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Reto del Indio 2011

Este fin de semana completamos el 7o Reto del Indio. En esta ocasión fuimos 16 los que participamos, el doble que el año pasado. La ruta estuvo más difícil que nunca con todo el barro que había por las lluvias que no han dejado de caer. Por contratiempos no pudimos completar el recorrido en 24 horas, pero, si restamos los atrasos por causas externas, los primeros en llegar al Caribe hubiesen hecho un tiempo de 20 horas. ¡Increíble!

Partimos de Chumico con un sol abrasador a las 13:43 según la foto de partida habitual. Nuestro destino estaba al otro lado del continente, en la vertiente del Caribe: la Boca del Río Indio, a 116 kilómetros. Teníamos que pedalear hasta El Valle, subir a La Mesa, y bajar a Jordanal. Luego, en Jordanal, iniciamos a caminar hasta Tres Hermanas. Desde Tres Hermanas íbamos a remar hasta nuestro destino final. Iniciando la pedaleada se le salió la cadena a Isabel y me quedé a esperarla. Fue lo último que supe del grupo. Solamente mi hermano fiel, Roger, se quedó con nosotros. Tampoco su fidelidad le duró mucho y pronto se fue a darle caza al resto.

En este Reto del Indio mi historia se centró en Isabel y Boris. Con Isabel hice toda la bicicleta y la caminata, junto con Boris. Remé un rato con Andrés, en el mismo kayak, y luego con Boris hasta la Boca de Río Indio. Isabel no tenía idea en lo que se estaba metiendo, y, una vez que empezó, nunca pensó en parar. Isabel nunca antes había hecho ni una sola de las actividades de El Reto del Indio: montañeras, caminatas y remar kayaks. Isabel está en excelentes condiciones y el año pasado terminamos el Ironman de Cozumel lado a lado. Pero, una bicicleta montañera no es lo mismo que una rutera, caminar por senderos no es lo mismo que correr por asfalto, y ella nunca había remado.

La montañera que llevaba Isabel no la acompañaba para nada pues era un hierro que había conseguido prestado de un alumno. Partiendo se le salió la cadena del plato delantero y, de allí en adelante, reusó salir de la estrella más pequeña. En muchas subidas, y el camino tiene muchas, se tenía que bajar a caminar por que le patinaban las llantas. Y en algunas bajadas tenía que bajarse a caminar por que la intimidaban. Todo esto es normal para una persona que está montando una bicicleta montañera por primera vez. Después de un rato nos alcanzamos a Six Pin y Edgar, que nos estaban acompañando en la sección de ciclismo de este reto. Los cuatro llegamos juntos a El Valle.

En Jordanal, a casi 45 kilómetros de la partida, hicimos la transición a la caminata. Dejamos nuestras bicicletas atrás para dedicarnos a caminar hasta Tres Hermanas. Este año nos tocó mucho barro en el camino. Un pequeño grupo de impaciente partió temprano: Dimas, Joaquín, Angel, Tato y Robie se fueron confiados en la ruta que tenía el GPS de Joaquín. Estaban apurados por asegurarse de poder romper las 24 horas, como si su vida dependiera de ello. Pensé que no los volvería a ver hasta Tres Hermanas, pero la tecnología les tenía planeado un revés.

Al cabo de un rato de estar caminando, el paso que llevamos comienza a drenar a Isabel de energía. Todavía no llegábamos a las partes difíciles del sendero, pero ya estábamos atravesando algo de lodo, suficiente para incomodar y arrancar zapatos. Boris había comprado una linterna de cabeza con un bombillo incandescente: no duró dos horas y ya tenía que cambiar baterías. Angel, luego me enteraría, también se encontró con un percance similar. Pero su linterna barata se daño temprano y no le quedó otro remedio que caminar sin luz. Llegó molido a Tres Hermanas, determinado a desquitarse remando, que es su especialidad ya que ha representado nuestro país en los Juegos Bolivarianos.

Pudimos mantenernos con el segundo grupo hasta Los Chorros. A partir de ese punto inicia una subida larga, aparentemente interminable, y muy resbalosa. Fue demasiado para Isabel y Roger, Andrés y yo nos quedamos con ella. El resto del segundo grupo se fue confiados en su GPS Garmin 60CSX que llevaba Iñaki. Ellos llegaron a las 4:30am a Tres Hermanas. Nosotros tardaríamos tres horas más que ellos en llegar. Para mi sorpresa, nos encontramos al primer grupo tarde en la madrugada. Habían dado un par de vueltas de más y el segundo grupo les pasó mientras merodeaban por los senderos buscando su rumbo. Algunos no estaban muy contentos con el dueño del GPS.

