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Fantasmas en La Máquina

Recientemente la moto se me apagó varias veces de regreso a la casa. Nunca había hecho eso. Cada vez que se apagó me eché a un lado para volver a arrancar la moto. Todas las veces volvió a arrancar y pude avanzar un poco más antes que se volviera a apagar. Cada vez traté algo nuevo buscando cual podía ser la causa del problema. Nunca encontré la causa precisa, pero pude llegar a la casa (por suerte estaba cerca). Al día siguiente, la moto me dio problemas para arrancar.

Ya venía jodiendo desde hace unos días y yo pensaba que era el botón de encendido. De hecho, había dado mantenimiento al botón recientemente, tal vez el día anterior. Obviamente el botón no era el problema, ese botón solo tiene que ver con el motor de arranque. Era intermitente lo que sucedía con el botón: a veces hacía girar el motor de arranque, otras veces no pasaba nada. Pero ahora no pasaba nada el 100% de las veces que apretaba el botón.

Se apaga al girar el timón

En uno de mis intentos logré arrancar la moto. En cuanto giré el timón se apagó el motor. Volví a intentar encender la moto, arrancó, giré el timón y se apagó. Evidentemente tenía un problema con algún cable, era un problema eléctrico. No había de otra, me iba a tocar desnudar la moto y revisar el cableado.

Revisando cableado

Mis cables estaban todos forrados en espiral de plástico para evitar que algo así pasara. Igual, los revisé visualmente y todos estaban aparentemente bien. Iba a tocar usar un multímetro y revisar la continuidad de cada cable. ¡Son muchos cables! Decidí comenzar por el tramo más probable e importante: el del control de corriente (el botón rojo). Ese control, en la derecha del manillar, tiene los alambres del freno derecho (para la luz de freno), el botón de arranque, y el de corte de corriente (el botón rojo).

Control Derecho

Había que desarmar el control para poder probar la continuidad de los cable que tiene. Estos cables van del control a un conector que va al ramal eléctrico detrás del tanque de desborde del líquido de enfriamiento. Curiosamente, de un lado hay seis alambres y del otro solamente hay cuatro, y no de los mismos colores. En cuanto comencé a probar los cables encontré que el chocolate no tenía continuidad. ¡Bingo!

Empate roto dentro de la funda

Me tocó cortar la funda del cable para poder volver a empatar el cable que estaba roto. Al hacer esto encontré que había un par de empates dentro de la funda (hechos de fábrica). Supongo que no había quedado bien hecho, o algo pasó, y se soltó justo donde empatan dos alambres con un tercer alambre. De paso, esto estaba indicado en el esquemático del cableado. Una cosa es verlo ahí y otra es verlo físicamente.

Después que arreglé el empate volví a conectar todos los cables y armar la moto nuevamente. Ahora mi moto arranca de una vez, cada vez. Bueno, más o menos, porque aproveché y cambié mi bujía por una nueva que ya tenía lista para el momento apropiado. Creo que no hice el ajuste correcto en la distancia de los electrodos. Me va a tocar sacar la bujía y volver a revisar este detalle. Gajes del oficio.

Por suerte estos cables estaban bien.
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KLR 650 2011

Este año cumplí 60 años y mi KLR 650 2011 cumplió 10 años, o los va a cumplir. Igualmente, este año su medidor debe llegar a los 60,000 kilómetros. Así es que vamos de la mano en varios sentidos. Esta es mi segunda KLR, la anterior era una generación 1 del 2006.

Saliendo de Boquete de regreso a la ciudad de Panamá

Esta KLR la tengo desde el 2016. Ya voy para cinco años con ella y me ha salido tan buena como la anterior. La verdad es que, como casi todos los dueños de este tipo de moto, me he vuelto un fiel adherente a este vehículo que ha permanecido casi igual desde que salió al mercado en 1987. Ayer anunciaron que salió una tercera generación de la KLR (después que la habían descontinuado en el 2018). En este enlace se puede ver una juxtaposición de los dos modelos.

KLR 650 2022

Mi KLR vino de Canadá rodando y mi plan es rodarla de vuelta alguno de estos años, hasta Alaska. Y luego rodar de regreso y seguir por ahí mismo hasta Patagonia. Para ese propósito he estado aprendiendo diligentemente como mantenerla rodando haciendo todos sus mantenimientos yo mismo. La verdad es que me gusta la mecánica. Esto no es evidente en las entradas que he escrito en esta bitácora que llevo desde hace muchos años, pero es así.

