Este fin de semana remé a Taboga del sábado y de regreso el domingo. Salí de Parque Paitilla al medio día del sábado y regresé de Taboga en la mañana del domingo. Quería hacer remadas consecutivas para ver cómo me iba con las manos y la musculatura, y quería probar más a fondo el Coast XT. También probé la portabilidad de todo el equipo porque me fui en moto a la partida de la remada.
Esta era la segunda remada mía en el Orukayak Coast XT. La primera fue una remada al atardecer hace unas semanas. Esta vez me dio lata la armada del bote. Llegué a las 11:55 am a Parque Paitilla y me encontré con la marea bajísima. Había revisado la tabla de mareas, pero no recordaba cuánto se retiraba el mar con una marea tan baja. Me tomó casi 45 minutos armar y empacar el kayak. Al final de todo me di cuenta que una cuerda había quedado mal y me tocó desarmar la proa para acomodarla. No me vuelve a pasar.
Lo que más me demoró armando el kayak, antes de ver la cuerda mal colocada, fue la parte frontal de la brazola. No tengo idea por qué estaba ligeramente desplazada y me costó cerrar el broche que la une. El resto de la empacada y armada fue fluido. Hay que ir empacando el bote mientras se arma porque no tiene acceso a los compartimentos una vez que se cierra todo. Armé el bote algo retirado de la marea porque estaba subiendo y veía que avanzaba rápido ya que el arenal abajo de la rampa tiene poca pendiente.
Una de las cosas que también demoró la armada, aunque no por mucho, fue la inflada y colocada de las bolsas de flotación. No es complicado hacerlo, pero es un paso adicional. Solo armar el bote, sin bolsa ni empacada puede tomar 10 a 15 minutos. Pero las bolsas de flotación son parte integral de la seguridad del Coast XT y puede tomar otros 5 minutos incluirlas en el proceso. Acomodar el equipaje dentro del bote tomaría casi lo mismo que con los Prijon Kodiak. El espacio disponible sí es más reducido porque los Kodiak tienen un pie más y no necesitan las bolsas de flotación.
A las 12:15 pm ya estaba remando rumbo a Taboga. Me tocó marea en contra (estaba subiendo) y viento en contra. También había algo de corriente que venía del este. Cuando pasé Flamenco las condiciones mejoraron algo y el ritmo aumentó remando con el mismo esfuerzo, casi un kilómetro por hora más. No fue hasta pasar la Calzada de Amador que encontré el agua azul y clara. La cabina de remo del bote está cómoda. Estaba vez usé el asiento de gel y es mucho más cómodo que el asiento original. Mis pies grandes quedan algo apretados bajo la cubierta del bote que no es muy alta.
A las 4:41 pm estaba en Taboga. Disfruté mucho la remada. Venía a buen ritmo, tranquilo, escuchando mi música. Coloco una JBL Charge 4 entre las piernas y el bote produce tremenda acústica. Los bajos resuenan dentro del casco y suena nítido. Me pregunto cómo será compartir música con los cetáceos cuando sea su época de migración y estén por toda la bahía. Espero no incomodarlos mucho. Venía escuchando una mezcla de música pop que me tenía alegre.
Por suerte, en cuanto llegué, me encontré con mi primo Daniel en su bote con su sobrina, su esposo, y amigas. Me invitó a bordo y me ofreció una cerveza helada. ¡Justo lo que necesitaba para ese momento!
El domingo amaneció tormentoso. A las 6:30 am estaba lloviendo con viento y tronando. Después de café y un buen desayuno mejoró el clima. Se veía que podía llover en cualquier momento, pero al menos tenía visibilidad hasta la ciudad. Con la lluvia matutina había cero visibilidad y me iba tocar remar a punta de brújula, nada ideal. A las 9:05 am ya estaba remando rumbo a la ciudad. La empacada del bote fue rápida porque solo había sacado la bolsa del compartimento trasero. Alistarme fue cuestión de rellenar agua y meter la bolsa de vuelta en el bote. Con tres perfiles se cierra la cola del bote.
La remada de regreso estaba al hostil y me costaba llegar a 5 kms/hora. Para joder, noté que estaba entrando agua en el bote. Eso no pasó el día anterior. En esta ocasión tuve que sacar agua toda la remada. Entraba muy lentamente, pero después de un rato ya tenía una pulgada de agua en el fondo del kayak. Estaba sacando el agua con la esponja. Tengo una bomba de achique en el bote y noté que no es tan sencillo usarla con el diseño del piso del asiento. Voy a taladrar un hueco en esa pieza para poder meter la bomba de achique a través del piso para que la bomba pueda sacar agua directamente del fondo del casco.
A las 11:49 am ya tenía a Isla Flamenco en la proa. Consideré en terminar la remada ahí. Las condiciones me habían cansado porque el mar estaba intranquilo y la corriente del este me había hecho derivar bastante. Además, entre el viento que ahora soplaba del sur este y las olas, tenía que remar más de estribor para corregir la orientación del kayak. Pensé que me iba a tomar cinco horas, o más, llegar a la ciudad. Resultó que cuando pasé la punta de la Calzada de Amador, las condiciones mejoraron completamente. El mar se calmó, la marea entrante me ayudó, y hasta la brisa estaba apropiada. Mi velocidad trepó arriba de 7 kms/hora de una vez.
Al final, me tomó menos tiempo el regreso que la ida, aún cuando fue un kilómetro más por la derivada (y la sacada de agua constante). Ahora me toca ver que ha pasado. Cuando desarmé el bote noté que la popa podía haber sido comprometida en algún momento, tal vez entrando a la rampa de Taboga con el mar de fondo. Hay unos remaches que sujetan unas piezas de neopreno que cubren los dobleces en las puntas. Me toca revisarlos, y hacer el hueco en el piso del asiento.
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