Foto de Irving Bennett en el primer tramo

Cloudsplitter 100 millas – Crónica

Cloudsplitter 100 posiblemente ha sido mi mejor desempeño en 100 millas. Tenía altas expectativas porque me había preparado como nunca antes. Todos mis signos vitales estaban marcando buenos valores. Quería probar cuanto podía dar en mi primera carrera de 161 kilómetros a los 60 años y mi última carrera larga había sido hace dos años.

El día de la carrera empezo frío y lluvioso. Ya el pronóstico lo había advertido y estaba preparado. Elegí una camiseta liviana de lana, una camisa de lana y un pantalón corto de caminata con un calzóncillo deportivo separado. Esta combinación ya la había probado en el Ultra Tour Monte Rosa. La lana tiene la característica de mantenerte caliente aún cuando se moja y no absorbe mucho líquido. El pantalón también era de un material que repele el agua. Por último, elegí mis medias largas de lana Injinji y unas zapatillas Hoka Speedgoat 4 de paquete. ¡Todas las casillas marcadas con el vestuario!

Esperando la partida me preocupé por la cantidad de lluvia que caía y el viento que soplaba. Mi chaqueta impermeable la había puesto en la bolsa que iba para Highknob, el punto más elevado de la carrera. Por suerte las bolsas no se las habían llevado así que decidí recogerla y amarrarla alrededor de mi cintura como medida preventiva contra el frío y el agua. Ahora sí estaba preparado contra todo con la posibilidad de llegar a tres capas térmicas.

Partida

Cuando sonó el disparo de partidad, literalmente, partí con un paso cómodo. Fui apretando un poco el paso para estar seguro de entrar al sendero que nos llevaría a Highknob entre corredores más rápidos para no quedar atrapado entre trepadores lentos. Es duro recuperar el tiempo perdido si sucede eso. Curiosamente, aunque iba cómodo, mis palpitaciones estaban más elevadas de lo que esperaba.

El sendero que trepábamos estaba espectacular con las hojas de otoño cubriendo el piso y los árboles vestidos con sus mejores colores. La inclinación del sendero era gentil y estaba podiendo promediar 6kms/hora, un ritmo decente para la trepada (10 minutos por kilómetro). ¡Mis pulsaciones estaban casi al máximo! ¿Qué me estaba pasando? Me sentía cómodo, no estaba respirando fuerte, no entendía la razón de esto pero decidí que era una carrera y el esfuerzo no me iba a matar. Curiosamente, estaba pasando gente. Termine los 12.6kms de trepada en menos de dos horas.

Dejé mi chaqueta en Highknob, donde debió estar siempre. Me tomé un Ensure de mi bolsa, rellené mi botella de Heed (la bebida isotónica que estaban repartiendo) y continué mi corrida. Hice una transición bastante rápida. Cuando salí hacia Edith Gap Aid Station, a 12.6kms, seguía a 6kms/hora de promedio y ahora tocaba bajada. Aceleré como a 8kms/hora.

Mis pulsaciones no bajaban. Debieron haber bajado bastante cuando paré en la estación. Bueno, era lo que era y listo. Iba a dejar todo en el camino. Seguía pasando gente. Bajar rápido no requiere de mucho esfuerzo, solo algo de habilidad y temeridad. El camino estaba suave, cubierto de hojas, y en buen estado.  El bosque realmente estaba precioso. Cuando he corrido en Massanutten el follaje ha estado todo verde por ser primavera. Ahora estaba variegado, lleno de colores y tonos.

Después de bajar un rato el sendero se torna menos inclinado y quedamos paralelos a la quebrada Mountain Fork. Esta quebrada nos acompañaría hasta Edith siguiendo el sendero de Chief Benge. Había ocasiones en las que el sendero cruzaba la quebrada y la gente bajaba el ritmo. Al rato quedé en un grupo largo que iba liderizado por una jóven que trepaba rápido. La reconocí porque tenía una piernas gruesas y fuertes que no parecían de corredora (pero evidentemente corría bien).  Esta muchacha bajaba el ritmo bastante cuando encontraba terreno técnico y yo estaba de último en esa fila. ¡Esto no era bueno!