Cadena nueva

Lo primero que hice cuando recibí esta moto fue cambiarle todo el sistema de tracción porque venía destruido. Le cambié su cadena, piñón y estrella trasera en cuanto la recibí. La verdad es que su dueño anterior (Gustavo era el segundo dueño de esta KLR) había abusado de la cadena. Después me tocó cambiar la guarda del basculante porque la cadena se la había comido.

Guarda del basculante

Luego se me comenzó a calentar la moto en la ciudad y me di cuenta que el radiador venía con un leve escape. Cuando me vendieron la moto era evidente que alguno de los dueños anteriores se había dado una buena caída. El radiador quedó tocado en ese evento y a mi me tocó darle solución. Primero llevé a que me repararan el radiador. No quedé muy seguro del trabajo de reparación así es que pedí un radiador de repuesto y lo cambié.

Radiador

Procedí a cambiar el doohickey por uno de Eagle Mike con resorte de torsión. Este es un cambio muy común en esta moto porque el diseño de fábrica no es muy bueno y si si la pieza original falla la cadena del tiempo se desajusta y puede causar daños en el motor. Para esto hay que abrir una de las tapas del motor y reemplazar el tensor de la cadena interna del motor. Por ahí mismo aproveche y cambié la bujía por una de iridium de larga duración.

Doohickey

También revisé el ajuste de las válvulas del motor. Esto hay que hacerlo un par de veces en la vida del motor para verificar la holgura de las mismas. Unas válvulas apretadas son un problema para el motor. Mis válvulas estaban dentro de las especificaciones así es que pasará un buen rato antes que sea necesario volver a revisarlas.

Medición de válvulas

Siguiente en la lista de ajustes fue engrasar la dirección de la moto. Para este trabajo hay que desnudar todo el carenado y desmontar los tubos de suspensión delanteros. En el proceso encontré que el cable del embrague tenía un leve desgaste así que lo cubrí con cinta eléctrica y lo forré con un espiral de plástico para alargar la vida del mismo. En ese momento también cambié el aceite de la suspensión delantera ya que tenía desmontados los tubos y les tocaba el mantenimiento.

Más adelante cambié el resorte de la suspensión trasera por uno más rígido. Aún así sentía que la suspensión trasera estaba floja y decidí hacer una reconstrucción del amortiguador trasero. Efectivamente, la diferencia fue notoria después de este trabajo y quedé con un amortiguador renovado y más firme. Uno de los grandes atractivos de esta moto es que es muy básica y todo se le puede arreglar sin mayores complicaciones.

Amortiguador trasero reconstruido

Después de hacer el trabajo de la suspensión trasera quedé pensando en la suspensión delantera. Había leído de una adaptación al amortiguador que cambiaba por completo su modo de trabajo instalando una válvula que regulaba el flujo del aceite hidráulico. Decidí hacer este trabajo y volví a desmontar los tubos de la suspensión delantera. Hubo que perforar los tubos atenuadores para permitir que el aceite fluyera sin impedimento y dejar que la nueva válvula controlara la suspensión. ¡El trabajo fue un éxito!

Eje del triple

El eje del triple de la KLR fue el objetivo del próximo mantenimiento. Este se traba por oxidación si no se le hace el mantenimiento a tiempo. Me costó mucho trabajo sacar ese eje pero al final logré hacerlo y lo dejé bien engrasado. Ahora espero que la próxima vez que le toque grasa a esta pieza no me de tanta lata.

Tuve que cambiar todo el cableado eléctrico de mi KLR porque lo destruí sin querer. Había decidido que le haría una modificación para fijar el cuadro trasero con un perno. El cuadro trasero de las KLR generación 1 y 2 está sujetado por tornillos. En la generación 3 que acaba de salir decidieron soldar todo el cuadro de la moto. Pero en la mía estos tornillos que sujetan el cuadro pueden fallar en viajes extendidos así que procedí a taladrar el marco central para cambiar de dos tornillos a un solo perno central.

Maso eléctrico

En esa perforación me descuidé y taladre el maso eléctrico de mi moto y la maté, le perforé la médula a la pobre. Por suerte en ebay conseguí un maso eléctrico de segunda por un décimo de lo que me hubiese costado uno nuevo. Al reemplazar el maso eléctrico pude arrancar varios injertos eléctricos que Gustavo, o Quelsey, le habían hecho. Bueno, después de este trabajo puedo confiar que mi sistema eléctrico esta en excelente estado.

