Desquite del Grande
Este fin de semana remamos el Río Grande y nos desquitamos el maltrato que nos dió ese río la última vez que lo remamos, cuando estaba crecido. Hacía tiempo que no remaba la sección del cañón y esta vez no me la salté. Joaquín me acompaño y remó todo el río, con excepción del cañón por que se volteó al principio y perdió su remo. Esta vez llevaba un remo extra dentro de mi kayak y por primera vez fue necesario.
El río estaba como un pié debajo de su flujo normal, el agua estaba helada y cristalina. Nos tocó un día lindísimo, soleado y con algo de brisa. Pude apreciar la diferencia que hacen unos 3 piés de agua en el flujo del río: rocas que ahora estaban expuestas creaban tremendo hidráulicos cuando estaban debajo del agua. El hueco que me revolcó la última vez ahora ni siquiera estaba activo. El último chorro ahora no era más que un pequeño salto. Aún así, el Río Grande mantenía suficiente agua para seguir siendo un río divertido.
Esta vez remé en el Jackson Hero por si acaso me tocaba tener que corretear el bote de Joaquín. El río si hizo nadar a Joaquín, pero este siempre pudo auto-rescatarse en las dos ocasiones en las que se salió de su kayak. Ambos nos reíamos de los rápidos que nos asustaron en la remada anterior. Pero el Grande le quitó el remo nuevo a Joaquín. No salimos ilesos de esta remada.