Hice un esfuerzo y me fui pasando a todos en la fila hasta que los dejé atrás.  Otros hicieron lo mismo y yo quedé delante de una nueva fila. Ahora yo controlaba mi ritmo y los que querían pasar podían hacerlo cuando quisieran. En menos de dos horas llegamos a Edit Gap. El olor a tocino me cautivó. Llené mi botella de Heed, tomé un burrito de huevo, varias tiras de tocino y dos galletas de chispas de chocolate y seguí mi camino. En esta estación tenía un cuerno que se podía escuchar a un kilómetro de distancia y lo suenan cada vez que llega algún corredor a este punto.

El recorrido a Bark sigue la quebrada Little Stony y la va cruzando varias veces. Me sorprendía lo fácil que me estaba resultando esta carrera, esperaba que iba a ser más difícil. Creo que las piedras de Massanutten ya habían coloreado mis expectativas sobre el sendero. Lo encontré en buen estado y bastante plano. Seguía pasando corredores poco a poco con mi ritmo de 6 kilómetros por hora. Yo lograba atravesar las dificultades ocasionales en menos tiempo que los demás. También había entrenado mucho vertical, 10,000m+ mensuales en los últimos meses y por eso podía correr las leves pendientes del recorrido.

Perfil de elevación de Cloudsplitter 100m

Pasé a través de la estación de apoyo de Bark bastante rápido. Esta era la tercera estación en mi recorrido, y la segunda con bolsa de apoyo. Aquí paré a tomarme un Ensure para asegurarme de tener calorías adentro para mantener mi ritmo de carrera. De aquí iba a la estación de Little Stony, una pequeña estación que estaba al final de esta sección de carrera y que tocaríamos una sola vez. De aquí a Stony era una leve bajada y luego de regreso a Bark.

El recorrido a Little Stony me gustó mucho. Era un sendero bastante angosto a través de árboles y arbustos frondosos. De este lado de la montaña, íbamos hacia el punto más bajo de esta etapa. Llegué a Little Stony más de dos horas antes de lo que esperaba en mi estimación de terminar en 34 horas la carrera. La verdad es que todo me estaba saliendo mucho mejor de lo que esperaba. Tomé un par de galletas de chispas de chocolate, un gel, un medio emparedado y arranqué de regreso a Bark. En algún momento me crucé con Luis Carlos, justo en cruce de agua. LC venía muy bien y se veía tranquilo con su carrera.

La pendiente de regreso a Bark era leve. Lo que podía correr con facilidad ahora tomaba un poco de esfuerzo, pero seguía corriendo mientras ascendía de regreso a Highknob, la parte más alta de todo el recorrido. regresé a Bark a las 3:13pm, mucho antes que las 5:44pm que había estimado. Había dejado mi lampara de cabeza aquí porque la noche me iba a caer encima antes de llegar a mi próxima bolsa de apoyo en Highknob. Tenía la opción de irme sin lámpara, usar mi linterna de mano y recoger otra linterna de cabeza arriba. De allá tenía que regresar hasta acá una vez más. Salí con la linterna en la cabeza de todos modos, a pesar que era pleno día.

Ahora ya estaba trepando un poco más, pero seguía corriendo y ahora estaba manteniendo mi posición en el grupo de corredores que ya estaba más explayado. Pasé por la estación de Edith Gap a las 4:28pm, casi tres horas antes que las 7:10pm que había estimado. Aquí había tocino, emparedados de queso derretido, y más galletas. También tenían electrolitos de Hammer. Me tomé un par por si acaso, y unas Tylenol para no dejar de aprovechar que podía tragar pastillas sin problema. Me fui caminando con mi comida de una vez.

Regresé a Highknob con luz de día. Había cargado mi linterna por gusto y estaba tres horas por delante de mi estimado. Hacía un frío endemoniado arriba de la montaña y ya la noche iba a caer pronto. Me puse más ropa, guantes y una gorra para el frío en lugar de la que tenía, que era de El Valle Fun Run. Me tomé otro Ensure, recogí más comida y salí de regreso a Bark: a bajar esta loma por última vez. Ya me quedaban menos de 100 kilómetros por correr y todo había salido de maravilla hasta ahora.