Perno del cuadro trasero

Los émbolos maestros del freno delantero y trasero necesitan mantenimiento regular. Hay que reemplazarle los cauchos cada tantos años. Estos trabajos también se los he hecho yo. Además desarmé los tacos de freno y sus pistones para limpiar y engrasarlos. Los frenos de las KLR no son los mejores del mundo. Un poco de mantenimiento los mantiene funcionando para que frenen aunque sea un poco retrasado. Cada vez que el freno delantero, o trasero, comienza a ponerse duro hay que reemplazar el líquido de freno.

Por supuesto que el cambio de aceite regular es otro de esos mantenimientos que hay que aprender. En cualquier viaje largo va a tocar cambio de aceite. Llegar a Alaska toma 11,000 kilómetros. Esa distancia requiere cambio de aceite y filtro de aceite.

Todos los mantenimiento que le hecho a mi KLR han sido con herramientas que tengo en un par de bolsas que llevo en mis viajes en la moto. Ocasionalmente uso otras herramientas, pero casi todo el trabajo lo hago con las herramientas que cargo en la moto para estar seguro de poder hacer el mantenimiento cuando este en ruta durante un viaje. Este trabajo incluye cambiar llantas con las cucharas que llevo en el juego de herramientas. Después de hacer este trabajo un par de veces he decidido pagar por el cambio de llantas (o rogar para que me lo hagan al comprar los cauchos). Pero igual hay que saber hacerlo porque nunca sabes cuando va a tocar hacerlo en la carretera.

Ya puedo identificarme plenamente con Robert Pirsig y el personaje de su libro «Zen and the Art of Motorcycle Maintenance«. Puedo considerarme un adepto al arte del mantenimiento de motocicleta. Soy un apasionado al respecto, realmente. No soy un experto, pero hago lo que puedo y hasta ahora no he causado daños en el trabajo que he hecho. Excepto cuando taladré el maso eléctrico…

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KLR 650

Desde junio del 2013 tengo una Kawasaki KLR 650 del 2006 que vino rodando desde Florida. El recuento de su viaje esta en Ride to Panamá. La moto vino armada y equipada para viajes de larga distancia y tenía 15,000 millas cuando la recibí. Ya le puse llantas nuevas, le cambié el aceite, la bujía, el coolant y le apreté todos los tornillos. Poco a poco he ido haciendo viajes cortos para ir aprendiendo las riendas de los viajes largos sobre dos ruedas.

He manejado hasta Bayano por el lado este de Panamá, visitado San Miguel en Pacora y el Río Gatún. Por el lado oeste he ido hasta Penonomé por atrás de El Valle, y me he metido por varios trillos entre Río Hato y El Valle. En mi primera vuelta por los trillos de Río Hato con las llantas gastadas que tenía la moto después de su viaje de 7,500 millas descubrí que no era una buena idea usar llantas lisas en senderos enlodados. Ahora tengo competencia para la bicicleta que ya tenía descuidada.

Mi auto ahora ha pasado ha ser vehículo ocasional. Estoy feliz con el ahorro de tiempo y combustible que ha venido como consecuencia del uso de mi vehículo de dos ruedas. En realidad ya tenía una moto pequeña, una Yamaha XTZ 125 que adquirí en un momento de desesperación con el tráfico en la ciudad. Pero llevaba años buscando la oportunidad de conseguir una KLR de segunda para llevarla en unos cuantos viajes de aventuras. Siempre he querido hacer turismo en bicicleta con mochilas pero el tiempo va pasando y las bicicletas son lentas comparadas con las motos. Así es que la moto es un compromiso: siguen siendo dos ruedas pero el tiempo de viaje se reduce enormemente.

Me encantaría, por ejemplo, manejar a San Gerardo de Rivas, en Costa Rica, subir el Chirripó a balazo y regresar. Igual lo podría hacer en auto, o en bus, pero en la moto gozaría más la manejada y me costaría una fracción de lo que me costaría manejar el Patrol hasta allá. La vuelta a Costa Rica ya la he hecho en auto. La manejada de Bocas a Gualaca en moto sería muy, muy divertida. Esa carretera está llena de curvas y desniveles, como un carrusel. Pero bueno, es cuestión de encontrar el tiempo y organizarme.