Río Santa María 2023

Este 7, 8, y 9 de enero bajamos el Río Santa María remando. Pasamos tres días remando y dos noches acampando a orillas del río. Nos tocó un clima fabuloso, el río tenía un nivel ideal de agua, y las noches fueron iluminadas por una luna llena acompañada por cientos de luciérnagas. Bajamos en toda clase de botes a remo: canoas, kayaks, y kayaks inflables. Hasta una balsa bajó el río (pero no con nosotros porque partieron por delante y nunca los alcanzamos).

Este mismo viaje lo habíamos hecho en el 2020 y lo tratamos de repetir en el 2021 y 2022 sin éxito por los problemas del covid 19. Esta vez fuimos el doble de botes porque las expectativas fueron acumulándose con cada año que pasó sin poder remar el Santa María. En total fuimos 10 botes (11 iniciaron) los que remaron desde San Francisco hasta el puente de Divisa, 50 kilómetros de río.

El plan básico del paseo era encontrarnos el sábado a las 11am en Santiago, manejar a San Francisco y echar los botes al río. Luego remamos medio día el sábado, un día entero el domingo, y otro medio día el lunes. Ya a las 12 del lunes teníamos todos los botes listos para montar a los autos y regresar cada uno a su casa. Los tramos que remamos fueron:

Los botes fueron:

1. Rompy y Constanza – Canoa roja 17′
2. Irving y Berra – Canoa roja 15′
3. Laura y Santiago – kayak azul 17′
4. Tony y Carlota – tandem de Hennie
5. Guille – kayak individual
6. Juan Ra y Juan Ra hijo – kayak doble
7. Kathy Y Tony M. – kayak doble inflable
8. Iñaki y Leire – Ocean Kayak doble 17′
9. Roger y Rogelio – Canoa verde 21′
10. Diego – kayak de Paddle Panama
11. Rubén y Rubén (+2) – balsa inflable

Este grupo, aunque parecía grande, resultó cómodo para manejar y alimentar. La mayoría de los que lo conformaban ya tenían experiencia en el tema y estaban bien equipados. El bote inflable resultó mala idea, cosa que sabíamos de antemano. En el futuro seré estricto con ese tema y solamente usaremos botes rígidos. El inflable abandonó en el día dos en el primer puente que cruza el río. Después de ese puente no hubiese sido sencillo abandonar la jornada.

Casi perdemos a Kathy en el primer rápido que encontramos. Yo iba de último así es que llegué tarde a la acción y pasé el sitio sin presenciar nada de lo que había pasado. Tony y Kathy entraron mal al rápido y terminaron atrapados en un colador que estaba en la orilla de afuera del rápido. Kathy quedó sumergida entre las ramas de un tronco y a duras penas logró escapar haciéndose una bola y buscando la corriente más profunda. Esto me queda de experiencia para asegurar que todos los remadores estén conscientes de los peligros del río y tomen la debida precaución cuando vean situaciones de peligro potencial.

El punto más emocionante del primer día fue el paso de Las Filipinas. Esta vez se voltearon dos botes y las tres canoas llegaron con agua al final del rápido. Casi cae Berra al agua, Iñaki y Leire estuvieron cerca de voltearse al abrirse mucho en la entrada al rápido, y todos llegaron reídos al final de la bajada. Yo pensé que habíamos pasado todos los obstáculos del primer día y salí por delante del grupo para armar campamento y comenzar con la cena. Cuando llegó el resto resultó que hubo otro volcado en la ruta.

La primera noche resultó muy amena. Comenzó con buena música de un playlist de Rogelio Eduardo y terminó con el ukelele de Tío Guille. Cenamos nuestra tradicional pasta con salmón (hice demasiada comida y todavía me estoy acabando las sobras). Curiosamente todos tomaron muy moderadamente, supongo que pensando en el día dos. Nos estamos poniendo viejos, la cantidad de vino que cada uno cargaba era limitada.

Café, huevos y tocino fue el desayuno del segundo día. Mientras Roger cocinaba, cada quien iba empacando sus cosas. Roger, como siempre, estaba activo desde la madrugada y ya tenía todo casi listo cuando comenzó a aparecer la gente. A muchos los despertó el olor del café, y a otros el del tocino. También había agua caliente para los que prefieren el té y avena de desayuno.

El segundo día es el más largo de la remada ya que es un día completo. Todavía le queda algo de corriente al río, nada complicado. Nos tocó otro día espectacular de sol a sombra. Nuestra remada, casi hasta el mediodía, fue en solitario porque salimos de último. Generalmente me toca esa posición porque llevo muchas cosas comunes y me demoro más que el resto empacando los cachibaches en mi bote. Yo feliz con la ilusión de que el río era todo para nosotros. Al medio día nos volvimos a reunir con el grupo para el almuerzo. Llegamos junto con Irving y Berra a donde estaban esperando los demás.

Nuestra parada de almuerzo fue larga y amena. Yo me la pasé comiendo. Cada quien llevaba su propio almuerzo. Eso hace la logística más sencilla mientras estamos en plena remada. Había preparado una ensalada de pasta que no pudimos acabar con todo y que compartí bastante con todos los interesados.

Durante toda la remada gocé mucho de las aves del río y los frondosos árboles que cuidan las orillas del río. No logré ver ningún animal silvestre, pero aves especiales hubieron varias: el garzón azul, los teros, ibis y una gran variedad de garzas. Las aves típicas estaban por todos lados: los cormoranes, el martín pescador, gallinazos, palomas y demás aves endémicas de los ríos locales.

El segundo campamento también fue muy agradable. Es en un islote que ya está cerca del puente de Divisa (10 kilómetros). Parecía que nos iba a llover, hasta chispeó un poco, pero luego desaparecieron las nubes. Roger llevó un chili con carne casero y a mí se me olvidó el arroz para acompañarlo. Igual se lo comieron y hasta sobró para el desayuno con huevos y bacon. Como llegamos temprano al campamento, la tertulia fue larga y divertida. Al final, nuestro amigo Tony se encargó de todo lo que el resto no se tomó.

Hubo una gran fogata en la noche y varios se dieron gusto comiendo malvas asadas. Llevamos chocolate caliente para acompañarlo con malvitas pero nunca llegamos a prepararlo,

El último día de remo es un día corto. Nos tomamos todo el tiempo del mundo desayunando y empacando. Partimos a las 9:30 am y a las 11 am ya estábamos en el puente. Roger, que iba de primero, fue el único que logró ver lagartos. En la última remada casi todos vimos lagartos. Este último día, como es tan corto, pudimos haberlo hecho ayer. La idea es tener el segundo día completo en el río. De hecho, los balseros se pasaron el campamento y terminaron su remada en dos días.

Nosotros empacamos prontamente y cada quien emprendió su camino de regreso a casa. Pensé que nos iba a tocar tranque por ser el final de un fin de semana largo. La manejada de regreso resultó tranquila y sin el estrés del tranque interminable porque habían habilitado un tercer carril para agilizar el tráfico. Todo salió de maravilla.

grupo de la remada

Esta entrada la escribí cuando terminamos la remada y nunca la publiqué. Ahora decidí compartirla y por eso está fuera de orden cronológico.


Comentarios

Una respuesta a «Río Santa María 2023»

  1. Avatar de Milton (Juny) Collazos Haskins
    Milton (Juny) Collazos Haskins

    Excelente Rompi !!! Gracias por compartir. Algún día me les uno !!! un abrazo y bendiciones.

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