Este 25 de junio organizamos una caminata por el sendero del Camino de Cruces para recoger fondos para nuestro Club Orientación Panamá. No tenía mayores expectativas sobre lo que iba a encontrar en el trillo que había recorrido anteriormente. Al final quede muy complacido con el paseo: el trillo estaba muy bien señalado y nuestro recorrido transcurrió agradablemente.
Fuimos más de 40 personas, incluyendo una señora de 75 años que lo recorrió íntegro. Al final teníamos una barbacoa esperandonos en el Parque Summit para compartir nuestra experiencia en el sendero y matar el hambre que nos dió todo el ejercicio que hicimos. Los que llegamos de primero hicimos el recorrido de 10 kilómetros en 5 horas y 15 minutos. A la señora de 75 años le tomó 8 horas hacer el recorrido, pero llegó muy contenta.
Logramos ver el árbol de vela, dos de ellos. Es un árbol que yo sólo he visto en el Camino de Cruces. Tiene un fruto alargado, amarillo, que es como ver una vela de alumbrar de 10 a 12″ de largo. Nuestra suerte nos acompañó y no nos llovió hasta terminar el recorrido. Mientras esperamos que los botes hicieran el trasbordo de nuestro enorme grupo desde Venta de Cruces hasta Gamboa servimos de alimento de mosquitos, pero eso ya lo esperábamos.
Siempre es increible ver como el paso de las mulas ha quedado indeleblemente grabado en la piedra. Hay lugares donde se puede ver claramente las pisadas de los cascos de las mulas que recorrieron el camino, como si la piedra fuera barro endurecido. Pinky Salas colocó las fotos que algunos amigos tomaron el sitio del Hash de Panamá en http://hhhpty.atspace.com, incluyendo la foto de una equis que estaba tranquilamente parada en medio del camino.
Yo pasé al lado de la serpiente y no la noté. Mi esposa Lorena, que venía justo tras de mi fue quien la vió. La culebra se dejó mover del camino sin dar mayores problemas. Suerte que se portó muy bien, su vida dependía de ello. Se dejo manipular con un palo con mucho aplomo, sin perder su ecuanimidad. Escuchamos monos aulladores, tucanes, y pavas a lo largo del camino. Yo logré ver una de las pavas que voló al pasar junto a ella.
Hay unos árboles fantásticos a lo largo del camino. Estoy planeando volver para pasar una noche en uno de ellos. Hace rato que he estado pensando en lo agradable que deber ser amanecer allá arriba, escuchando el despertar del bosque, y posiblemente ver algo de la actividad de los animales nocturnos.
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