Boquerón 2009
Este sábado 18 de abril partimos desde La Línea en Nombre de Dios por el Río Nombre de Dios hacia Boquerón Arriba, siguiendo lo que aproximadamente era El Camino Real desde Nombre de Dios hacia Panamá. Eramos 24 personas, 7 mujeres y 17 hombres, la mayoría miembros del Hash de Panamá. Mi esposa estaba un poco preocupada por que éramos un grupo muy grande, pero yo estaba cómodo por que conocía a todos de los que formaban el grupo y estaba seguro que la íbamos a pasar muy bien.
Como ya muchos del grupo han recorrido el camino anteriormente, la mitad aprovecharon la primera oportunidad para perderse en todo el inicio del viaje. En realidad se habían marchado por el río y nosotros por un sendero que salía al mismo río, pero más adelante. El grupo que se fue por el río perdió la confianza y decidieron regresarse y seguir el mismo sendero por el cual partimos nosotros. De ese momento en adelante todos quedaron alerta y más nunca necesité preocuparme por que se me fuera a perder alguién. Hasta cuando iba al baño me seguían después de esa primera separación.
El Río Nombre de Dios estaba algo seco y se notaba que no había estado lloviendo recientemente. El agua corría cristalina por el lecho del río. Un rebaño de ganado que se encontraba pastando en el sendero decidió que no querían nada con nuestro grupo y nos acompañó por varias horas, caminando justo al frente nuestro. Eventualmente pude pasarme al ganado en una curva ancha y mandarlos de vuelta a su dueño.
El próximo año cumpliré 20 años de estar caminando este sendero. Este año quedé muy triste por que finalmente la devastación la llevaron hasta un pequeño chorro que estaba dentro del bosque al pié del Cerro Johnson, en Brazo de Cedro. Como esta ladera era de una pendiente pronunciada, pensé que los moradores la respetarían por que no tendrían ningún uso para una tierra tan empinada. Este año cortarón una gran parte de este hermoso bosque al pie del cerro. La Quebrada Brazo de Cedro estaba más seca que nunca. Supongo que al ir perdiendo la cobertura del bosque sobre su nacimiento ahora recoge menos agua.
Es importante que hagamos algo por este sendero por que es de importancia histórica para nuestro país, y, de cierta forma, para todo el mundo. Este fue uno de los primeros senderos transcontinentales de América. Este lugar debe considerarse como un patrimonio histórico, marcarse y conservarse acordemente. Al menos este sendero ya esta sirviendo de fuente económica para alguna empresa local que está guíando turistas por el Camino Real. Al poco rato de adentrarme al bosque era obvio que algún grupo le ha estado dando uso regular por que habían marcas claras de los cortes del machete en las plantas cerca del sendero.
Aunque esta vez no traje cintas de agrimensura, todavía quedaban muchas cintas del último viaje que hicimos por esta ruta en febrero del 2008. La trepadada de Brazo de Cedro a los rieles del ferrocarril siempre cobra alguna víctima, esta vez sufrieron dos: Roberto Bruno sufrió un bajón de presión y Boris Bonilla se cortó con su propio machete cuando el filo se salió de su funda y le cortó profundamente el dedo que tenía expuesto alrededor de la vaína del machete. Por suerte esto fue lo peor que sucedería en todo el viaje. Nuestro grupo realmente estaba bien integrado y todo el mundo estaba en buenas condiciones físicas.
Este año la mayoría del grupo llegó poco después de las 4:00pm al campamento y pudimos disfrutar tranquilamente de un refrescante chapuzón en nuestra poza de aguas turbulentas. Pasamos un agradable rato en el chorro que está al lado de nuestro campamento. Como siempre, la charca azul estaba preciosa en su entorno de bosque verde que contrastaba contra el turquesa de sus aguas profundas. Es tan agradable el ruido del agua sobre la piedra.
Este año nos llovió en el campamento justo cuando el agua ya estaba a punto de hervir. Todo el mundo salio veloz a buscar refugio del agua. Por suerte, yo me había vuelto a poner mi ropa húmeda después del baño y no me importó mojarme. Nuestra cena fue una riquísima cena de pesto fresco. Yo había hecho un pesto ver tradicional y Teresa había hecho un pesto con tomate seco que estaba delicioso. Nuestro grupo se quedó en una alegre tertulia hasta que se acabó todo lo que habíamos llevado para amenizar la cena. Creo que las 11:00pm ya estaba dormido en mi hamaca.
En la madrugada volvió a llover. Cuando ya había algo de luz me pusé mi ropa húmeda y comencé a desarmar mi campamento. Antes de las 7:ooam ya estaba tomándome una taza de café caliente y una avena. A las 8:00am, puntuales, ya estábamos nuevamente en movimiento. Esta vez no saqué el machete de su funda para abrir trocha en este segmento de bosque que bordea el cañón del Boquerón. Estaba bien despejado el camino. En todo caso, era obvio que le habían dado bastante uso en este verano. Pero el grupo que le estaba dando uso siguió un sendero que normalmente no recorría que salé hacia la derecha de los rieles. Ese sendero fue el que usamos el año pasado para mostrarle a los españoles de La Ruta Quetzal donde se unía el Río Longué con el Boquerón.
Nuestro segundo día en el camino fue, si era posible, más divertido que el primero. Realmente el grupo se había integrado y todos estábamos gozando enormemente de la compañía del resto. Por suerte todos habían empacado muy juiciosamente y las mochilas venían livianas. Esto permitió a todos gozar más del camino al estar libres del peso sobre sus espaldas. Además, ya no quedaba mucho peso líquido dentro de las mochilas. Ahora toda el agua la tomábamos directamente del río.
Tengo más de 500 fotos de este viaje. Habían por lo menos 5 personas tomando fotos. Yo tomé 292 fotos y unos vídeos. Henrik y Alberto me pasaron unas 180 fotos cada uno. Y todavía me faltan las fotos de Robert, Joaquín y Atenas. Roberto Bruno también debe haber tomado unas fotos espectaculares. El era el único que llevaba una enorme SLR y, además, tiene buen ojo para encuadrar sus sujetos. Ya estoy subiendo las fotos que tengo a nuestra galería de fotos.
Para el final del día teníamos los chorros del Boquerón esperando. Lástima que la mayoría decidió seguir de largo y llegar directamente al bus que nos estaría esperando al final del camino. El agua estaba sabrosa en los chorros y gozamos de un buen baño para llegar frescos a casa. Cuando nos montamos al bus, un grupo quería tomarse una pinta bien fría y terminamos en una cantina con música al lado del camino. ¡Se formó un bailoteo! Nadie hubiese pensado que este grupo llevaba 2 días caminando y que había salido de 35 kilómetros de bosque y río. ¡Qué grupo tan bárbaro!
Que tal irving, oye, muy bueno el paseo, estuve mirando las fotos en facebook y se ve bien bonito el lugar, y 35 kilometros no suena tanto para hacerlo en dos dias..
Y como va el kayak? en caso que se pueda un dia me gustaria ir con ustedes a un paseo que se de mi nivel (tu sabes el mas bajo) para ir aprendiendo. Bueno, necesitare ir sabiendo lo que necesito…
bueno Irving, saludos!!