Después de muchos años haciendo esa ruta, este es el séptimo Reto del Indio, ya puedo orientarme hasta de noche y cansado. Por suerte no necesito de tecnología para seguir mi camino, solamente de agua y comida. Pero Iñaki, que si llegó por su cuenta, ha probado que es posible hacer una carrera de esta ruta: cada grupo debe llevar su GPS con la ruta, baterías extras, y verificar que su aparato haya aceptado el sendero completo. Lo pero que puede pasar es que pierdan el camino y tengan que pagarle a algún cholo para que los lleven a casa. Por supuesto que para encontrarse al cholo van a tener que esperar que salga el sol y se lo topen en el camino.

aventuraspanama

Gracias a Aventuras Panamá este año pudimos acomodar el doble de los participantes por que conseguimos que nos alquilaran kayaks. No fue fácil convencer a Javier Romero que lo hiciera, tuve que perseverar en una larga conversación y hacerle un trato que no pudiera rehusar. Por suerte, además, envió un par de sus guías para que hicieran un reconocimiento del recorrido. Eso nos ayudó con Isabel y Tato, ambos con poca experiencia en el remo, que habían quedado juntos en un bote por que habían quedado sin compañeros en la organización de esta vuelta. Matt remó con Isabel y Antonio remó con Tato, y todos llegaron contentos al Mar Caribe. La remada desde el último sarzo del Teriá hasta Boca de Río Indio mide 51 kilómetros trazados en Google Earth.

Al principio Boris y Juan Carlos remaron en el mismo kayak, pero pronto resultó obvio que ese arreglo no iba a funcionar. En ese equipo no había suficiente experiencia para llegar en un tiempo prudente hasta el Mar Caribe. Andrés y yo nos separamos y quedé yo con Boris y Andrés con Juan Carlos. A partir de ese momento no quedó más que remar, y remar, y seguir remando. Todos los otros botes nos habían dejado atrás. Boris resultó ser un «gallo tapao». Había estado muy incómodo con la idea de remar tantas horas, pero después de llegar hasta Tres Hermanas se decidió por terminar lo que había iniciado. Después de horas remando me dijo: «Rompy, me ha gustado esto de remar». Parecía el conejo de las pilas Energizer, remaba y remaba.

Después de varias horas remando, como unas tres, comencé a soñar con una cerveza fría. Sabía exactamente donde podía encontrarla: [link id=’753′ text=»La Encantada»]. Le comenté a nuestro pequeño grupo sobre mi meta a corto plazo y la motivación. De ese momento en adelante adquirimos un nuevo propósito que nos llenó de fuerza. Al par de horas logramos nuestra meta, atracamos y nos dirigimos a la casa donde venden la cerveza más sabrosa del Río Indio. Mientras nos tomábamos la pinta, el Señor Cano nos dice: «allá van sus botes…». Efectivamente, nuestros kayaks flotaban felizmente río abajo. Ni siquiera nos habíamos preocupado de asegurarlos bien…

Después que nos acabamos nuestra cerveza, sin gran apuro, nos preocupamos de como recuperar nuestros botes. Sabíamos a donde iban a llegar eventualmente. El hijo del Señor Cano nos remó en su piragua de vuelta a nuestras naves que iban a la deriva. Le dimos un salve a nuestro rescatista y proseguimos en nuestro navegar. A las 4:45pm llegamos, finalmente, a Boca de Río Indio. Andrés y Juan Carlos llegaron poco después que nosotros. Nos había tomado 27 horas completar este Reto del Indio 2011. Los más rápidos pudiesen haber terminado en 20 horas, pero no pudimos llevar los kayaks hasta el final del Camino a Tres Hermanas.

Ya sabíamos, por experiencia, que si nos metíamos a los kayaks en el primer cruce del Teriá nos tomaría 10 horas hacer esa remada. Además, es una remada peligrosa por que pueden haber muchos árboles tumbados en esa sección. Por suerte pudimos transportar los botes en un transporte que estaba del otro lado del río, pero demoró organizar el traslado y se demoró más aún cuando se atascó entre un viaje y el próximo. Al menos tuvimos un descanso breve en el recorrido, y algunos lograron dormir un rato.

Fotos: https://alairelibre.net/g3/Reto-del-Indio-2011

Por Irving Bennett

Siempre listo.

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