Remando Tabasará

Rumbo a Cartagena

Todo camino comienza con el primer paso. Cartagena es un plan que tiene muchos años de estarse marinando, pero ahora está tomando forma. En el 2017 remamos de Bocas del Toro a Colón y quedamos con las ganas de terminar de remar la costa caribeña de Panamá. El asunto es que al llegar a Puerto Obaldía, en la frontera con Colombia, no hay una manera sencilla de regresar. Por eso tengo en mente Cartagena como un destino para terminar esa remada.

Por casualidad, un amigo me contactó porque quería vender unos botes que no estaba usando. Cuando compartí esa información en uno de mis grupos de aventura, mi hermano decidió que quería los kayaks. En cuestión de minutos ya estaban vendidos los botes y al día siguiente los fui a recoger a Chiriquí. Ahora mi hermano tiene tres botes más y el plan de remar la costa norte de Panamá está más adelantado.

De paso, yo tengo rato planeando hacer otras remadas largas, incluyendo toda la costa Pacífica de Panamá. Llevo años viendo cómo han avanzado los Orukayaks y el Coast XT me ha interesado porque es el más grande que tienen para una persona. Además, como me muevo en moto hoy día, ese bote lo puedo llevar atrás de mi moto para salir a remar de dónde quiera. También es muy sencillo transportar este bote en un autobús cuando se dobla dentro de su maleta.

Ya me está llegando un Coast XT que compré para remar con una amiga que se antojó con remar cuando escuchó el cuento de los kayaks. Ya se le quitaron las ganas, pero el bote va a cumplir su propósito igualmente. En realidad hay mucho que hacer cerca de la ciudad y tenemos muchas islas e islotes que se pueden visitar fácilmente en un día, acampar, y regresar. Cuando ya tenga recorrido lo que hay cerca, haré viajes más largos y me regresó en bus a la ciudad.

Lo más probable es que los botes rígidos los rememos hasta Puerto Obaldía y regresemos en panga a Colón. Pero yo sí voy a llegar a Cartagena remando con mi bote de origami y me regreso en avión cuando llegue allá. Ojalá pueda hacerlo este año antes que el viento del Norte arranque a soplar y se haga difícil entrar en las playas, tal como nos pasó cuando remamos de Bocas a Colón.

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