Pedaleando hasta El Valle
Este fin de semana que pasó mi fui en bicicleta hasta El Valle de Antón. Decidí irme por la vía larga: por el Puente Centenario y por la Vía Interamericana, pasando por Chorrera. Desde mi casa hasta El Valle, por el Puente de Las Américas y por la autopista son 127 kilómetros. Cuando nos vamos por el Puente del Centenario y la autopista son 137 kilómetros hasta El Valle. No sabía cuanto más sería irme por Chorrera, pero tenía tiempo de no pasar por ese camino, y la autopista realmente es un poco peligrosa para un ciclista.
Cuando estaba pasando por la caseta del Puente Centenario me preocupé pensando que no me dejarían pasar. Creo que el guardia no me vió. Hubiese sido un plomo si me paraban y me hacían regresar hasta el otro puente. Ya tenía que irme hasta El Valle de todas maneras: mi esposa y mis hijos me estaban esperando.
Estoy impresionado por el trabajo tan grande que han hecho en la Interamericana desde Arraiján hasta Chorrera. Ya hay una doble vía con excelentes hombros, mejores que los de la autopista, especialmente para un ciclista. Los hombros de la Interamericana no tienen las estrías de seguridad que tienen los hombros de la autopista Arraiján – Chorrera. Tenía varios años de no recorrer esta ruta. Ahora, aunque sea más larga que la ruta por el Puente de Las Américas, esta es la ruta que usaré para pedalear hasta El Valle. Me sentí seguro en todo momento.
Como siempre, después de varias horas pedaleando, ya no sabía ni como sentarme en el asiento. Montar mi montañera en viajes largos es una agonía cuando es por asfalto. Comparado con los viajes por trillos, en el asfalto no hay tanto cambio de posiciones y todo es más monótono. El resultado es que partes específicas del cuerpo reciben todo el abuso. Al final del viaje todo me molestaba: el trasero, las manos, los pies. Y ni hablar que ya las piernas no estaban tan frescas como en la mañana. Me toco un día espléndido y el sol me cocinó como si fuera tasajo.
Lo peor de la ruta Panamá – El Valle es que lo más difícil viene al final: la subida de 28 kilómetros hasta El Valle. Pero yo iba de paseo. Paré a tomar mis pintas en el camino: una en Sajalices, otra en el Cevichito de San Carlos (junto con su respectivo Ceviche de pescado) y la última en Cerro Peña, después de la subida de Las Margaritas. Por suerte se nubló cuando ya estaba en la peor parte de la subida. El calor ya me tenía sofocado. Lo mejor del viaje fue llegar a El Valle, donde mi esposa Lorena me preparó un mojito fantástico para aliviar todas mis penas.
Hola-
Voy a mudarme hacia Panama en Julio. Estoy buscando la pagina de web para Hash House Harriers o la lista para los mensajes electonicos.
Gracias!
COV
rompy,
me encanto la parte de este articulo cuando paraste a tomar tu par de «pintas»…lol.
keep well!
janina
Las cervezas son una de mis motivaciones para salir a pedalear. Creo que es una diferencia con muchos ciclistas: cuando logro que paremos en una tienda, la mayoría se toma una Malta Vigor, o un Gatorade. Yo me tomo una pinta fría, preferiblemente Balboa. La Malta Vigor y la Balboa son muy parecidas, pero la Balboa tiene menos azucar. :)
R.
he tremendo recorrido, yo lo he hecho con la gente de raly desde chorrera, y bueno, con escoltas y todo, pero asi de solitario es un poco mas atrevido, pero tambien mas personalizado (las pintas por ejemplo).
he escuchado que hay una ruta alterna de montaña para llegar al valle, me imagino que tu la deves conocer, estaria bueno preparar un paseo al valle por esa ruta, yo me apuntaria que dices?
Hola Edgar,
Hay una ruta de montañera que sale de Río Indio Nacimiento, atrás de El Valle (hacia el Norte). Este camino va paralelo al Río Indio y luego gira al Este en dirección a Cirí Grande. Hay opciones que salen por El Cacao hacia Capira y Lídice y por Nueva Arenosa hacia Santa Rita y el Espino. La hicimos una vez hace mucho años y no la hemos vuelta a hacer.
La verdad es que la ruta es dura y larga. Pedaleamos unos 110 kilómetros por trillos y caminos rurales. En el invierno no tiene sentido hacer esta ruta por que hay mucho lodo, en especial del que se pega a las llantas y no permite que rueden. Pero para el verano 2009 podemos planear rodar por esos caminos. ¡Hagámoslo!
bueno, yo me apunto a ese paseo, claro que tenemos que hacerlo!!!