Al poco rato de estar corriendo me dio calor y paré a quitarme los guantes y el gorro. Me había puesto un capa de lana gruesa con cremallera debajo de la camisa que tenía. Ahora tenía tres capas: una camiseta delgada de lana, un manga larga de lana, y una camisa de lana de manga corta. En lo que hacía esto me pasó una mujer a buen ritmo y decidí corretearla. Al rato la alcancé, y luego me la pasé. Ella apretó su paso también y se me pegó detrás. Le ofrecí dejarla pasar y me dijo que debía recordar que yo me la había pasado a ella y ella estaba contenta de estar ahí. ¡Perfecto, acordamos que la miseria adora compañía!

Como ya era de noche, a ambos nos convenía correr juntos para mantenernos entretenidos. Lee Conner, así se llama, acababa de correr No Business 100 millas hacía dos semanas, era dentista, hablaba español machacado, y era excelente corredora con mucha experiencia (6 veces más ultras terminadas que yo). Corrimos juntos hasta Edith Gap y llegamos a las 9:13pm, tres horas antes que mi estimado para 34 horas. Tomamos café, un derretido de queso, llenamos botellas y seguimos nuestro camino. Estábamos haciendo buena compañía, la conversa era entretenida y el tiempo estaba pasando rápido.

En Bark, donde ya nos tocaba dar la vuelta para iniciar nuestro ascenso #3 de regreso a Highknob, Lee decidió cambiar calcetines y limpiarse los pies. Yo aproveché para tomarme otro Ensure, una sopa de pollo, y más café. También cambié los guantes que traía en el pantalón por otros más delgados que tampoco usaría en toda la carrera. Mas bien estaba teniendo algo de calor cuando corría. Parado me daba frío, pero las tres capas me calentaban y me hacían sudar. Me subía las mangas de la chaqueta de lana y con eso refrescaba suficiente cuando corría.

En la subida a Highknob, pasando por Edith Gap, pasamos mucha gente. A veces iba yo delante, otras veces Lee liderizaba nuestro dúo, y entre los dos marcamos un ritmo cómodo y eficiente que estaba llevándonos a pasar a los corredores que caminaban loma arriba. Nosotros también caminábamos ocasionalmente, pero corrimos bastante. Cuando llegamos por tercera vez a Highknob, a las 2:45am, seguía con las tres horas de ventaja sobre mi estimado de 34 horas para esta carrera. Hacía frío en esta estación y la dejamos atrás rápido. Ahora bajábamos hacia Devil’s Loop Gate. Hacía un viento gélido de este lado de la montaña.

Cuando llegamos a la estación, de la nada apareció el líder de carrera. ¡Era una mujer! Mika Thewes terminaría ganado esta carrera como con 20 minutos de ventaja sobre el primer hombre. Ya estaba a menos de 21 kilómetros de terminar. En nuestra corrida a Devil’s Fork Loop no encontramos a nadie correteando a la líder con posibilidades de alcanzarla. El circuito que venía ahora lo teníamos que hacer dos veces y era la parte más técnica de todo el recorrido de carrera. En esta sección nos fueron alcanzando varios corredores. Eventualmente nos dejaron atrás la mayoría.

Lee se estaba apagando por el sueño y bajamos mucho nuestro ritmo. Curiosamente, yo estaba muy despierto en esta madrugada. Tal vez era por estar cuidando a Lee que hasta soñaba despierta. Ocasionalmente se quedaba parada cuando había pequeñas ramas en su camino, como confundida con el obstáculo. Así fuimos avanzando a través de este tramo que tenía muchos cruces de río, era algo rocoso, y con pendientes más inclinadas que todo lo que habíamos corrido hasta ahora. En un momento dado, después de un cruce de río, hasta dimos marcha atrás sin querer y fue Lee la que se dio cuenta del error que habíamos cometido.

