. Perdemos la oportunidad de cruzarnos en La Estancia pero añadimos terreno cubierto. Aún con esta extensión hay que usar el circuito de Los Arboles cuadrados para completar la distancia, pero no hace falta repetirlo para completar la distancia.

Al final del entrenamiento creo que estoy tan listo como voy a estar para el UTMB. Siempre quedo con algo de preocupación por que quisiera estar en mejores condiciones, pero la oportunidad de hacer algo al respecto pasó hace unos meses. Ya lo que tengo es lo que voy a llevar para la carrera. Ahora estamos a dos semanas para la partida y tengo que bajar un poco la carga de entrenamiento (solamente un poco). Para mi en estos momentos lo más importante es no hacer ningún desastre y lesionarme. La corrida de 9 horas y tanto la seguí al día siguiente con Lorena y Ana María en el Parque Metropolitano y la terminamos con una buena corrida con el Hash en la tarde. Creo que esa es la mejor indicación de que estoy listo: poder hacer esos esfuerzos y estar listo para volver a correr inmediatamente.

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Entrenando con Roger

¡Qué suerte que Roger también viene para el Ultra Trail de Mont Blanc! Este domingo corrimos juntos unos 40km por parte de la ruta de El Valle Trail Race. Isa y Lorena nos acompañaron por la segunda parte de nuestro recorrido, que incluyo los berrales, Matahogado y Los LLanitos. Recorrimos senderos nuevos entre La Mesa y Matahogado, muy interesantes. 

 Nos tocó un día excelente por que el cielo estaba espectacular en la madrugada y se nubló cuando el sol comenzó a ponerse caliente. Lo primero que recorrimos fue La Silla, Chichibalí, El Roble, El Macancito y bajamos por el Cocorrón de regreso a El Valle. Aún hay marcas claras de las que pusimos con pintura antes de la última carrera de El Valle. La Silla estaba muy resbalosa, particularmente en la bajada hacia El Limón. Fue divertido bajar detrás de Roger filmándolo. Tengo que aprender cómo hace la gente para mantener la cámara estable cuando filman a corredores. Mi película hasta marea por la cantidad de movimiento que tiene.

Creo que sería divertido para los Hashers que vienen al InterAmericas Hash 2013 recorrer La Silla. Viendo el vídeo de la bajada quedo asombrado con lo espectacular de la vista y lo especial de ese recorrido. Esa bajada por el costado de La Silla es toda una experiencia. No hay muchos lugares que pueden causar la emoción que genera ese sendero. A algunos el miedo los hace bajar con lentitud, pero creo que aún así se divierten algo.

La subida ha sido mejorada algo por que le han pasado la cuchilla a la calle. Esto permite hacer buen tiempo en algunas de las bajadas que hay de regreso a las antenas de La Silla. De El Roble al Macancito el trillo, que es algo quebrado, tenía partes tan resbalosas como La Silla. En algunas de las subidas había que pisar con cuidado para no desperdiciar energía resbalando al final del empuje con la punta del pie.

Siempre es divertido correr con Roger. La conversación con mi hermano nunca es aburrida a pesar que tenemos tantos años hablando pendejadas en recorridos como el de este fin de semana. Entre otras cosas estábamos planeando cómo revisar los pueblitos que atravesará el UTMB para organizar a nuestras esposas y el apoyo que nos van a dar en nuestra carrera próxima.

Cuando regresamos a El Valle se nos unieron Isa y Lorena para acompañarnos en un recorrido por el sendero de los árboles cuadrados, Los Berrales, La Mesa, Matahogado y Los LLanitos. Por la «Vuelta del Mono» («La Curva» y «El Anzuelo» son otros nombres) regresamos al sendero de Los LLanitos para recorrer el camino ahora en dirección de vuelta a El Valle. Cuando llegamos a Matahogado la primera vez Lorena se regresó a El Valle para atender la casa y los invitados que nos acompañaron el fin de semana.

Hay tantos senderos en El Valle que podríamos usar para una serie de carreras de campo. A mi me gustaría una carrera–caminata larga que arranque por la tarde para permitirnos hacer parte del recorrido con el fresco de la noche. Podría hacerse en un fin de semana de luna llena para no tener que perdernos las vistas espectaculares de algunos recorridos. Este fin de semana siguiente vamos a recorrer el circuito de El Valle Trail Race 50km. Voy a ensayar una parte nueva en La India Dormida.