Eventualmente lograríamos llegar a Devil’s Fork Loop parking lot cuando rayaba el sol cerca de las 8am. Había perdido algo de la ventaja contra mi estimado y ahora estaba como dos horas por delante de mi estimado. Cero estrés, había salido el sol y ya estábamos en buena forma nuevamente. Lee se cambió de zapatillas, yo me tomé otro Ensure, más comida sólida, y rellené mis botellas. Vimos a Shalini partir a su segunda vuelta de este recorrido. Ella estaba en tercer lugar de las mujeres en este momento, Lee iba de cuarta.

En la subida nos alcanzamos a Shalini, pero yo no tenía energía para pasármela (y tampoco estaba tratando). Cuando terminamos de trepar y arrancamos con la bajada de regreso a la estación que habíamos dejado atrás, nos pasamos a Shalini y su acompañante de carrera (pacer). En esta segunda vuelta, ya de día, íbamos muy bien y llevando buen ritmo. Lo que había sido duro de noche ahora resultaba fácil. Esta segunda vuelta la haríamos en 2:48. Hicimos una hora menos en la segunda vuelta comparada con la primera que fue de noche. Cuando regresamos a la estación estaba nuevamente tres horas por delante de mi estimado. ¡Todo marchaba de maravilla!

Lee volvió a cambiarse sus zapatillas. Yo seguí comiendo lo que encontrará. Partimos rumbo a la meta justo cuando Shalini terminaba su segunda vuelta del Devil’s Fork Loop. Lee ahora iba de tercera entre las mujeres. Seguro que Shalini haría un esfuerzo por alcanzarla de vuelta. Lee estaba trepando muy bien, pero a mí ya me estaba costando subir. El esfuerzo que había hecho me estaba limando. La espalda comenzó a molestarme por la leve inclinación del torso que es necesaria para trepar eficientemente. Los músculos de mi espalda se estaban fatigando. «Houston, we have a problem!»

Cuando regresamos a Devil’s Fork Loop Gate eran las 11am del segundo día, tres horas exactas por delante de mi estimado. Ya podía caminar de regreso al final y haría buen tiempo, cerca de 31 horas. Lo que me quedaba de trepada era poco, de donde estaba de regreso a Highknob eran como 8 kilómetros y luego 12.5 más bajando a la meta. Eventualmente le dije a Lee que me dejara atrás porque yo ya estaba impedido para moverme a un ritmo decente. Ella pretendía acompañarme a la meta pero cuando le recordé que Shalini venía atrás accedió a dejarme. Yo igual iba a llegar, lento pero seguro, sin prisa pero sin pausa.

Cuando me quedé atrás ya estaba muy cansado y caminar me hacía jadear. Recogí un bastón de orillas del camino y con eso podía ayudar a mi espalda a no doblarse tanto. En las pocas bajadas que encontraba deja el bastón atrás y luego tomaba otro en la próxima subida. Llegué a Highknob a las 12:35pm. Ya, al paso que llevaba, iba al mismo ritmo que había calculado para toda la carrera. Solo faltaban 12.5 kilómetros y terminaba.

La bajada me pareció interminable. Aún bajando me parecía que iba subiendo. Pero seguía moviéndome, eso era todo lo que necesitaba hacer para terminar. Se me acabó el agua como a la hora de haber dejado Highknob, tenía sed. Sabía que llegaría antes que la sed se tornara un problema mayor. Ya esta carrera era mía. Realmente había dado todo lo que tenía. Para la próxima carrera me hice una nota mental para entrenar mi espalda más de lo que lo hice para esta (nada).

Crucé la meta en 31:34, mi cálculo optimista era hacerlo en 34:13. Llegué dos horas y 39 minutos antes. Mi entrenamiento había funcionado muy bien. Había corrido con Luis Carlos dos Parques Metropolitanos de madrugada todas las semanas por los últimos cuatro meses. También había corrido con Iñaki y Mónica otros dos Parque Metropolitanos semanales. Y los fines de semana hacia uno o dos fondos largos en Cerro Azul y Pacora con los grupos que estaban corriendo regularmente esas rutas, o hacía fondos en El Valle con mi hermano y su familia.

Parciales
6:27, 7:50, 8:26 y 8:52 fueron los parciales de cada cuarto de carrera

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